Revista Científica
Vol. 19. No. 33, p.111 - 116 / noviembre 2019 |
e-ISSN 1998-8850
URL: http://lacalera.una.edu.ni
DOI: https://doi.org/10.5377/calera.v19i33.8849
correo: lacalera@ci.una.edu.ni
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Gestión Educativa |
Estrategias de aprendizaje de la gestión de riesgos a partir de los estilos de aprendizaje de estudiantes de la
Facultad de Recursos Naturales y del Ambiente – UNA
Risk management learning strategies based on the learning styles of students in the Facultad de Recursos
Naturales y del Ambiente – UNA
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César Aguirre Jiménez
Ingeniero Agrónomo, ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9363-6627 / caguirre@ci.una.edu.ni
Facultad de Recursos Naturales y del Ambiente, Universidad Nacional Agraria (UNA)
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RESUMEN
El estudio se desarrolló con estudiantes de la Facultad de Recursos
Naturales y del Ambiente (FARENA) - Universidad Nacional Agraria (UNA), bajo el supuesto que el conocimiento de los estilos de
aprendizaje (EA) de la comunidad estudiantil permite identificar
estrategias para la mejora del aprendizaje de la gestión de riesgos.
La metodología incluyó el análisis del contexto y el diagnóstico de
los estilos de aprendizaje de estudiantes de FARENA, utilizando
el Cuestionario Honey – Alonso de Estilos de Aprendizaje. Los resultados indican que las y los estudiantes tienden a utilizar los EA
pragmático y teórico en una escala alto, y el reflexivo y el activo en
una escala moderado; no obstante, se encontraron diferencias significativas por edad, carrera y año académico. Los hallazgos dejan
en evidencia que existe oportunidad de mejora del aprendizaje de
la Gestión de Riesgo (GdR), mediante estrategias de enseñanza -
aprendizaje que tomen en consideracion los estilos de aprendizaje de
la comunidad estudiantil. Al profesorado le corresponde estructurar
situaciones de aprendizaje de la GdR, que sean coherentes con los
estilos preferentes de aprender de varones y mujeres de cada una de
las Carreras de FARENA
Palabras Clave:
riesgo de desastres, estrategias de enseñanza - aprendizaje, universidad.
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ABSTRACT
The study was developed with students from the Facultad de Recursos Naturales y del Ambiente (FARENA) – Universidad Nacional
Agraria (UNA), under the assumption that knowledge of the learning
styles (LS) of the student community allows to identify strategies
for improving risk management learning. The methodology included
context analysis and diagnosis of FARENA student learning styles,
using the Honey – Alonso Learning Styles Questionnaire. The results
indicate that students tend to use pragmatic and theoretical LS on a
high scale, and the reflective and active on a moderate scale; however, significant differences were found by age, career and academic
year. The findings show that there is an opportunity to improve the
learning of the Risk Management (RM), through teaching strategies -
learning that take into consideration the learning styles of the student
community. It is up to teachers to structure Learning Situations of the
RM, which are consistent with the preferred styles of learning of men
and women from each of the FARENA Careers
Keywords:
Learning styles, risk management, students, university.
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A
nte los grandes problemas sociales, económicos y ambientales que enfrenta la humanidad, tales como la degradación ambiental, la desigualdad y el consecuente aumento de los desastres, la educación se
ha erigido como el instrumento que hace resurgir en las
sociedades la esperanza de lograr los cambios requeridos
para evitar los desastres o disminuir los efectos de la ocurrencia de eventos adversos. De ahí la necesidad de una educación en GdR, como un factor fundamental para reducir
vulnerabilidades y desarrollar capacidades para afrontar
emergencias y desastres. En este contexto y en correspondencia con los cambios que experimenta la educación superior a nivel internacional, en el año 2011 la Universidad
Nacional Agraria (UNA) aprobó un nuevo Modelo Educativo con un enfoque pedagógico socio-constructivista
ecológico y un diseño curricular basado en competencias.
Sin embargo, se identifican debilidades en los procesos de
enseñanza - aprendizaje; según el Informe de Autoevaluación 2013-2015 (UNA, 2015), al respecto del grado de
satisfacción de la metodología de enseñanza - aprendizaje
“en promedio el 69% de los estudiantes y el 91% de docentes mostraron satisfacción por la metodología”. Estos
datos señalan la necesidad de mayor información respecto
a las preferencias en el aprendizaje del estudiantado.
Por otro lado, como parte del proceso de transformación curricular se establecieron los tópicos Adaptación al Cambio Climático (ACC) y la Gestión de Riesgos ante Desastres (GdRD) como ejes transversales en la
nueva oferta académica. Esto supone un doble desafío: la
identificación de oportunidades de aprendizaje de la GdR
en cada uno de los módulos de las carreras que ofrece la
UNA, y el diseño de acciones metodológicas para que los
futuros profesionales desarrollen las competencias necesarias que contribuyan a un desarrollo humano, seguro y
sostenible. La educación en GdR es un proceso educativo complejo que implica el abordaje de las dimensiones
biofísicas, sociales, económicas y político – administrativas, propias de la dinámica territorial; por tanto, se requiere del diseño de estrategias de enseñanza – aprendizaje
que faciliten el aprendizaje. Es un proceso formativo que
promueve la solidaridad, los valores, el compromiso ético
y moral con la vida y el ambiente.
Según Ramírez (2011), es una educación dirigida
a conocer los riesgos a que están expuestas las sociedades
y el ambiente, y las medidas para reducirlos y mitigarlos, así como a responder a los eventos adversos y a recuperarse; a hacer las cosas de manera que no lleguen a
crear más riesgos de los existentes sino que contribuyan
a reducirlos; a ser solidarios en momentos de calamidad; a ser respetuosos con la vida y con la seguridad de sus
semejantes; a ser íntegros, responsables, comprometidos
con la vida en todas sus formas; a aprender a emprender,
a cambiar, a innovar para reducir el riesgo de desastres y
adaptarse al cambio climático.
Por tanto, se trata de un proceso educativo caracterizado por ser complejo (porque implica el abordaje
de fenómenos relacionados con las dimensiones biofísicas, sociales, económicas y político - administrativas en
un territorio); sistémico (en el sentido que involucra todo
el sistema educativo, así como en el análisis de causas y
las consecuencias); interdisciplinar (requiere de la intervención de diversas disciplinas de las ciencias naturales,
físicas y sociales, de manera interrelacionada); integral (se
orienta a lo cognoscitivo, ético y moral de los sujetos y
las poblaciones, para lograr estilos de vida comprometidos con la prevención de desastres y el desarrollo sustentable); e integrador (ya que requiere de la intervención
y el esfuerzo de los diferentes actores vinculados con la
comunidad educativa).
No obstante, no significa que se trate de la instauración de una educación exclusiva para la reducción de
riesgos de desastres, sino de fortalecer la educación integral como un factor fundamental para reducir vulnerabilidades y desarrollar capacidades para afrontar emergencias y desastres. Según Alpízar (2009) hay una serie de
aspectos a fortalecer para reducir desastres desde el sector
educativo, los cuales pueden agruparse en dos grandes
componentes: a) la gestión prospectiva del riesgo, que incluye acciones dirigidas a evitar la generación de nuevas
vulnerabilidades en distintos contextos, de forma prospectiva y anticipada; y b) desde la preparación y atención ante
emergencias y desastres, abarca los planes de reducción de
vulnerabilidad y atención de emergencias, la capacitación
permanente en las formas de actuación en situaciones de
emergencia.
En este sentido, el uso del modelo de aprendizaje experiencial de David Kolb (1984) en los procesos de
enseñanza – aprendizaje de la GdR en la Universidad, se
justifica por ser uno de los más conocidos y aplicados en el
desarrollo de competencias. Hay suficiente evidencia que
respalda que el diseño de acciones metodológicas para la
educación a partir de los estilos de aprendizaje preferentes
del estudiantado, puede brindar las herramientas necesarias para incitar el aprendizaje de la GdR y lograr la metacognición que permita el entendimiento de fenómenos
socio-culturales y el desarrollo de habilidades complejas para gestionar el riesgo de desastres; asimismo, está
acorde con el Modelo Educativo de la UNA.
Los estilos de aprendizaje pueden ser de mucha
ayuda para la comunidad docente en el proceso de planificación de acciones metodológicas; éstos hacen referencia
a los procesos de adquirir conocimientos, lo cual implica
las acciones y emociones para obtener, procesar, comprender y poner en práctica una información. Tal como
plantean Alonso y Gallego (2004, p. 8), “tres elementos
psicológicos primarios conforman el estilo: un componente afectivo, el sentimiento, un componente cognitivo,
el conocer, un componente de comportamiento, el hacer.
Estos elementos se estructuran según el propio estilo y reflejan el modo por el que la persona construye su proceso
de aprendizaje”.
En el contexto actual en que el estudiantado espera un ambiente centrado en su aprendizaje, que les permita interactuar y participar de acuerdo a sus intereses,
se demanda experiencias que estén más acordes a sus
estilos preferentes de aprender. Tal como indica Ventura
(2011, p.149), “las investigaciones empíricas de los últimos diez años comparten el postulado de que los estilos de
aprendizaje se constituyen como herramientas de apoyo
psicopedagógico. Estas tendencias impulsan propuestas educativas adecuadas a los procesos de aprendizaje,
entendiendo a la atención de la diversidad como una de
sus condiciones fundantes… Se considera que cuando el
docente diseña estrategias de enseñanza de acuerdo a los
estilos preferenciales de sus estudiantes, se facilita el proceso de aprendizaje
METODOLOGÍA
La perspectiva de investigación empleada es de tipo exploratoria-descriptiva, por medio de la cual se caracterizó
los estilos de aprendizaje utilizados por el estudiantado de
FARENA-UNA. El instrumento utilizado fue el Cuestionario Honey – Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA),
debido a que es uno de los más empleado en estudios similares en universidades iberoamericanas. Participaron en
el estudio 310 estudiantes voluntarios, correspondiente
al 64% del total de estudiantes que en 2015 cursaban las
carreras Ingeniería en Recursos Naturales Renovables
(IRNR) e Ingeniería Forestal.
Una vez recopilados los cuestionarios CHAEA,
se procedió a la elaboración de base de datos, para su posterior procesamiento y análisis estadístico. La puntuación
(+ o -) de cada cuestionario se transcribió en una hoja de
cálculo del Programa Excel. Para identificar las tendencias
del comportamiento de uso de los estilos de aprendizaje,
se utilizó la estadística descriptiva; el programa Infostaf
2009 se utilizó en el análisis de la media y la varianza
de los datos. Los gráficos se generaron mediante los programas Excel y Sigmaplot 12, lo cual permitió reflejar los
resultados de manera visual y más resumida. Los resultados se presentan en tablas de salida y graficas de barras.
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RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Estilos de aprendizaje de la población estudiantil de la
FARENA. La población estudiantil de la FARENA participante en el estudio fue de 310 estudiantes: 106 estudiantes
pertenecientes a IRNR, de los cuales 45 eran mujeres (42
%) y 61 hombres (58 %); en el caso de IF participaron 204
estudiantes, 73 mujeres (36 %) y 131 hombres (64 %).
El análisis global de los resultados indica que las
y los estudiantes de FARENA tienden a utilizar los estilos
de aprendizaje pragmático y teórico en una escala alto, y el
activo y el reflexivo en una escala moderado (ver figura 1);
no obstante, el análisis estadístico muestra diferencias significativas por edad, carrera, y año académico. En el caso
del uso del estilo activo se observa diferencia por sexo, ya
que los hombres lo usan en una escala alto y las mujeres
en la escala moderado; no obstante, sólo hay diferencias
significativas en el estilo teórico.
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Escalas de uso: 1, muy bajo; 2, bajo; 3, moderado; 4, alto; 5, muy alto. Sexo: M, masculino; F, femenino.
Fuente: elaborado a partir de los CHAEA de estudiantes
de FARENA.
Estos resultados difieren en parte de lo reportado
por Alonso, Gallego y Honey (s.f.), quienes indican que
los estudiantes de Facultades Experimentales de España
usan en primera posicion los estilos teórico y reflexivo,
y en menor medida los estilos activo y pragmático. Sin
embargo, se concuerda con Villalba (2015) respecto a que
hay estudios que divergen de ese perfil de estilos de aprendizaje; en el caso de estudiantes argentinos de las carreras
de Biología y Biodiversidad encontró los perfiles de estilos de aprendizaje Reflexivo-Activo-Pragmático-Teórico
al ingresar y Reflexivo-Teórico-Activo-Pragmático próximos a egresar.
Estilos de aprendizaje de estudiantes de IF. Tal como
puede observarse en la figura 2, la mediana indica que
hay diferencias en la preferencia de uso de los estilos de
aprendizaje por año académico: el estudiantado de I y II
Año tiende a usar los estilos activo, teórico y pragmático
en la escala alto, y el reflexivo en escala moderada; el de
III y IV Año usa los cuatro estilos en escala moderada; el
de V Año usa los estilos activo y teórico en escala alto, y
los estilos reflexivo y pragmático en la escala moderada.
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Escalas de uso: 1, muy bajo; 2, bajo; 3, moderado; 4, alto; 5, muy alto. Fuente: elaborado a partir de los
CHAEA de estudiantes de IF.
Mayor diferencia se observa al considerar sólo la
proporción de estudiantes por sexo, que usan los estilos en
las escalas alto y muy alto; en el caso de los hombres el
perfil de los estilos de aprendizaje es teórico (59 %), pragmático (56 %), activo (55 %), y en menor proporción el
reflexivo (24 %). En cambio, en las mujeres es activo (50
%), teórico (41 %), y en menor proporción el pragmático
(33 %) y reflexivo (19 %).
Estilos de aprendizaje de estudiantes de IRNR. A diferencia de lo observado en la carrera de IF, en IRNR hay
un mayor porcentaje de estudiantes que usan los estilos
de aprendizaje en la escala alto; en I, III y IV Año usan
los estilos activo, teórico y pragmático en escala alto y el
reflexivo en escala moderada. Mientras que en II y V Años
usan sólo el estilo pragmático en escala alto y los estilos
activo, reflexivo y teórico en escala moderada (Figura 3).
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Escalas de uso: 1, muy bajo; 2, bajo; 3, moderado; 4, alto; 5, muy alto. Fuente: elaborado a partir de los
CHAEA de estudiantes de IRNR.
Al igual que IF, se observa mayor diferencia al
considerar sólo la proporción de estudiantes por sexo que
usan el estilo en las escalas alto y muy alto; en el caso de
los hombres el perfil de los estilos de aprendizaje es pragmático (62 %), teórico (52 %), activo (48 %) y en menor
proporción el reflexivo (35 %). En el caso de las mujeres
el perfil es teórico (75 %), pragmático (62 %), activo (51
%) y en menor medida el reflexivo (22 %).
Como puede apreciarse, a la mayoría de estudiantes les cuesta más ser reflexivos, cautelosos, trabajar a
conciencia, interpretar bien antes de emitir su opinión.
Cualidades que caracterizan los estilos de aprendizaje. A partir de las preferencias marcadas (mayores al 70
%) en el CHAEA por las y los estudiantes de FARENA,
los rasgos principales que describen sus estilos de aprendizaje son los siguientes:
Estilo activo. Son personas espontáneas, les gusta asumir
nuevos retos, abiertos, gozan el momento, prefieren ideas
originales y novedosas.
Estilo reflexivo. son personas concienzudas, observadoras, pausadas, reflexivas, cautelosas, tratan de interpretar
bien antes de emitir su opinión.
Estilo teórico. son equilibradas, coherentes, estructuradas,
serias, lógicas, buscan conclusiones e ideas claras.
Estilo pragmático. Son prácticas, realistas, experimentadoras, directas, les gusta que las cosas funcionen, apoyan
ideas prácticas y realistas.
Estrategias de aprendizaje de la GdR a partir de los estilos de aprendizaje. Los perfiles de estilos de aprendizaje de la población estudiantil de FARENA reflejan que hay
una proporción importante de estudiantes que requieren
mejorar sus estrategias para obtener, procesar, comprender y poner en práctica una información, de manera que
puedan convertirse en aprendices estratégicos. Tal como
plantea Alonso y Gallego (2010), los estilos de aprendizaje
podrían desarrollarse como competencias necesarias para
el estudio, el trabajo y la vida: buscar información (activo), ante la mayor cantidad y de fuentes diferentes; saber
analizarla (reflexivo), para estudiar y profundizar los diferentes matices de la información; estructurarla (teórico),
para sintetizarla e integrarla a la existente; aplicarla (pragmático), para ponerla en práctica, construir conocimiento.
Los resultados indican que hay estudiantes que
usan en escala alto dos o tres estilos de aprendizaje, pero
también hay una proporción importante que los usa en
escala moderada y algunos en escala baja; por tanto, hay
oportunidad para que puedan utilizar sus puntos fuertes y
trabajar para desarrollar los estilos que utilizan en escala baja y moderada, de manera que se pueda favorecer el
aprendizaje de la GdR. Según Alonso, Gallego y Honey
(s.f.), para fortalecer los estilos de aprendizaje, se debe establecer un plan de acción que incluya lo siguiente:
a. Identificar puntos debiles: luego de completar el
CHAEA es necesario identificar los puntos debiles en cada estilo.
b. Decidir sobre los aspectos que les gustaría practicar para fortalecerlos (objetivos a lograr); se recomienda no seleccionar mas de tres aspectos marcados + o - (o combinacion de ambos), por cada
estilo de aprendizaje. Es conveniente redactarlos
nuevamente en sus propias palabras.
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El diagnóstico presentado deja en evidencia que
existe oportunidad de mejora pedagógica para un aprendizaje efectivo de la GdR, definiendo estrategias de ense-
ñanza - aprendizaje que sean coherentes con los estilos de
aprendizaje de la comunidad estudiantil. Al profesorado le
corresponde estructurar situaciones de aprendizaje de la
GdR, que se adapten a los estilos preferentes de aprender
de varones y mujeres, de cada una de las Carreras de FARENA. En el cuadro 1 se muestran sugerencias de estrategias de aprendizaje adaptadas de Alonso, Gallego y Honey
(s.f.), para fortalecer la educación en GdR a partir de los
cuatro estilos de aprendizaje.
Por otro lado, se reconoce que los estilos de
aprendizaje del profesorado influyen en sus estilos de
enseñanza, por tanto, es deseable que se hagan esfuerzos
para perfeccionarlos. En la medida que las y los docentes
dominen con propiedad los cuatro estilos, serán capaces
de enseñar a la población estudiantil el cómo potenciar sus
estilos de aprendizaje, mejorando así los procesos de enseñanza – aprendizaje de la GdR. Especial importancia se
debe dar al fortalecimiento del estilo reflexivo, ya que es
fundamental para desarrollar la competencia de aprender
a aprender.
Asimismo, es necesario resaltar que los desastres
afectan de manera diferenciada a hombres y mujeres; las
relaciones de género tienden a desempeñar un rol importante en la estructuración del contexto y, por tanto, son
trascendentales para la construcción de la vulnerabilidad
y el riesgo, y sus efectos. Solo si se aplica un enfoque de
género es posible adquirir una idea más clara y completa
de las relaciones que han desarrollado las personas con
los ecosistemas. Hombres y mujeres enfrentan su realidad
social, económica y ambiental de manera diferente; por
tanto, la manera en que participan también es diferente y
tiene una estrecha relación con la edad, nivel socioeconó-
mico y cultural.
Por consiguiente, el profesorado debe abordar la
educación en GdR desde el enfoque de género, para que
el estudiantado comprenda de qué manera las identidades
de mujeres y hombres determinan diferentes vulnerabilidades y capacidades, pero también como herramienta para
el análisis de pertinencia y efectividad de políticas y acciones de RRD - ACC, que se implementan desde el nivel
internacional hasta el local.
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CONCLUSIONES
El conocimiento de los estilos de aprendizaje por parte
de estudiantes y docentes de la FARENA brinda la oportunidad de saber las formas preferentes de aprender, y a
partir de ello derivar acciones metodológicas que faciliten
el aprendizaje de la GdR, asi como un mejor desenvolvimiento en el ámbito complejo y de múltiples cambios de
la época actual.
El diagnóstico de los estilos de aprendizaje de estudiantes de FARENA, utilizando el CHAE, muestra que
el perfil de estilos de aprendizaje es pragmático y teórico
en una escala alto, y activo y reflexivo en escala moderado. Se observa que utilizan procesos y estrategias particulares para obtener, procesar, comprender y poner en
práctica una información; asimismo, hay estudiantes que
usan en escala alto dos o tres estilos de aprendizaje, pero
la mayor proporción los usa en escala moderado y algunos
en escala bajo. Por tanto, se refleja la necesidad de incorporar diferentes estrategias pedagógicas que atiendan la
diversidad en el aula.
La educacion en GdR demanda el dominio de
nuevos conocimientos y enfoques sobre cómo aprenden
las personas. El estudio indica que existe oportunidad de
mejora pedagógica para el aprendizaje de la GdR, definiendo estrategias de enseñanza - aprendizaje pertinentes y eficaces, que tomen en consideracion los estilos de
aprendizaje de la comunidad estudiantil. Al profesorado
le corresponde estructurar situaciones de aprendizaje de la
GdR con un enfoque género, que se adapten a los estilos
preferentes de aprender de varones y mujeres de cada una
de las Carreras de FARENA.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Villalba, A. (2015). Estilos de aprendizaje en alumnos universitarios de profesorado en biología y licenciatura en biodiversidad. Revista
de Estilos de Aprendizaje, 8(16), 79-100.
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Recibido: 12 de diciembre del 2018
Aceptado: 8 de julio del 2019
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