Inicios en la docencia: algunas consideraciones al respecto

Beginnings in teaching: some considerations on the matter

 

Irene Georgina Baca Téllez
Docente horario de la Facultad Regional Multidisciplinaria, Estelí. UNAN-Managua/FAREM-Estelí
https://orcid.org/0000-0001-7208-5734
ibaca.postni@gmail.com

 

Recibido

16/12/2021

Aceptado

03/01/2022

 

RESUMEN

Los inicios en la docencia no es tarea fácil para el principiante, es una etapa intensa, estresante, de mucha incertidumbre, pero de grandes aprendizajes. Es en este período se consolidan conocimientos, se aprende y se lleva a cabo un crecimiento personal. El docente enfrenta situaciones reales y empieza a lidiar con ellas; por lo cual el apoyo del centro educativo es fundamental para salir airoso en este proceso de transición. De modo que, se consideró importante centrar este estudio documental en dicho momento del quehacer docente, con la finalidad de valorar los desafíos que enfrentan los recién graduados en el ámbito educativo. La metodología está basada en una revisión bibliográfica, tanto de fuentes primarias como de secundarias y su selección para el correspondiente análisis documental. Las fuentes consultadas fueron artículos, libros, tesis doctoral y documentación oficial gubernamental del país. En este estudio se hace un análisis de los primeros años de iniciación docente, la identidad que va desarrollando a lo largo de la vida profesional, así como la necesidad de una inserción apropiada y apoyada por la comunidad educativa. Así se concluye que, los docentes en su iniciación enfrentan diferentes desafíos pedagógicos en los distintos escenarios donde se desenvuelven.

 

PALABRAS CLAVES

Docente principiante; inserción profesional; desafíos pedagógicos; identidad profesional.

 

ABSTRACT

The Beginnings of teaching it not an easy task for the beginner, it is an intense, stressful and uncertain stage, but one of great learning. It is during this period that knowledge is consolidated, learning and personal growth takes place. The teacher faces real situations and begins to deal with them; therefore, the support of the educational center is essential to succeed in this transition process. Therefore, it was considered important to focus this documentary study on this moment in the teaching profession, in order to assess the challenges faced by recent graduated in the education field. The methodology is based on a bibliographic review of both primary and secondary sources and their selection for the corresponding documentary analysis. The sources consulted were articles, books, thesis, official governmental documentation of the country. In this study, an analysis is made of the first years of teacher initiation, the identity that is developed throughout professional life, as well as the need for an appropriate insertion supported by the educational community. Thus, it is concluded that teacher in their initiation confront different pedagogical challenges in the different sceneries where they developed.

 

KEYWORDS

Teacher beginning; professional insertion; pedagogical challenges; professional identity.

 

INTRODUCCIÓN

 

Hoy en día los seres humanos estamos viviendo cambios acelerados, muy distinto a los de las generaciones pasadas, pues asistimos tanto a avances científicos como tecnológicos que afectan la forma de vivir, trabajar, comunicarse y aprender. Esto, ha llevado a los sistemas educativos a través de las políticas de gobierno, a implementar acciones en aras de contribuir al desarrollo personal del estudiante y su participación en la sociedad.

Ahora bien, de acuerdo con Imbernón (2005) en la profesión docente se han generados cambios, por ejemplo, el estudiantado aprende fuera del contexto aúlico aspectos como el desarrollo humano sostenible, valores, responsabilidad ciudadana, entre otros. Ello, demanda del docente un rol cada vez más activo, por lo que requiere una apropiación de estrategias metodológicas acordes a las nuevas propuestas en el ámbito de las instituciones educativas y de esta forma responder a las expectativas de la sociedad. 

En concordancia con lo referido anteriormente, el Gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional (2017) plantea que:

Se debe apuntar a la formación y actualización permanente de los docentes en el área disciplinar y pedagógica, (…) a fin de incrementar capacidades y habilidades que permita mejorar la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. De igual manera, una promoción del protagonismo de la comunidad educativa; los estudiantes, docentes, padres y madres de familia destacando la promoción de valores y la seguridad humana. (p.5)

Como se puede vislumbrar, el papel del docente sigue siendo crucial a pesar del avance tecnológico que permite hoy en día tener acceso a una serie de información, facilitando mucho la educación formal e informal. Es por ello que, los primeros años de docencia son fundamentales para sentar las bases de una buena formación (inicial y permanente), que supone una actitud de constante aprendizaje.

García (1991), considera que aprender a facilitar procesos de aprendizaje corresponde a los primeros años de docencia, denominándola fase de iniciación. Además, este autor, citando a Burke (1988), plantea que:

La iniciación a la enseñanza es el período de tiempo que abarca los primeros años de enseñanza, en los cuales los docentes han de realizar la transición desde estudiantes a profesores. Es un período de tensiones y aprendizaje intensos en contextos generalmente desconocidos y durante el cual los profesores principiantes deben adquirir conocimiento profesional, además de conseguir mantener un cierto equilibrio personal. (p.10)

Es sabido por todos que, durante los primeros años del ejercicio de la docencia el educador se enfrenta a un proceso intenso de aprendizaje de ensayo y error. Este período es arduo y muy difícil, pues en la transición de estudiante a docente, se generan dudas, inquietudes, preocupaciones, presiones, entre otras; las que se reflejan a través de la incertidumbre y falta de confianza en sí mismo.

De modo que, los docentes en su proceso de aprendizaje, atraviesan diferentes etapas, ya que la docencia en una profesión compleja en la que el reto es desenvolverse eficazmente en un mundo impregnado de avances científicos y tecnológicos. Romero, Rodríguez y Romero (2013) afirman que, en la actualidad la sociedad demanda del docente, no solo conocimientos sino también, competencias que superan su formación inicial y la propia experiencia.

Así pues, esta investigación documental valora los desafíos que enfrentan los recién graduados en el ámbito educativo, es decir en los primeros años de su ejercicio en la docencia. A su vez, hace referencia a la construcción de su identidad docente y su adaptabilidad.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

 

La metodología utilizada, consistió en una investigación bibliográfica mediante análisis documental. La información se extrajo de la web a través de revistas, investigaciones, artículos y libros. También se utilizaron los repositorios de la UNAN-Managua y de la Universidad de Costa Rica. De modo que, se compiló, organizó y se analizó la información seleccionada haciendo un análisis minucioso de los contenidos, es decir, se realizó una lectura analítica y comprensiva de los mismos.

Cabe señalar que, los criterios de selección de la información consultada, fueron temas relacionados con la temática de estudio, procurando que la bibliografía examinada estuviera actualizada, con excepciones de algunos autores troncales que son los que más han realizado aportaciones a dicha temática.

 

RESULTADOS

 

Desafíos de los docentes principiantes

Feiman (2001), citado por Marcelo, (2007) señala que “los profesores principiantes tienen dos tareas que cumplir: deben enseñar y deben aprender a enseñar” (p.4). En relación a ello, el docente principiante enfrenta una serie de actividades que debe realizar, tales como, conocer el contexto escolar, a sus estudiantes y conocer el currículo, sumado a esto la continuidad de su identidad profesional.

Entonces, ¿qué necesita tener un docente principiante? Según Marcelo (2009), los principiantes necesitan tener un conjunto de ideas y habilidades críticas. Así mismo, la capacidad de reflexionar, evaluar y aprender sobre su quehacer docente, lo cual es necesario para la mejora continua. Siendo ideal para ello, que su conocimiento esencial pueda organizarse, representarse y comunicarse, de forma que les permita tener una comprensión más profunda de los contenidos que aprenden.

En ese sentido, considero que el desafío fundamental de quien se inicia en la docencia es estar convencido de que el ser humano se realiza en la acción y en la reflexión sistemática de lo que hace a diario. Pues, de acuerdo con el pensamiento freiriano, ambas dialécticamente crean la práctica del proceso transformador. Ello es así, porque uno como docente se fortalece en la práctica, eso sí, sin descuidar la actualización permanente de los aspectos científicos y pedagógicos. Así, se tendrán elementos para ir reflexionando sobre el qué y cómo lo hicimos en pro de ir mejorando y consolidando nuestra labor.

En otro orden, el docente principiante se enfrenta a una serie de dificultades una vez que inicia su quehacer. En un trabajo investigativo realizado por Fandiño y Castaño (2014) a maestras principiantes egresadas en el año 2005 del programa de Educación Infantil de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia y posteriormente en los años 2008 y 2010, se plasman los problemas más sentidos de las docentes en su primer año de desempeño profesional. Posteriormente, estos autores realizan una comparación de cómo ha variado la percepción de estos problemas una vez llegado al tercer año de su trabajo. Es así que en sus hallazgos descubren que:

  • La educación infantil no estaba, necesariamente, en manos de profesionales formados para esta labor.
  • El profesional de la educación infantil no era valorado socialmente (falta de reconocimiento de sus estudios, de su profesión docente y menos reconocimiento intelectual).
  • Existían problemas en la búsqueda de empleo (falta de contacto, inseguridad en la entrevista, falta de experiencia, entre otros).
  • Las ofertas salariales en su mayoría son más bajas que un salario mínimo.

Por otro lado, Córdoba y Ruffinelli (2017, p.363) señalan, en relación a las dificultades y preocupaciones percibidas a través de relatos de once experiencias de iniciación docente, que estas se concentran en tres ámbitos:

  • Saberes diciplinares y didácticos específicos para desarrollar la planificación docente y la evaluación de aprendizajes.
  • Saberes pedagógicos generales para la gestión del aula y el comportamiento de los estudiantes, el abordaje de la diversidad y la vulnerabilidad, así como el trabajo con los padres de familia.
  • Las condiciones laborales conforme a la posición que ocupa en su centro de trabajo, la escasez de tiempo, la inestabilidad y sobrecarga laboral.

En esta etapa de iniciación, se genera incertidumbre entre los docentes nuevos y sobrevivir a la misma es un gran reto, dado que es un período muy intenso y estresante para quien se inicia en la docencia. Esto se afirma, ya que el principiante suele estresarse al enfrentarse con la realidad. Además, aprende rutinas, va reconociendo el contexto en que se desenvuelve, planifica y continua con su preparación, la que es dirigida por el principio de supervivencia. Entonces, no hay que olvidar que, a pesar de la intensidad de este período, también es de muchos aprendizajes y crecimiento profesional, principalmente cuando se tiene el apoyo del resto del equipo de trabajo.

En ese sentido, es importante enfatizar que entender al profesional que se inicia en la docencia es un gran reto, pues hay que comprender como se va desarrollando y formando en la práctica pedagógica. Ello, a pesar de todas las dificultades y limitaciones por las que pasa en su arduo, pero fascinante caminar.

Bien, dentro de este orden de ideas, Cornejo (1999), siguiendo lo señalado por Imbernón (1994), hace referencia que la etapa de iniciación en el ejercicio docente se divide en:

  1. Etapa de formación básica y socialización profesional: esta corresponde al periodo de formación docente en las universidades, donde se dan los primeros cambios de actitudes, valores y funciones que el futuro docente asigna a la profesión. Así, también se considera la adopción de ciertos hábitos que influirán en su formación posterior.

Es en esta etapa de formación básica, donde el docente principiante da sus primeros pasos para conocer a través de la práctica, el ambiente laboral, ya que son las primeras experiencias de reconocimiento del contexto en el que se está iniciando. Es así que, la Universidad a través de las Prácticas Profesionales da apoyo a los futuros docentes, con miras a que vayan incorporándose y adquiriendo experiencias en la profesión. Ello, para ir reforzando su autonomía profesional, a través del abordaje de los problemas con que se encuentra en la práctica y que contribuye al desarrollo continuo de su profesión.

  1. Etapa de inducción profesional y socialización en la práctica: esta hace referencia a los primeros años de desempeño docente.
  1. Etapa de perfeccionamiento: en esta predominan actividades propias de la formación permanente, tales como, el intercambio de experiencias, el trabajo en equipo, la actualización permanente y el análisis desde la propia práctica docente, entre otras.

Por otro lado, Marcelo (1999), citando a Fuller y Brown (1975) hace referencia a etapas evolutivas de preocupaciones, divididas en tres.

La primera etapa corresponde a preocupaciones por la supervivencia personal (mantener el control de la clase, el rol del docente y agradar a los estudiantes). La segunda refiere a la preocupación docente por la situación de poder facilitar aprendizajes (materiales y estrategias metodológicas, así como el dominio de destrezas en situaciones pedagógicas). La última etapa se enfoca en una preocupación dirigida a los estudiantes sobre cómo aprenden y responden a sus necesidades emocionales y sociales.

Como podrán reconocer, dichas etapas evolutivas fundamentadas por el mencionado autor son propias de todo docente, del principiante y del experimentado, ya que su práctica es una labor ardua y continua. En ella, este mantiene una estructura, organización y planeación permanente, en aras de conducir un adecuado desarrollo de su digna profesión.

Saberes y fuentes en que se sustentan los docentes principiantes

Tardif (2014), define el saber docente como “un saber plural, formado por una amalgama, más o menos coherente, de saberes procedentes de la formación profesional y disciplinarios, curriculares y experienciales” (p.30). Por tanto, los docentes establecen relaciones con esos saberes en las instituciones de formación; reforzando el saber experiencial en su práctica.  

De igual manera, Tardif (2014), describe estos saberes de la siguiente forma:

Los saberes profesionales son los facilitados por las instituciones educativas de formación docente, procurando que los conocimientos sean incorporados a la práctica del profesorado, De modo que, estos sean transformados en saberes, los que son designados a la formación científica o experticia de los docentes.

Por otro parte, se encuentran los saberes pedagógicos, presentados como doctrinas o concepciones provenientes de reflexiones sobre la práctica educativa que conducen a sistemas que orientan la actividad formativa. Partiendo de estas ideas, es necesario reflexionar sobre la incidencia de estos valiosos saberes y la manera como se expresan en la labor diaria, así como la forma en que el estudiante procesa los mismos.

De ahí que, el docente principiante debe empoderarse de estrategias didácticas, para comprender como el estudiante aprende. Para ello, es necesaria la planificación a fin de poder visualizar la mejor manera de facilitar el aprendizaje e identificar cuándo el educando presenta diferencias para apropiarse de contenidos de mayor complejidad.

En relación a los saberes disciplinarios, estos corresponden a los diversos campos del conocimiento, en forma de disciplinas, dentro de los centros educativos. Surgen de la tradición cultural y de los grupos sociales productores del saber, entonces, los mismos son saberes reflexivos dirigidos por principios. De manera que, el docente principiante busca explicaciones acerca del saber de su disciplina.

Los saberes curriculares atañen a los discursos, objetivos, contenidos y métodos. Así, la institución educativa categoriza y presenta los saberes sociales que define y escoge como modelos de la cultura instruida, así como de formación para esta. Estos saberes se expresan a través de los objetivos, contenidos y métodos presentados en los programas de estudio, que todo docente debe aprender a aplicar. Cabe destacar que, estos saberes del currículo son valiosos para compartir entre los docentes.

Por último, están los saberes experienciales sustentados en la práctica profesional a través de la labor diaria y del conocimiento del contexto, desarrollando así saberes específicos, originados de la experiencia, que se encarga de validarlos. Es decir, a través de la práctica los docentes afrontan diferentes situaciones formadoras, que le permite desarrollar hábitos que facilitará afrontar las situaciones que acontecen en su profesión.

En fin, todos los saberes descritos que implementan los docentes en el contexto aúlico, inciden en sus decisiones pedagógicas, por ejemplo, en la selección de contenidos, definición de objetivos y estrategias metodológicas.

Identidad profesional del docente principiante

Como se sabe, el docente principiante necesita tener ideas creativas y habilidades pedagógicas. A su vez, se requiere que tenga capacidad de reflexión, análisis, síntesis, argumentación y de evaluación sobre el proceso de aprendizaje en pro de ir configurando su identidad profesional.

Al respecto de dicha identidad, Cantón y Tardif (s.f), citando a Beijaard, Meijer y Verloop (2004), señalan que “la identidad no es un atributo con carácter fijo en una persona, sino que se trata de un proceso constante que involucra tanto al contexto como a la persona en sí misma. La identidad de las personas no se presenta de forma estática y uniforme” (p.39).

De modo que, es a través de la identidad que los docentes se definen a sí mismos y a los otros compañeros, ésta evoluciona a lo largo de su carrera docente y puede estar influenciado por el centro educativo, las reformas y los contextos políticos. Así mismo, la identidad se ve afectada por los valores, los sentimientos, las motivaciones, estereotipos y actitudes. 

Es así que, la identidad no es algo fijo, que se posea, sino algo que se va desarrollando a lo largo de la vida. De ahí, la importancia de reconocer la demanda de la sociedad de concebir la formación del educador como aprendiz (inicial y permanente), así como un transformador social desde la potencialidad de su desarrollo.

Marcelo (2010), al realizar una revisión exahustiva de varios autores, encuentra que estos han examinado las recientes investigaciones sobre identidad profesional docente encontrando las siguientes características:

  • Proceso evolutivo de interpretación y reinterpretación de experiencias, entendido como el desarrollo del docente que nunca se detiene, como un aprendizaje a lo largo de la vida.
  • La identidad profesional involucra tanto a la persona como al contexto; donde se espera que el docente le dé la importancia debida a los conocimientos y actitudes, desarrollando su propia respuesta al entorno.
  • La identidad profesional docente está compuesta por subidentidades que se encuentran más o menos relacionadas entre sí, las que tienen que ver con la realidad en la que el docente se desenvuelve.

De igual manera, la identidad profesional contribuye a la percepción de autoeficacia, motivación, compromiso y satisfacción en el trabajo del docente; influenciada por aspectos personales, sociales y cognitivos.

Ahora bien, ¿cómo se desarrolla la identidad en los docentes que se inician en el proceso de enseñanza aprendizaje? La identidad docente inicia desde sus años de estudio, desde la familia.

Cantón y Tardif (s.f), refieren que esta identidad evoluciona a lo largo de la formación inicial en la que se fortalecen las expectativas de convertirse en docente, profundizándose en el conocimiento personal que permite ejercer la docencia. Entonces, a lo largo de la formación inicial docente y especialmente durante el período de su práctica, la identidad va evolucionando.

Referente a la experiencia que tienen los futuros docentes de la Facultad Regional Multidisciplinaria de Estelí, durante las horas de Prácticas de Profesionalización al interactuar con los estudiantes y docentes de los centros de Educación Media, representan un momento oportuno para que éstos investiguen el proceso de aprender a facilitar el aprendizaje. Es durante la práctica que los docentes principiantes se enfrentan a situaciones tanto conocidas como desconocidas en estos centros educativos.

Durante las Prácticas de Profesionalización, los estudiantes cuentan con su docente tutor y un docente guía o experto. El primero es el docente responsable del grupo, el cual facilita los procesos de aprendizaje, promueve la autonomía, creatividad, trabajo cooperativo. El docente guía o experto acompaña al principiante, observando, ayudando y facilitando el proceso de aprendizaje de los practicantes. De igual manera, estas prácticas van aumentando progresivamente a lo largo de su carrera, convirtiéndose en un lugar de aprendizaje, donde los practicantes se encuentran con un sinnúmero de situaciones con las que les toca lidiar.

Por tanto, las prácticas profesionalizantes, constituyen una entidad coherente e interdependiente dentro del currículo de formación docente. Soyago y Chacón (2006), señalan que:

Las Prácticas Profesionales (…) permiten comunicar al sujeto practicante con acciones institucionalizadas dentro y fuera del ámbito universitario, producidas en variedad de escenarios en los cuales observa, interviene, reflexiona, reconstruye y valora realidades en su complejidad; circunstancia que precisa de una serie de herramientas conceptuales, procedimentales, actitudinales, con la intención de ir construyendo su identidad como docente. (p.4)

Por ello, el proceso de observación durante las prácticas es un proceso formativo, dirigido a ampliar y afirmar el conocimiento, tanto sustantivo del currículo como pedagógico del nuevo docente. De tal forma que, pueda hacer una labor pedagógica diferente en aras de interactuar armónica y afectivamente con los estudiantes, ya que la formación de estos, es resultado de la interacción, colaboración y comunicación asertiva.

A mi criterio, los docentes tenemos el compromiso de actualizarnos permanentemente al ritmo de los avances de la ciencia y la tecnología. Ello, de acuerdo con nuestra realidad socioeducativa, con miras a alcanzar los mejores resultados en pro de contribuir a la formación integral del estudiantado para que, puedan incidir positivamente en su futuro y en el de la sociedad. Así pues, es primordial que los docentes nos mantengamos motivados para lograr los objetivos y metas educacionales.

Sin duda, como señala Vezub (2010):

La profesionalización de los docentes requiere de políticas integrales que atiendan a las necesidades de formación y actualización permanente de los profesores, pero que además incluyan el desarrollo profesional en el contexto de las metas generales del sistema educativo y de los cambios curriculares. La formación continua debe además articularse con los lineamientos, orientaciones de la formación inicial, y contemplar los requerimientos locales, de las instituciones y de los contextos sociales específicos de inserción docente. (p.14)

Es así que, desde la UNAN-Managua, se cuenta con políticas de capacitación docente tanto presenciales como virtuales, con miras de que sus docentes se mantengan actualizados y así poder tener más herramientas, tanto pedagógicas como disciplinares y curriculares para facilitar aprendizajes a los docentes principiantes.

Ahora haré mención, a la facilitación que he realizado en las asignaturas de Prácticas de Especialización y Prácticas de Profesionalización, con la finalidad de asesorar y contribuir a la mejora de los estudiantes practicantes que se inician en la formación docente. Estas asignaturas las he servido en la carrera de Ciencias Naturales de la Facultad Regional Multidisciplinaria de Estelí (FAREM-Estelí). En este contexto, muchos estudiantes manifiestan situaciones problémicas, con que se enfrentan en dichas prácticas, tales como: falta de motivación en los estudiantes, materiales insuficientes, gestión de la disciplina en el grupo clase y problemas personales de los estudiantes, entre otros.

Todo lo anteriormente expuesto, es percibido por los docentes principiantes con incertidumbre y estrés, ya que se les dificulta enfrentar dichas situaciones con mayor determinación y seguridad. Sin embargo, la superación de esta problemática se vuelve una tarea primordial de la identidad docente para fortalecer la confianza en sí mismo y sobre todo contribuir eficazmente en la misma.

Dentro de este orden de ideas, se puede decir que, si las experiencias de los docentes que se inician son muy gratas, la entrega es positiva. En cambio, será negativa si sus primeras experiencias se asocian a sentimientos de desilusión y fracaso, por lo que podrían desarrollar comportamientos similares en el futuro desempeño profesional. Se conoce que, un continuo de experiencias negativas puede resultar en la decisión de finalizar la carrera docente.

En ese sentido, en la experiencia de acompañamiento para formar profesores de Educación Media con la calidad requerida, es necesario que el docente universitario en el ejercicio profesional apoye en el aprendizaje a los docentes en formación. Es entonces, durante el acompañamiento en las prácticas de formación profesional que hay que promover la profundización de los contenidos del área en mención y su debida aplicación. Ello, con la finalidad que, en el futuro, el docente comprenda, asuma y resuelva con fortaleza los distintos desafíos que se pueden derivar en el ejercicio de su profesión.  

De este modo, la identidad docente va configurándose de manera paulatina y poco reflexiva, donde el docente principiante sostiene múltiples identidades cuando se encuentra en el proceso de inserción docente. Gee (2000), citado por Cartón y Tardif (s.f), sostiene que “la identidad implica ser visto como una persona dentro de un contexto particular y determinado, y que, si bien puede existir una identidad de base, las personas desarrollan identidades múltiples dependiendo del contexto en el que se encuentre” (p.42).

Como se puede deducir, el quehacer de la docencia desde su inicio y de forma permanente adquiere múltiples responsabilidades, las cuales se reflejan en el contexto aúlico para dinamizar los procesos de aprendizaje. De manera que, es en la interacción entre los sujetos que aprenden y el facilitador del proceso de aprendizaje en donde se enfrentan grandes retos. Por ello, alternativas pedagógicas activas son fundamentales, ya que permiten a los estudiantes aprender crítica y creativamente. Es así que, el docente tiene la oportunidad de valorar su digna profesión en pro de la formación integral del estudiantado.

Por otro lado, Cartón y Tardif (s.f), también citan a Day y Kington (2008), los cuales sugirieron que “la identidad completa de un profesor consiste en las interacciones entre factores personales, ambientales y profesionales” (p.42).  A mi entender, la construcción completa de la identidad docente consiste en asumir retos, valores, principios éticos y compromisos afectivos y conductuales, que permitan incrementar sus responsabilidades en su desempeño docente.

En la imagen que aparece a continuación, se pueden apreciar los factores o dimensiones influyentes y constituyentes de la identidad profesional en profesores principiantes.

Imagen 1. Factores o dimensiones influyentes y constituyentes de la identidad profesional en profesores principiantes. Fuente: Cantón y Tardif (s.f).

Entonces, los docentes principiantes como toda persona, deben aprender a lidiar con identidades totalmente diferentes, buscando el equilibrio y desarrollando estrategias para afrontar distintas situaciones, tales como: falta de motivación en los estudiantes, problemas de comportamiento, en el hogar, entre otros. Por tanto, la identidad no es algo que se posea sino aquello que se desarrolla en el transcurso de la vida.

Como se ha venido planteando en las generalidades anteriores, los docentes, en su proceso de aprendizaje, transitan por diversas etapas. Bransford, Derry, Berliner, y Hammersness (2005), citados por Marcelo (2009) refieren:

La necesidad de establecer una diferencia entre el “experto rutinario” y el “experto adaptativo”. Ambos son expertos que siguen aprendiendo a lo largo de sus vidas. El experto rutinario desarrolla un conjunto de competencias que aplica a lo largo de su vida cada vez con mayor eficiencia. Por el contrario, el experto adaptativo tiene mayor disposición a cambiar sus competencias para profundizarlas y ampliarlas continuamente. (p.6)

En función de lo referido, me parece interesante pensar en el docente como una persona adaptativa, ya que se prepara en función de dar respuesta a los cambios que se generan en el transcurso de la vida, teniendo en cuenta que las condiciones de la sociedad son cambiantes y que demandan poder combinar la competencia con la innovación.

En fin, todo cúmulo de experiencias deja huellas profundas en la vida del futuro profesional docente. Ello es así, ya que marcan su forma de pensar y de actuar, principalmente en la manera de conducir el proceso de aprendizaje, las ideas que se tiene sobre el estudiantado, la escuela y la función docente.

Inserción profesional docente

La inserción profesional corresponde a los primeros años de labor, donde el profesor principiante, debe pasar por un período de tránsito de estudiante a docente que ejerce su profesión. Entonces, ya se ha hecho referencia a lo que es ser un docente principiante, por lo que se puede decir que este vive un proceso intenso de aprendizaje en la conducción metodológica de los grupos de clase y que también, convive con otros docentes, así como con toda la comunidad educativa.

En este mismo orden, atraviesa por un proceso de cambios personales, necesarios para su desarrollo profesional y por ende para un desempeño eficiente a lo largo de su carrera. En este sentido, iniciarse en la docencia es primordial a fin de que el docente se afiance, se motive, implique y comprometa con su digna profesión. Con ello, se podrá lograr una mayor eficacia, entusiasmo y satisfacción del mismo.

Bien, otra consideración que no se ha mencionado es cuando el profesional docente inicia su labor, ya sea en institutos estatales o en colegios privados y/o subvencionados, significa una experiencia de inserción distinta. En parte, la diferencia puede estar relacionada con la cantidad de estudiantes a atender, los medios y recursos con que se cuenta para facilitar el proceso de aprendizaje, así como la forma de organización y de gestión de quien dirige el centro educativo.

Ahora bien, los docentes en este tránsito son tanto aprendices como educadores, ya que deben de facilitar contenidos al grupo de estudiantes que se le asigne en una determinada asignatura y aprender a manejar aspectos didácticos que sugiere la Pedagogía. Durante este periodo, los docentes principiantes conocen a sus estudiantes, al centro de estudio, el currículo escolar, a sus compañeros de trabajo, a la vez que asume la responsabilidad de ser el guía en el aprendizaje de sus estudiantes.

Por otro lado, que el docente principiante viva una experiencia inicial enfocada hacia una preparación profesional de manera continua, no depende solamente de su tránsito como estudiante en las instituciones educativas, sino que son las primeras experiencias docentes en cualquiera de los elementos identificados, a saber, personal, profesional e institucional, las que establecerán fuertemente el grado de iniciación docente que éste viva.

Por consiguiente, la experiencia que el docente principiante disponga en los primeros años de su labor, estará sometido a las capacidades que posea para conocer la institución y poder superar las dificultades que encuentre. Así irá construyendo un buen trecho del camino que le toca recorrer para convertirse en un docente con experiencia. Estos primeros años son de tensiones, donde el principiante debe mantener un equilibrio entre los nuevos conocimientos que va adquiriendo y su desarrollo personal.

Reyes (2011), citando a Marcelo (1998), menciona que, en Europa y Norteamérica, se mantiene una preocupación por estudiar a los docentes principiantes. Así mismo, en el contexto latinoamericano, el proceso de inserción profesional a la docencia surge como un objeto de estudio. De modo que, se pueda visualizar la carrera docente como un medio de desarrollo profesional más permanente, permitiendo al educador un rol más activo, interactuando entre la institución escolar y la formadora. 

De igual manera, la cultura escolar juega un rol importante en la iniciación docente, ya que ésta se desarrolla en un contexto con normas, procedimientos, valores y comportamientos, los que a su vez serán factores que favorezcan u obstaculicen la labor del principiante. Entonces, se entiende por tanto como cultura escolar un conjunto de creencias, valores, hábitos y normas que se desarrollan en una institución escolar, que dan forma a lo que la comunidad educativa revela como importante en un lugar determinado; sucediendo lo mismo con la manera de pensar, sentir e interactuar entre sí (Pérez, 1998, citado por Reyes 2011).

Desde la UNAN-Managua, se cuenta con políticas de inserción docente, a través de las prácticas de profesionalización. Hay mucho énfasis en vincular la formación del estudiante con los centros de educación secundaria, teniendo como propósito que el estudiante lleve a la práctica los conocimientos científicos, didácticos, psicopedagógicos, tecnológicos, metodológicos e investigativos.

En otro orden, es importante destacar que, nuestra Alma mater está impulsando reformas educativas relacionadas con las competencias, con la finalidad de mejorar el proceso educativo, de centrarlo en el sujeto que aprende, para prepararlo para la vida. Esto atraviesa por un replanteamiento didáctico, una búsqueda de nuevas estrategias que potencien las posibilidades del estudiantado de ser sujetos activos de su propio aprendizaje. Es así que, el docente egresado, tendrá mejores herramientas para enfrentar los desafíos de su profesión.

Todo lo antes expuesto, con miras a la formación de profesionales pensantes, críticos, creativos e innovadores, con sólidos valores y con un espíritu más humano, quizá este sea uno de los más grandes retos.

 

CONCLUSIONES

 

Los docentes en su proceso de aprendizaje atraviesan diferentes etapas, siendo la inicial los primeros contactos que tienen los principiantes con la realidad. Esta etapa es bastante intensa y estresante, se da un reconocimiento del contexto en que se desenvuelve; además continúa con una preparación dirigida por la necesidad de lograr sobrevivirla. En este momento es cuando el educador debe verse como un docente adaptativo, es decir prepararse para un aprendizaje eficiente a lo largo de la vida, siendo capaz de lograr superar los retos propuestos.

Ahora bien, la etapa inicial es parte de la inserción profesional, la que es primordial para cambiar la actividad docente, poder reflexionar sobre los desafíos y aprendizajes que enfrentan los docentes principiantes.

En ese período, los docentes experimentan angustia e incertidumbre por encontrarse en un contexto generalmente desconocido, por lo que se requiere que den respuestas a las exigencias y reglas demandadas en el centro educativo. A su vez, es fundamental que aprendan a facilitar el proceso educativo, pues en el mismo se generan situaciones tensas, de descubrimiento, de adaptación y de aprendizaje. De modo que, es necesario que puedan lidiar con sus emociones y mantener un cierto equilibrio personal.

Referente a los principales desafíos que tienen los docentes principiantes se encuentran: la motivación de los estudiantes, cómo relacionarse con los padres de familia y con los docentes. Así mismo, cómo mantener la disciplina, facilitar los contenidos de manera asequible, vincular la teoría con la práctica, atender las diferencias individuales, utilizar apropiadamente los medios didácticos, entre otros. De ahí que, es durante la práctica de los profesores que incursionan en su profesión cuando comienzan a comprender la cultura escolar del centro educativo, aprendiendo e interiorizando las normas, valores y conductas.

Es durante los primeros años, donde el docente principiante forma y consolida hábitos, adquiere experiencia y conocimiento que utiliza durante su desempeño profesional. Por ello, es de suma importancia que el mismo, sea apoyado por los docentes de mayor experiencia.

Entonces, es durante el ejercicio del quehacer docente que los principiantes y experimentados articulan saberes que provienen de su formación profesional, tales como: disciplinares, pedagógicos, curriculares y experienciales. Todos estos se van construyendo durante en el transcurso de su vida y mediante el tránsito de su valiosa profesión.

Por otro lado, la formación continua del docente debe tener en cuenta lo que ocurre en los contextos escolares, reflexionando sobre sus prácticas metodológicas, los contenidos que facilita y la relación que tiene con sus estudiantes. Ello, con miras a promover cambios y a mantener un equilibrio entre lo que ya conoce y lo nuevo por construir.

Los profesores al iniciarse se caracterizan por tener grandes expectativas acerca de la docencia, confían en poner en práctica metodologías activas diversas, e innovar con nuevas estrategias didácticas. A su vez, les satisface poder motivar a sus estudiantes hacia el aprendizaje, a que puedan apropiarse de los conocimientos científicos, a despertar su interés en las asignaturas que facilitan y a participar activamente en las clases.

Por último, es conveniente acotar, que el desempeño docente requiere de acciones colaborativas, actualizaciones continuas en diversas fuentes para estar a la par de los avances de la ciencia y la tecnología. Mediante ello, podrá apropiarse de estrategias eficaces y contribuir a que el estudiantado construya conscientemente el saber.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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