Dayan Pamela Siles Ruiz
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua. Centro Universitario Regional de Estelí, UNAN-Managua/CUR-Estelí, Nicaragua
https://orcid.org/0000-0003-0308-1363
dayan.siles@unan.edu.ni
María Dolores Álvarez
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua. Centro Universitario Regional de Estelí, UNAN-Managua/CUR-Estelí, Nicaragua
https://orcid.org/0000-0002-6836-1318
malvarez@unan.edu.ni
08/12/2024
07/07/2025
El presente artículo aborda la problemática que enfrentan las madres universitarias, un grupo que combina las exigencias de la maternidad con los compromisos académicos, en un contexto frecuentemente marcado por las condiciones económicas, la limitada disponibilidad de apoyo familiar o institucional y las responsabilidades domésticas no compartidas. El objetivo principal fue caracterizar demográfica y socioeconómicamente a esta población en términos de edad, estado civil, nivel socioeconómico y redes de apoyo. Se llevó a cabo un estudio de tipo descriptivo, con un enfoque no experimental y de corte transversal. El universo estuvo conformado por madres estudiantes del Centro Universitario Regional (CUR) Matagalpa, cursos de profesionalización, con una muestra seleccionada de manera intencionada, abarcando a aquellas que eran estudiantes activas durante el I semestre 2024. Para la recolección de datos se utilizó una encuesta estructurada y un grupo focal, ambos dirigidos a las madres universitarias. Entre los principales hallazgos se destaca que estas estudiantes enfrentan múltiples barreras relacionadas con el cuidado infantil, la sobrecarga de responsabilidades domésticas y la limitada disponibilidad de redes de apoyo, lo cual afecta su rendimiento y permanencia educativa, además se evidenció que, a pesar de su compromiso académico, estas estudiantes enfrentan una alta vulnerabilidad frente a la deserción, producto de la falta de políticas universitarias adaptadas a su realidad. Estos resultados subrayan la necesidad urgente de implementar estrategias institucionales inclusivas que garanticen igualdad de condiciones y fomenten su permanencia y éxito académico.
Madres universitarias; permanencia educativa; redes de apoyo.
This article addresses the problems faced by university mothers, a group that combines the demands of motherhood with academic commitments, in a context often marked by economic conditions, limited availability of family or institutional support, and unshared domestic responsibilities. The main objective was to demographically and socioeconomically characterize this population in terms of age, marital status, socioeconomic level and support networks. A descriptive study was carried out, with a non-experimental and cross-sectional approach. The universe was made up of student mothers of the Regional University Center (CUR) Matagalpa, professionalization courses, with a purposively selected sample, including those who were active students during the first semester 2024. A structured survey and a focus group were used for data collection, both aimed at university mothers. Among the main findings, it is highlighted that these students face multiple barriers related to child care, the overload of domestic responsibilities and the limited availability of support networks, which affects their educational performance and permanence; it was also evidenced that, despite their academic commitment, these students face a high vulnerability to dropout, as a result of the lack of university policies adapted to their reality. These results underscore the urgent need to implement inclusive institutional strategies that guarantee equal conditions and promote their permanence and academic success.
University mothers; educational permanence; support networks.
Las madres universitarias constituyen un grupo con condiciones particulares dentro del sistema de educación superior. Su experiencia académica está marcada por la necesidad de conciliar la maternidad con sus responsabilidades académicas y, en muchos casos, también laborales. Esta multiplicidad de roles impone una sobrecarga física, emocional y mental que repercute negativamente en su rendimiento académico, su salud integral y su permanencia en la universidad. No obstante, su situación continúa siendo poco visibilizada en las políticas institucionales, lo cual contribuye a reproducir desigualdades estructurales y limita la capacidad de respuesta del sistema educativo ante sus necesidades específicas.
En este contexto, la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua), como institución pública comprometida con la transformación social, orienta su quehacer a partir de principios como la equidad, la inclusión y la justicia social. Estos valores han impulsado diversas iniciativas dirigidas a garantizar el acceso y la permanencia de sectores históricamente excluidos. Sin embargo, en relación con las madres universitarias, aún no existe una política formal que atienda de forma integral sus condiciones particulares. Si bien se han desarrollado acciones importantes desde una perspectiva de género y acompañamiento estudiantil, estas resultan insuficientes frente a la complejidad de los retos que enfrentan las estudiantes madres. Esta omisión no debe interpretarse como una falta de voluntad institucional, sino como una oportunidad para profundizar y ampliar los mecanismos existentes mediante el diseño de estrategias diferenciadas que promuevan condiciones reales de equidad. El presente estudio se ubica en esa línea de compromiso con la mejora de la educación superior desde una perspectiva inclusiva.
Ahora bien, a través de la revisión bibliográfica se reconocieron diversos estudios enfocados en las características demográficas y socioeconómicas de las madres universitarias, elementos que inciden directamente en su permanencia y éxito académico. Factores como la edad, el estado civil, el nivel de ingresos, la estructura familiar y el acceso a redes de apoyo influyen de manera significativa en sus trayectorias educativas. No obstante, la literatura especializada sigue siendo limitada, especialmente en contextos donde, a pesar de existir un acceso formalmente igualitario a la educación superior, no se han establecido políticas que contemplen de manera diferenciada las condiciones de este grupo específico.
En el ámbito internacional, investigaciones como la de Vergara Tous (2020), en Colombia, destacan que las redes de apoyo emocionales, materiales e instrumentales son fundamentales para facilitar la conciliación de roles entre maternidad y vida académica.
En México, Huerta Mata (2019), evidenció que las madres solteras universitarias enfrentan una escasa atención institucional, expresada en la ausencia de servicios como guarderías, pese a la disponibilidad de fondos. En estos casos, el respaldo proviene principalmente de la familia de origen, aunque ello refuerza una identidad materna centrada en la provisión económica, lo cual incrementa la carga sobre las estudiantes madres.
En el contexto nicaragüense, Cruz Castillo (2021) examinó la situación de madres jóvenes solteras en la UNAN-Managua, resaltando la importancia del apoyo familiar especialmente en el cuidado infantil para la organización del tiempo y la continuidad académica. No obstante, también identificó que muchas de estas estudiantes deben abandonar temporalmente sus estudios o reorganizar drásticamente sus rutinas para sostener su proceso educativo.
A nivel local no se encontraron estudios publicados relacionados con el tema de investigación, por tanto, el desarrollo de esta resulta pertinente dado el acceso directo al contexto en el que se manifiesta la problemática, la disposición y el interés expresado por las propias madres universitarias para participar. A ello, se suma el potencial aporte social del estudio, no solo para la universidad sino para la sociedad en general, al evidenciar la necesidad de establecer políticas institucionales orientadas a fortalecer el bienestar estudiantil, con especial atención a este grupo vulnerable.
Fundamentación teórica
Las madres universitarias constituyen un grupo con condiciones particulares dentro del sistema de educación superior. En su mayoría, enfrentan desafíos constantes para mantenerse activas académicamente y alcanzar la culminación de sus carreras, en un contexto institucional que no contempla sus realidades específicas ni brinda respuestas adecuadas a sus necesidades.
Para entender esta problemática, es necesario partir del concepto de maternidad universitaria, definido por Díaz Leal, A. (2019), como el reto de articular las responsabilidades académicas con las exigencias propias de la crianza. Sin embargo, estas exigencias van más allá de ser madres, ya que estas mujeres también desempeñan otros roles como estudiantes, cuidadoras, amas de casa, en algunos casos hasta proveedoras de su hogar, lo que aumenta la posibilidad de sufrir agotamiento físico, mental y emocional, provocando el abandono temporal o definitivo de los estudios, ya que el rol de estudiante suele ser el primero en sacrificarse.
En consecuencia, es necesario plantear estrategias de atención que den respuestas a las necesidades particulares de este grupo. Un paso fundamental para ello es la caracterización demográfica y socioeconómica de las madres universitarias, entendiendo que sólo conociendo bien sus realidades será posible generar acciones pertinentes y sostenibles.
Desde el enfoque demográfico, Roqué Sánchez & Gonzalvo Cirac (2015), definen la demografía como la ciencia que estudia la estructura y dinámica de las poblaciones, permitiendo comprender aspectos clave como la edad, el número de hijos y el estado civil.
La edad cronológica es definida por Sánchez Vera (1997) como la edad en años, que va desde el nacimiento hasta la edad actual de las personas.
Otra variable demográfica importante para el estudio es el estado civil legal, definido por el Instituto Nacional de Estadística (2009) como aquel que tiene cada individuo de acuerdo con la legislación matrimonial (o los usos matrimoniales) del país, es decir, la situación legal.
Complementariamente, las variables socioeconómicas permiten dimensionar la posición de estas mujeres en la estructura social. Vera Romero & Vera Romero (2012), explica que estas variables surgen de la interacción entre factores económicos y sociológicos, determinando así la situación individual o familiar dentro de una sociedad. En este estudio, se abordan aspectos como el rol de proveedor del hogar, las redes de apoyo (familiares, sociales e institucionales), la dependencia económica y la independencia residencial.
Según el estudio realizado por Gómez Urrutia y Figueroa Jiménez (2015), el rol de proveedor del hogar se orienta a la provisión de recursos básicos para la supervivencia de la familia, como es el caso de elementos de higiene, alimentación, salud, vestimenta, entre otras. Este rol, cuando recae en la madre universitaria, representa una carga adicional que compite con sus objetivos educativos.
En cuanto a redes de apoyo familiares se considera la definición de Echeverría (2010), donde define parentesco como la idea de la posesión de una sustancia común, la sangre en sentido literal o metafórico, y una obligación difusa de solidaridad. Un tema esencial es la forma en que cambia esa conceptualización como resultado de fenómenos emergentes o en expansión, por ejemplo, las nuevas tecnologías reproductivas y las adopciones.
En lo que corresponde a redes sociales Contreras Tinoco & Hernández González (2019) se refiere al apoyo social como aquellas relaciones interpersonales de intercambio que le facilitan a los individuos mejorar sus condiciones de vida materiales, vivienda, ingresos, etc., y bienestar físico, social, emocional y de salud mental, así como afrontar de mejor manera las dificultades derivadas de conflictos que afectan a las personas. Estas redes pueden mitigar el impacto de los conflictos cotidianos y fortalecer la resiliencia frente a la sobrecarga de roles.
La red de apoyo institucional se representan las entidades prestadoras de los servicios de salud, justicia, educación, cultura y recreación en el municipio (Méndez Villamizar & Rojas Betancur, 2012).
Este elemento es clave para comprender el nivel de dependencia o independencia de las madres universitarias respecto a sus parejas o familias, y cómo ello incide en su permanencia en la educación superior.
La independencia residencial está relacionada exclusivamente con la accesibilidad, la adecuación, la habitabilidad y la estabilidad de la vivienda respecto a las personas que residen en ella (Bellido, Uson, & Leturia, 2022). Esta dimensión impacta directamente en el bienestar de la madre y sus hijos, así como en su capacidad para sostener una vida académica organizada y sin interrupciones constantes.
Conocer estas particularidades es de suma importancia para poder caracterizar integralmente a las madres universitarias y proponer estrategias de atención adecuadas para su realidad social, familiar y educativa que atraviesan.
Entiéndase por estrategia, la dirección inteligente, desde una perspectiva amplia y global, de las acciones encaminadas a resolver los problemas detectados en un determinado segmento de la actividad humana (Duval, 2020).
Por lo antes mencionado, el objetivo principal del artículo fue caracterizar demográfica y socioeconómicamente a las madres universitarias de la UNAN-Managua/CUR-Matagalpa, con el fin de generar insumos que contribuyan a la formulación de estrategias de atención institucionales orientadas a su permanencia y culminación en la educación superior.
El tipo de estudio fue descriptivo, de corte transversal que es un tipo de diseño no experimental de investigación en el cual la recolección de datos se lleva a cabo en un solo periodo de tiempo. El estudio se realizó bajo un enfoque mixto, su mayor inclinación se desarrolló desde el enfoque cuantitativo, que se fundamenta en la medición numérica, el conteo y, en muchos casos, en la aplicación de estadísticas para identificar patrones (Hernández Sampieri & Paulina, 2018).
El estudio se realizó en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN Managua – Centro Universitario Regional de Matagalpa. El universo estuvo constituido por 133 madres estudiantes universitarias de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua – UNAN Managua Centro Universitario Regional de Matagalpa (CUR-Matagalpa) cursos de profesionalización, que estaban experimentando la maternidad. La muestra fue no probabilística, tomando en cuenta una proporción de 48 madres universitarias.
Se consideraron los siguientes criterios de inclusión: ser estudiantes activas durante el primer semestre académico 2024 en una de las carreras inscritas en el CUR - Matagalpa, cursos de profesionalización, ser madre, y previamente haber firmado el consentimiento informado.
Para recopilar la información se aplicó una encuesta, a través de un formulario de Google, donde participaron el total de la muestra, y un grupo focal al que se invitaron 15 madres de las cuales solamente acudieron 12.
La encuesta según Quispe Pari & Sánchez Mamani (2011), es una técnica de investigación que se efectúa mediante la elaboración de cuestionarios y entrevistas de manera verbal o escrita que se hace a una población, ésta generalmente se hace a un grupo de personas y pocas veces a un solo individuo. El propósito es el de obtener información mediante el acopio de datos, cuyo análisis e interpretación permiten tener una idea de la realidad para sugerir hipótesis y poder dirigir las fases de investigación.
En cuanto al grupo focal Hamui-Sutton & Varela-Ruiz (2013), lo define como particularmente útil para explorar los conocimientos y experiencias de las personas en un ambiente de interacción, que permite examinar lo que la persona piensa, cómo lo hace y por qué piensa de esa manera. El trabajar en grupo facilita la discusión y activa a los participantes a comentar y opinar aún en aquellos temas que se consideran como tabú, lo que permite generar una gran riqueza de testimonios.
Cabe mencionar que la mayor parte de la información para caracterizar demográfica y socioeconómica a las mujeres, se obtuvo a través de la encuesta, sólo una de las preguntas se reforzó a través del grupo focal, lo que justifica por qué sólo se aborda una vez en el estudio.
Los instrumentos utilizados fueron validados de manera individual, por tres profesionales con grado académico de doctor; obteniéndose sus criterios de forma independiente, revisando cada aspecto de los instrumentos. Estos dieron sugerencias, lo que permitió enriquecer y mejorar los mismo. La validación de los instrumentos de investigación es de suma importancia, pues a través de ellos, se proporciona la información necesaria para llegar a las conclusiones del estudio.
Etapas de la investigación
Etapa 1 - Investigación Documental
Esta fue la fase documental donde se realizó una exhaustiva revisión bibliográfica haciendo uso de recursos electrónicos, se visitaron distintas revistas indexadas, así como bibliotecas y bases de datos para establecer antecedentes de la investigación; mismos que sirvieron para sustentar o refutar teorías.
También se realizó un sondeo formal a través de una visita aula por aula para conocer el número de madres universitarias del CUR Matagalpa, específicamente de los cursos de profesionalización, esto con un permiso previamente firmado por la directora del CUR.
Etapa 2 – Diseño de instrumentos
Los instrumentos de esta investigación han sido diseñados en armonía con los objetivos específicos establecidos. Estos instrumentos fueron creados para dirigirse a las madres universitarias, ya que el único objetivo de estos es la caracterización demográfica y socioeconómica de estas.
Los expertos que validaron los instrumentos cumplieron las siguientes características: Grado académico de Doctor, conocimiento en el área de investigación, experiencia personal en la temática de estudio y accesibilidad para participar en el proceso.
Después de recibir las recomendaciones de cada uno de ellos, se procedió a revisar para decidir que recomendaciones serían tomadas en cuenta.
Etapa 3 – Aplicación de instrumentos
La encuesta se aplicó a las madres universitarias para obtener todos sus datos demográficos, así como también conocer algunos datos socioeconómicos. El cuestionario fue aplicado a través de un formulario de Google, que estaba compuesto por 16 preguntas cerradas.
El grupo focal se desarrolló en fin de semana considerando las múltiples ocupaciones que las madres tienen en la semana, además considerando que muchas de ellas viajaban. Se invitó a 15 madres de las cuales solamente asistieron 12.
Para el grupo focal estaba previsto desarrollar 10 interrogantes, aunque únicamente 01 de estas tenían relación directa con la parte demográfica y socioeconómica.
Etapa 4 – Análisis y elaboración de informe final
Para el análisis del grupo focal, se llevó a cabo la transcripción de esta a Microsoft Word, lo que implicó convertir el contenido de las grabaciones de audio en texto escrito. Posteriormente, se realizó una lectura exhaustiva de las transcripciones para familiarizarse con el contenido. Esta etapa es fundamental para comprender la profundidad de los datos y comenzar a identificar temas y patrones emergentes. Los datos obtenidos mediante la encuesta fueron procesados a través de Microsoft Excel, obteniendo así una representación gráfica de la información.
Estas técnicas de análisis se realizaron con la finalidad de analizar, interpretar y triangular la información.
En esta sección se abordan 09 criterios, inicialmente los datos demográficos que incluyen: edad de las madres, edad de los hijos y estado civil. Luego se aborda la parte socioeconómica que incluye: proveedores del hogar, red familiar, red social, red institucional, dependencia económica, dependencia residencial.
En la figura 1, se observa que el 66.67% de las madres universitarias se encuentran en edades entre 20 y 24 años. Este dato revela que las madres encuestadas se encuentran en una etapa de vida temprana adulta, que se caracteriza por la búsqueda de proyectos personales ya sean académicos y laborales, también asumen responsabilidades asociadas a su desarrollo profesional y el inicio de su vida familiar.
El hecho de ser madres en esta etapa añade un nivel adicional de complejidad, dado que deben ejercer un doble rol: el de estudiantes universitarias y el de cuidadoras de sus hijos. Esta situación exige de ellas habilidades avanzadas de organización, planificación y gestión del tiempo para poder responder de manera efectiva a las demandas académicas y familiares. No obstante, la sobrecarga de tareas y la presión que implica el cumplimiento simultáneo de estas funciones pueden incidir negativamente en su desempeño académico, afectando aspectos como la asistencia regular a clases, la entrega oportuna de trabajos, la participación en actividades universitarias y el rendimiento en evaluaciones.
Desde la perspectiva de Huerta Mata (2019), la maternidad en edades tempranas dentro del contexto universitario implica enfrentar una doble jornada, lo que exige la conciliación entre la identidad académica y la identidad materna. Esta doble carga incide en el rendimiento académico, ya que puede generar ausencias a clase, entrega tardía de trabajos, dificultades para participar en actividades extracurriculares y menor rendimiento en evaluaciones.
A su vez, el enfoque de género aporta elementos clave para el análisis, según Lagarde (2005), el sistema patriarcal impone a las mujeres una responsabilidad central en el cuidado y la reproducción social, lo cual explica por qué, incluso en su etapa formativa, estas jóvenes se ven obligadas a asumir tareas maternas de forma casi exclusiva. Este hallazgo reafirma la necesidad de políticas universitarias sensibles al género que consideren los tiempos y condiciones particulares de estas estudiantes.
Figura 1. Edad de las madres.
Considerando a Sánchez Vera (1997), que define la edad cronológica como la edad en años, que va desde el nacimiento hasta la edad actual de las personas, en la figura 2 se demuestra que los hijos de estas estudiantes universitarias en su mayoría están en edades que necesitan la compañía y supervisión de un adulto, el 60.42% apenas tiene entre 0 y 03 años, etapa donde el niño es totalmente dependiente de su madre. El porcentaje restante corresponde a niños que aún no han alcanzado los 12 años, lo que significa que la totalidad de los hijos de las madres participantes requiere atención significativa, dado que transitan por las etapas de preescolar y primaria, periodos formativos fundamentales para el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y académicas.
En esta etapa en la que se encuentran estos niños para la madre se convierten en un desafío significativo porque deben dividir su tiempo entre el cuidado de sus hijos en una etapa crucial de desarrollo y sus demandas académicas.
Desde esta perspectiva, se entiende que las madres universitarias con hijos en estas edades enfrentan una sobrecarga emocional y física considerable, como señala Díaz Leal Aldana, (2019), la maternidad universitaria requiere gestionar tiempos, emociones y energías entre dos mundos altamente demandantes: la crianza y la educación superior. En este sentido, el rol de cuidadoras primarias en una etapa clave del desarrollo infantil les impone ritmos y responsabilidades que, sin apoyos adecuados, pueden comprometer seriamente su permanencia en el sistema educativo.
Adicionalmente, el hecho de que los hijos aún no estén en plena autonomía, a pesar de que algunos ya asisten a la escuela, no libera a las madres de tareas como levantarlos, vestirlos, alimentarlos, llevarlos y recogerlos, ayudarles con las tareas, entre otras.
Esto transforma su rutina diaria, sin disminuir su carga de responsabilidad. Tal como indica Ariza y Toncel (2018), la multiplicidad de tareas simultáneas y sin reconocimiento institucional genera efectos negativos en la salud mental y el desempeño académico de las mujeres.
En la figura 3, se refleja la cantidad de hijos que tienen las encuestadas, un 95.83% dice tener entre 01 y 03 hijos y solamente el 4.17% tiene más de 03 hijos. Estos datos nos sugieren que la mayoría de las madres encuestadas enfrentan una carga parental moderada en términos de cantidad, sin embargo, esto no significa que no tengan dificultades para llevar adelante la carrera universitaria.
En el grupo de mujeres encuestadas el 100% de las mismas no reportó hijos con discapacidad, el hecho de que ninguna reportara hijos con discapacidades también es significativo, ya que, aunque estas mujeres enfrentan retos importantes, no tienen que enfrentar desafíos adicionales asociados al cuido de niños con necesidades especiales que conlleva una mayor dedicación de tiempo, atención especializada y recursos económicos.
También es importante mencionar que, aunque en el grupo encuestado no se reportaron niños o niñas discapacitados, no significa que no existan, puede ser que en la muestra no se eligió a ninguna madre con esa condición o en su defecto no se presentó a clases el día que se levantaron los datos de las madres que participarían en la aplicación de instrumentos, razón por la cual este hallazgo debe ser interpretado con cautela, evitando generalizaciones para la totalidad de la población universitaria.
Es importante considerar que, si bien el número de hijos es un indicador relevante, no determina por sí solo el nivel de complejidad que enfrenta la madre estudiante. Factores como la falta de apoyo de la pareja o familia, la situación laboral, las condiciones de salud personal, el acceso limitado a recursos institucionales y el nivel de exigencia académica son elementos que pueden amplificar o mitigar las dificultades derivadas de la maternidad.
Figura 3. Cantidad de hijos.
A través de la figura 4, se determina que el 62.5% de las mujeres tienen pareja, 25% está legalmente casadas y 37.5% mantiene una unión de hecho estable.
En términos de análisis, contar con una pareja puede implicar, al menos en teoría, un mayor respaldo emocional y económico para la madre universitaria. Sin embargo, esta suposición debe matizarse. Desde una perspectiva crítica de género, autores como Vaca Moises, (2015), advierten que, en una estructura patriarcal, el matrimonio puede reforzar relaciones de poder desiguales, promoviendo la obediencia y subordinación de la esposa frente a las demandas impuestas por los estereotipos de género.
Para las madres sin pareja, la situación puede ser aún más desafiante. Asumen solas la carga emocional, económica y de crianza, lo que las coloca en una situación de mayor vulnerabilidad frente a los requerimientos académicos. Este hallazgo concuerda con lo planteado por Huerta Mata, (2019), quien destaca que la ausencia de redes de apoyo efectivas en madres solteras universitarias puede agudizar la sobrecarga mental y física, reduciendo sus posibilidades de continuidad y éxito académico.
Así, el estado civil no debe entenderse como una condición neutral, sino como un factor que puede tanto aliviar como profundizar las desigualdades, dependiendo del tipo de vínculo y el contexto relacional en el que se vive. La universidad, en este sentido, debería incorporar en sus políticas de acompañamiento una mirada interseccional que reconozca estas múltiples formas de organización familiar y sus implicaciones para la vida académica.
Figura 4. Estado civil.
La figura 5 muestra el lugar de procedencia de las madres. Del total de encuestadas el 52.08% que corresponde a 25 mujeres proceden del casco urbano, mientras que 23 mujeres que corresponde al 47.92% proceden de la zona rural. Este dato se vuelve relevante si se considera que las condiciones y necesidades de ambos grupos son diferentes, por tanto, las estrategias de atención deben ser diferenciadas y contextualizadas. En el caso de las madres provenientes de zonas rurales, es probable que enfrenten barreras adicionales relacionadas con el acceso limitado a medios de transporte público, la escasa disponibilidad de servicios básicos y la menor presencia de redes de apoyo formales e informales. Estas condiciones pueden incrementar el nivel de dificultad para asistir regularmente a clases, participar en actividades académicas extracurriculares o acceder a recursos tecnológicos indispensables para el desarrollo de las tareas universitarias.
Por su parte, aunque las madres del casco urbano podrían tener un acceso más directo a infraestructura y servicios educativos, de salud y transporte, no están exentas de desafíos. Las exigencias de la vida urbana caracterizada por altos niveles de estrés, congestión vehicular, inseguridad y, en muchos casos, sobrecarga laboral pueden afectar negativamente su salud mental y su capacidad para cumplir de manera eficiente con las responsabilidades académicas y familiares. De esta manera se evidencia que la procedencia geográfica es un factor determinante en la experiencia universitaria de las madres estudiantes, y que las políticas de acompañamiento institucional no pueden ser homogéneas.

Figura 5. Lugar de procedencia.
En cuanto a las variables socioeconómicas que se estudiaron, en base al concepto Vera Romero & Vera Romero (2012) que la define como una medida total que combina la parte económica y sociológica de la preparación laboral de una persona y de la posición económica y social individual o familiar en relación con otras personas, por ello se consideró estudiar proveedores del hogar, redes de apoyo (familiares, sociales e institucionales), independencia económica e independencia residencial.
Según el estudio realizado por Gómez Urrutia y Figueroa Jiménez (2015), el rol de proveedor del hogar se orienta a la provisión de recursos básicos para la supervivencia de la familia, como es el caso de elementos de higiene, alimentación, salud, vestimenta, entre otras.
La figura 6 muestra quién es el proveedor económico del hogar. Los resultados revelan que un 45.83% de ellas asumen directamente ese rol, mientras que un 43.75% dice que es el cónyuge o pareja de la madre universitaria, sólo un 10.42% indica que la responsabilidad económica recae en sus padres o familiares cercanos.
Estos datos son significativos, evidenciando que las madres universitarias no sólo asumen las exigencias propias de la maternidad y la de estudiantes universitarias, sino también la responsabilidad de generar ingresos para sostener su hogar, lo que conlleva una sobrecarga de roles, provocando altos niveles de estrés, agotamiento físico y emocional y por ende dificultades para mantener su rendimiento académico. Por otro lado, el 43.75 % de las encuestadas que cuentan con un cónyuge como proveedor económico puede experimentar una situación relativamente distinta, con menos presión financiera lo que le permitiría mayor concentración en sus estudios.

Figura 6. Principal proveedor del hogar.
Redes de apoyo
Solorio Aceves y Medina Centeno que retoman a Speck (2000), señalan que una red de apoyo es el conjunto de las relaciones humanas que tienen una importancia duradera.
En la figura 7, se representa el nivel de apoyo que las madres universitarias reciben de su red familiar. Las redes familiares son esenciales para proporcionar respaldo emocional, económico y logístico, especialmente para mujeres que enfrentan múltiples desafíos.
El 75% de las madres dicen que el mayor apoyo que reciben es el cuido de sus hijos mientras asisten a clases, facilitando que permanezcan y logren culminar sus carreras universitarias, destacando a las redes de apoyo como un elemento esencial para que las madres universitarias logren sus éxitos académicos, de lo contrario la ausencia de este apoyo las vuelve vulnerables, incrementando el abandono escolar y la posibilidad de sufrir agotamiento y estrés.
En el grupo focal que se llevó a cabo con una participación de 12 madres universitarias y para conocer más de sus redes de apoyo familiares se les preguntó: ¿Qué tipo de relación tienen con su red de apoyo familiar?
De las 12 mujeres, 04 aseguran no tener relación alguna con sus familiares, 06 de ellas tienen relación únicamente con su mamá de la que recibe mucho apoyo, el resto cuenta sólo con el apoyo de sus parejas.
Mi único apoyo es mi esposo, desde que tuve a mi hijo mi familia se apartó (Valeria, 2024).
Siempre tengo apoyo de mi familia, aunque vivo aparte si los necesito me ayudan, más que todo en el cuido de mi hijo (Iveth, 2024)
Los comentarios recibidos confirman el resultado de la figura 7, donde el mayor apoyo que reciben es el cuido del niño mientras van a clases.
Este hallazgo se alinea con las ideas de Echeverría (2010), quien conceptualiza el parentesco como un lazo de solidaridad basado en la pertenencia sanguínea, pero también señala cómo este vínculo puede cambiar en contextos sociales complejos. En el caso de las madres universitarias, se evidencia cierto aislamiento familiar tras asumir la maternidad, un fenómeno que podría estar asociado a dinámicas sociales y culturales que estigmatizan o invisibilizan a estas mujeres.
La ausencia o debilidad de estas redes no solo incrementa el riesgo de abandono escolar, sino que también afecta la salud mental de las estudiantes, pues la sobrecarga emocional sin apoyo conduce a altos niveles de estrés y agotamiento, tal como señalan (Contreras Tinoco & Hernández González, 2019) en su definición del apoyo social.

Figura 7. Tipo de apoyo de mi red familiar.
Como se observa en la figura 8, el 89.58% asegura no recibir ningún apoyo de instituciones estatales. Esto muestra la necesidad de crear programas gubernamentales o universitarios dirigidos especialmente a este grupo que son las mujeres madres universitarias.

Figura 8. Instituciones de apoyo.
El 89.58% de las madres universitarias no reciben ningún apoyo de las redes sociales con las que cuenta, esto supone que entonces no han construido relaciones sólidas que se conviertan en sus redes de apoyo. Esta falta de redes sociales de apoyo refleja cierto aislamiento social lo que implica a la vez aumento en la carga emocional.
Aunque las cifras son bajas el hecho de que algunas pocas mujeres reciben apoyo económico complementario o apoyo emocional sí parece ser importante porque algunas madres pueden experimentar lo que se conoce como depresión posparto y problemas de salud posterior, incluso pueden surgir problemas de pareja, y el apoyo emocional es fundamental para que la madre conserve y fortalezca su visión de futuro. No todas las madres son resilientes en esta etapa y podrían, eventualmente, verse frustradas, al menos temporalmente, en sus proyectos de vida.
En lo que corresponde a redes sociales Contreras Tinoco y Hernández González se refieren al apoyo social como aquellas relaciones interpersonales de intercambio que le facilitan a los individuos mejorar sus condiciones de vida materiales; vivienda, ingresos, etc., y bienestar físico, social, emocional y de salud mental, así como afrontar de mejor manera las dificultades derivadas de conflictos que afectan a las personas.

Figura 9. Tipo de apoyo de mis redes sociales.
Desarrollo sostenible
El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades (Gómez de Segura, 2014).
La figura 10 refleja las fuentes de dependencia económica de las madres universitarias que según Galdámez & García Sifontes (2020), se entiende como la capacidad de las mujeres para generar ingresos y recursos propios mediante el acceso al empleo remunerado en condiciones de igualdad con los hombres. El 43.75% de madres universitarias dependen de sus propios recursos, otro 43.75% depende de sus parejas y solamente un 12.5% dicen depender de sus padres.
Es fundamental destacar que la dependencia económica incrementa la exposición de las mujeres a situaciones de violencia de género. Así lo evidencia el estudio de Flores Martínez (2021), el cual identifica un patrón recurrente entre las mujeres que sufren violencia en Nicaragua: bajos niveles de escolaridad, condición socioeconómica precaria, residencia en zonas rurales y dependencia económica, entre otros factores.

Figura 10. Dependencia económica.
En la figura 11, se refleja la situación residencial que tienen las madres universitarias. Un 50% reside en la casa de algún familiar, 25% pagan renta y solamente un 25% tiene casa propia. Ese 50% de madres que residen en casa de familiares pierden su independencia y la capacidad de tomar decisiones propias, mientras que el restante 50% que viven en casa propia o rentan reflejan estabilidad económica, independencia residencial y libertad de decisión.
Es importante mencionar que no tener dependencia residencial aumenta los niveles de estrés, lo que también repercute en el rendimiento académico de las madres universitarias.
La Independencia residencial está relacionada exclusivamente con la accesibilidad, la adecuación, la habitabilidad y la estabilidad de la vivienda respecto a las personas que residen en ella (Bellido, Uson, & Leturia, 2022).
Este aspecto se conecta con los derechos humanos fundamentales expresados por la Asamblea General (1948), en la Declaración Universal de los Derechos Humanos que reconoce el derecho a un nivel de vida adecuado, incluyendo vivienda digna, como base para el desarrollo pleno de la persona.

Figura 11. Propiedad de la vivienda.
Se evidencia que las madres universitarias constituyen un grupo con necesidades específicas marcadas por la convergencia de roles que demandan una gestión compleja y permanente de tiempo, recursos y responsabilidades.
La concentración de madres jóvenes y con hijos en etapas tempranas revela una tendencia creciente hacia la maternidad simultánea con la formación académica, lo que intensifica la sobrecarga y exige respuestas institucionales más flexibles y focalizadas.
Una tendencia clara que emerge es la persistencia de redes de apoyo familiares como principal recurso para estas estudiantes, pero también la creciente fragilidad y fragmentación de dichos vínculos, lo que refleja cambios sociales que pueden aumentar el aislamiento y la vulnerabilidad de las madres.
La ausencia casi total de redes sociales e institucionales de apoyo indica que las universidades y el Estado no han avanzado suficientemente en la creación de mecanismos integrales para atender a este colectivo, una brecha que se mantiene y profundiza.
El análisis muestra que la dependencia económica y residencial, predominante en gran parte de las madres universitarias, no solo limita su autonomía, sino que también las expone a riesgos asociados como la violencia de género y el estrés crónico. Esto sugiere que, sin intervenciones sostenidas, la desigualdad estructural en estos ámbitos se mantendrá o incluso se agudizará, dificultando la culminación exitosa de sus estudios y la mejora de su calidad de vida.
Se reconoce la presencia creciente de madres en la educación superior, la falta de una respuesta integral y diferenciada sigue constituyendo una barrera estructural que amenaza con reproducir desigualdades.
Se debe orientar la construcción de políticas inclusivas que incorporen el enfoque de género, fomenten la autonomía económica y residencial, y fortalezcan redes de apoyo multidimensionales, garantizando así no solo la permanencia sino la equidad real en el sistema universitario.
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