Ramón Ignacio López García1
nacho.ni@hotmail.com
Recibido: 07 de noviembre de 2018, Aceptado: 20 de diciembre de 2018
1 Master en Trabajo Social. Docente en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua).
RESUMEN
El presente artículo se ha elaborado en el marco del proyecto “Un estudio local para el desarrollo: historia del departamento de Río San Juan y sus municipios”, que la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua) ha liderado como parte de una tarea del Consejo Nacional de Universidades (CNU). El proyecto consiste en un intercambio multidisciplinar de estudiantes y docentes que realizaron trabajo de campo en los seis municipios de Río San Juan (Morrito, El Almendro, San Miguelito, San Carlos, El Castillo y San Juan de Nicaragua), obteniendo como resultado tres productos: un diagnóstico, una propuesta de plan de acompañamiento territorial y un libro de la historia de cada municipio. En este marco nace la motivación de compartir reflexiones sobre el desarrollo de la localidad del municipio El Almendro, un municipio con capacidad forestal, pero sin la vocación de sus habitantes, un municipio que ha surgido y se ha recuperado de situaciones complejas como el hecho de haber sido una zona de combate durante la revolución (1979 – 1990). Los diferentes momentos históricos del municipio muestran que la dimensión económica viene cobrando peso sobre otras dimensiones del desarrollo, donde la sostenibilidad, representada por el respeto y protección a la naturaleza como proveedora de bienes y salud, se aleja de la perspectiva de vida en la localidad.
Palabras claves: desarrollo; desarrollo humano; crecimiento económico; municipio; capital social; capital humano; sostenibilidad.
ABSTRACT
This article has been prepared within the framework of the project “A local study for development: history of the department of Río San Juan and its municipalities”, which the National Autonomous University of Nicaragua, Managua (UNAN-Managua) has led as part of a task given by the National Council of Universities (CNU). The project consists of a multidisciplinary exchange of students and teachers who carried out field work in the six municipalities of Río San Juan (Morrito, El Almendro, San Miguelito, San Carlos, El Castillo and San Juan de Nicaragua), the aim of which was to obtain three products : a diagnosis, a proposal of territorial accompaniment plan and a book of the history of each municipality. In this context, the motivation to share reflections on the development of the El Almendro municipality, a municipality with forest production capacity, but without the vocation of its inhabitants. This municipality has arisen and has recovered from complex situations such as the fact of having been a combat zone during the revolution (1979 - 1990). The different historical moments of the municipality show that the economic dimension is gaining weight on other dimensions of development, where sustainability, represented by the respect and protection of nature as a provider of goods and health, moves away from the perspective of life in the locality .
Keywords: development; human development; economic growth; municipality; social capital; human capital; sustainability.
INTRODUCCIÓN
La motivación personal para entrar en la discusión de los temas de Desarrollo, se presenta por la impresión recibida en el territorio local de El Almendro, un municipio ubicado a 282 km de Managua, sitio interesante en el departamento de Río San Juan, que conecta la zona del Atlántico con la del Pacífico de Nicaragua. Un puente de tránsito que permite observar los cambios en la naturaleza, expresados de manera rápida en la localidad, pese que se trata de un área vinculada a la reserva Indio Maíz.
El contacto con la naturaleza versus los acrecentados pasos que da la “modernización” nos hacen preguntarnos ¿qué está pasando con los recursos naturales?, ¿por qué hemos perdido el amor y respeto a la madre tierra que nos ha visto nacer, nos ha alimentado y nos ha cuidado? Nos asalta siempre la inquietud sobre ¿qué lógica de desarrollo nos lleva hacia cuál lugar? Dado que estamos inmersos en procesos globales y nacionales, reconocemos que las visiones se van transformando y las ideas de desarrollo pueden empezar a relegar el papel de la naturaleza como dimensión clave para la sobrevivencia de la humanidad.
Los diferentes momentos históricos del municipio muestran que, en el transcurso del tiempo, las ideas de desarrollo propuestas por la institucionalización global han predominado y que el crecimiento económico continúa imperando entre otras dimensiones, pese a las innumerables evidencias de que todo lo sólido se desvanece. En tanto la dimensión de la sostenibilidad y la dimensión humana representada en la participación, el capital social y el capital humano- cada vez parecen ser minimizadas y aliadas de la idea de progreso.
De esta manera, intentamos crear un espacio para la sensibilización de las ideas del desarrollo como forma colectiva de construcción social que permita generar una autocrítica a la forma de hacer “desarrollo” o bien, poner más atención en la planificación y ejecución de los planes de desarrollo local.
DESARROLLO
Partiremos por poner en discusión una breve reflexión sobre el énfasis que se le ha dado a las ideas del Desarrollo y compartir en síntesis las fases históricas más importantes que ha vivido el pueblo almendreño, de manera que luego tengamos la oportunidad de elaborar algunas reflexiones en torno a la dinámica “evolutiva” que viene presentando el municipio El Almendro en términos de desarrollo.
El énfasis en las ideas del Desarrollo
Más que un aspecto meramente teórico, interesa tener claro dos posturas claves para el abordaje del tema del Desarrollo. Para ello, organizamos la explicación en dos corrientes sobre las ideas de desarrollo.
Primera corriente de ideas sobre el Desarrollo. La primera idea es que existe un decidido pensamiento de que el Desarrollo es un invento impositivo propio del sistema capital, en el que todo puede ser convertido en un insumo, bien o producto que finalmente se traduce en objeto mercantil. Esta idea corresponde a la fuente más crítica y alternativa, que dicho sea de paso, no ha logrado obtener un efecto o peso relevante en la “evolución” de los pueblos.
Para este contexto efectivamente el desarrollo es una idea inexistente, una invención que garantiza el dominio de las ideas y de las relaciones en el mundo, por consiguiente, promueve la competencia y la imagen colectiva de que “el tener” lo es todo para estar desarrollado e impera sobre el “ser”.
Estas ideas están bastante vinculadas con los aportes de Arturo Escobar (2007), quien describe que el subdesarrollo es desde su propio lenguaje un instrumento para continuar profundizando las diferencias entre países. En su propuesta comparte la génesis de la idea del “subdesarrollo”, sobre todo en los países de América Latina, explicando que en el periodo del 11 de julio al 5 de noviembre de 1949, el Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento decide enviar a América del sur la llamada “Misión Colombia”. En esta misión se determina que la región latinoamericana es “tercermundista”, con muchas precariedades, pero a la vez, reconoce que es una región rica en recursos y biodiversidad. Es precisamente el inicio de toda una nueva ola colonizadora hacia esta parte del continente.
En esta misma línea también tenemos aportes de Manuel Castell, ofrece la teoría del “cambio de época” que hace toda una crítica en torno a la propuesta promovida por el pensamiento global. Castell plantea que nos encontramos en una “época de cambio” lo que es explicado consecuentemente por De Souza citando la experiencia de los indígenas Aymara que frasea: “cuando teníamos las respuestas… nos cambiaron las preguntas” (De Souza, 2009). Con esta ilustración explica que nunca se podrá tener las respuestas totales a los problemas de desarrollo que promueve el pensamiento más tradicional, porque cada vez que se consiguen estrategias para enfrentar el mundo globalizado, algo nuevo surge y nos aplaza lo logrado hasta ahora.
José De Souza Silva retoma las ideas de Castell y proporciona elementos para explicar que cada vez que hay un nuevo cambio en la configuración del mundo, se transforman también las relaciones de producción y las relaciones sociales, creando nuevos métodos de encontrarse con el mundo. En su texto titulado La Farsa del Desarrollo, nos reta a dejar de pensar en la idea única del desarrollo, e invita a repensar la realidad viviente analizando el triescenario que nos ha obligado a tener presente el actual contexto, pensando que la tendencia de la expresión humana se encuentra en un debate entre el mundo mercadológico, el mundo tecnológico y el ser humano como centro de dominio en el mundo (De Souza, 2009).
Segunda corriente de ideas sobre el Desarrollo. La segunda idea que se propone sobre el desarrollo es una propuesta más tradicional, responde a una institucionalización y a las ideas estructuradas de niveles internacionales reconocidos. Seguramente las hemos venido usando y combinando en algún momento dado. Obviamente y por razones estructuradas, las reflexiones de este ensayo están centradas en esta segunda corriente de inevitables pensamientos.
Las hemos venido conociendo desde hace algunos años y entre ellos se encuentran el desarrollismo, el tecnológico agrario, el crecimiento económico (teoría del derrame) y el desarrollo humano sostenible.
Estas ideas han promovido que la parte económica tiene mayor relevancia para sacar adelante un territorio. Es con estas ideas que hemos venido trabajando históricamente en la mayoría de los países, con las teorías de Pakdaman, Amartya Sen, Robert Putnam, McNeef entre otros. El Desarrollo Humano Sostenible, posee bases muy interesantes por incluir aspectos como los recursos naturales, la participación, las capacidades, la salud, la educación, la identidad, la cultura, el estado de derecho, el capital humano, el capital social, y el crecimiento económico.
Finalmente, el crecimiento económico parece ser el que toma la punta de lanza en la mayoría de los modelos que esta línea ha propuesto. Es interesante dado que si bien es cierto se requiere de un crecimiento económico para un despegue, en muchos sitios no se han logrado alcanzar las expectativas esperadas.
Por otro lado, cabe destacar que cualquiera de estos modelos termina por establecer criterios comparativos del “desarrollo” entre los diferentes países, lo que para los críticos de las ideas del desarrollo es algo irrisorio, dado que las condiciones de los diferentes territorios poseen igualmente diferencias abismales, impidiendo de esta manera alcanzar los niveles propuestos, por ejemplo, en el caso del índice de desarrollo humano.
A continuación, entramos en la descripción de la historia de desarrollo en el municipio, vinculándole con las diferentes perspectivas de desarrollo antes mencionadas. La historia más reciente del municipio tiene sus señales en el siglo XX y en un esfuerzo por aclarar sus fases históricas más importantes, es posible presentar seis momentos más o menos bien marcados que responden a eventualidades que han caracterizado cambios sustanciales en su existencia. Este criterio es el que permite comprender mejor la lógica evolutiva de la historia de su pueblo y sus diferentes aspectos sociales, económicos, culturales y religiosos.
Fases del desarrollo en el municipio
Primera fase: La esencia verde del sitio geográfico.
La zona en que se encuentra actualmente el municipio, en su esencia previa debe reconocerse como una estepa verde, una montaña con valles y una espesa área de forestación. Un sitio que fue usado como tránsito y a la vez unión entre la zona del Caribe Sur de Nicaragua -hoy Región Autónoma del Caribe Sur (RACS)- y las costas del lago Cocibolca o lago de Nicaragua, que conecta casi de manera inmediata la zona del Atlántico con la zona del Pacífico de Nicaragua.
Debe tenerse presente que El Almendro de hoy, aún forma parte de la reserva Indio Maíz, y por sus características fue por mucho tiempo un denso bosque en medio de la montaña, un área virgen, un sitio con todas las bondades de la naturaleza, con bosques, valles, estepas, ríos y una inmensa variedad de flora y fauna.
Tendremos que decir que la zona de El Almendro, fue para los antiguos grupos poblacionales de carácter indígena, el sitio ideal para la convivencia con la madre tierra, el lugar cruzado por un caudaloso río al que hasta este momento se le llama Tepenaguasapa.
El Almendro fue seguramente el territorio propio para la contemplación, adoración y cuido de los bienes proporcionados por la naturaleza. Sin embargo, el tema sobre las poblaciones, llámese tribus o pueblos indígenas que se asentaron -o probablemente transitaron- en esa región, es aún algo pendiente, dado que hasta ahora las pistas más cercanas para su estudio refieren a la talla de gráficos en las enormes rocas del Tepenaguasapa que pueden apreciarse únicamente en temporada de verano, las esculturas de piedra encontradas en las comarcas de El Peligro y Maderas, y los petroglifos y objetos encontrados en el sector de Talolinga hace algunos años que fueron trasladados hacia el museo de Juigalpa en el departamento de Chontales.
Sin lugar a dudas, El Almendro fue un sitio con las características propicias para que el ser humano pudiese vivir de manera armónica, sostenible y equilibradamente, con una perspectiva de vida benéfica por el entorno y girando alrededor de los fenómenos naturales.
Todo ese escenario imaginable de un sitio virgen, se habrá presentado en la zona probablemente antes de los años 1900.
Segunda fase: mujeres y hombres de raicilla y hule
La mayoría de los textos y testimonios contados por los aldeanos, coincide en que más o menos a partir de los años 1892 (siglo XIX), la zona se descubre como mina de raicilla, y hule, además de árboles maderables de preciosa calidad. Este hecho despierta el interés económico de pobladores de varias zonas aledañas, quienes viajan desde distintas partes del Caribe, del departamento de Chontales y de la zona de Río San Juan, para instalar campamentos temporales y explotar el recurso. Así se les empezó a llamar raicilleros y huleros.
Este fenómeno no solo ocurrió en este municipio, la historia de los municipios aledaños es muy similar en ese sentido, como el caso de San Miguelito y Morrito.
En sus inicios, comienza a poblarse como un breve campamento y luego como caserío alojado a las orillas del río Tepenaguasapa donde se encontraban varios árboles frondosos conocidos como almendros silvestres que en las copas de sus follajes, brotaban flores de un color rosado suave, razón por la que se le empezó a conocer como El Almendro. Los almendros de aquellos tiempos servían dinámicamente para tener un punto de referencia donde encontrarse y reunirse para muchas actividades propias de cualquier poblado: descansar, comer, incluso reunirse para empezar una jornada.
Los almendros fueron el sitio de concentración para organizarse en las diferentes cuadrillas de trabajo propias de la extracción y exportación de la raicilla y el hule.
De esa manera, y en torno a una actividad de corte económico se empezó a organizar el poblado, las primeras viviendas que se asentaron para dar forma a un nuevo rincón poblacional.
Alrededor del año 1940 en adelante, la historia de la localidad muestra que la raicilla se convirtió en uno de los rubros más importantes en la zona, la misma fue incluso usada como moneda de curso corriente para negociar transacciones de compra-venta. La explotación económica de ese rubro al igual que el hule, logró ser una actividad relevante para la vida de las familias que se empezaron a asentar en El Almendro.
Estas familias se organizaban en cuadrillas de cuatro, cinco o seis personas para formar equipos e internarse varios días en la zona boscosa y hacer su trabajo. La característica puntual de estos equipos radica en que la mayoría se formaban por vínculo o lazo familiar.
Por varios años resultó ser una fuente importante en la economía del país, pero la tecnología y los nuevos descubrimientos en el marco internacional hacen decaer su importancia al descubrir sustancias sintéticas sustitutivas. Esto devino en el establecimiento de un nuevo escenario en la organización social y económica de la población, que significó cambios para la población almendreña.
Tercera fase: mujeres y hombres de tierra y leche.
La práctica de la agricultura y la ganadería se encuentra relacionada al fenómeno de la extracción de hule y raicilla, casi de manera paralela en el último momento de la existencia de estos rubros.
Si con la extracción del hule y la raicilla se empezó a modificar el clima, la calidad de los suelos, la flora y la fauna, con la entrada de las prácticas de la agricultura y la ganadería las transformaciones se desarrollaron de manera más rápida.
La raicilla fue desapareciendo drásticamente para el año 1970. Algunos aldeanos mencionan que aún existen resabios de ese cultivo, pero ya no posee la importancia que antes le caracterizaba. Por su parte el caso del hule desapareció como práctica de explotación de forma más rápida entre los años 1945 y 1948 en el contexto de fin de la segunda guerra mundial.
Para los años 40 el poblado El Almendro empieza a ser más estable, aún con pocas viviendas y elaboradas de materiales muy rústicos y naturales, generalmente viviendas de palma y bambú, materiales encontrados en la zona -chozas se suele decir en Nicaragua-. Sin embargo, para los años 50, las familias comienzan a establecerse en el valle, provenientes de varios puntos del país, atraídos inicialmente por la extracción de raíz y hule, pero principalmente provenientes del municipio Morrito, San Miguelito y Acoyapa de Chontales.
En el intento por rescatar información confiada en la memoria de las personas más adultas del municipio, varias coinciden en que la introducción de la agricultura se desarrolla entre el año 1955 y el año 1960, y que la ganadería se empieza a organizar muy pronto en los años 60. Así lo recuerdan los señores Rolando Brenes y Julio Barrios, quienes llegaron con sus familias de Morrito y San Miguelito, respectivamente.
Don Carlos Pineda recuerda que “no había animales -refiriendo que la caza había cesado-, ya no había trabajo con la raicilla, entonces… vamos a sembrar”. Este fue el momento en que El Almendro se volcó a la tarea de la agricultura como actividad, transformándoles en hombres y mujeres de tierra.
La actividad agrícola de esos años tuvo una alta relevancia en la zona, dado que hay recuerdos que la capacidad de acopio de granos básicos, lograba topar los silos metálicos construidos para esos fines, mismos que aún se pueden apreciar a la entrada del pueblo donde hoy está instalada la unidad del Ejército de Nicaragua.
Al respecto, don Rolando Brenes explica que en esos tiempos se sembraba principalmente frijol, maíz y arroz. Menciona que “una manzana sembrada te daba la capacidad de producir 40 quintales”. También explica que “los ganaderos se empezaron a venir a las comarcas en los años 60”.
En esos años la frontera agrícola comienza su expansión, además de un nuevo uso de la tierra con la ganadería. Don Rolando Brenes cuenta que al municipio llegaron familias de varios sitios, pensando en crecer económicamente y encontraron la oportunidad para comprar tierras que pusieron a producir y usar con ganado.
De esta forma, el pueblo almendreño se transformó en hombres y mujeres de leche, quienes desde entonces han continuado la práctica de crianza de ganado, produciendo leche para el consumo y para la venta a las empresas de productos lácteos. Así El Almendro significa un verdadero potencial y proveedor en la producción de leche en el país.
Es en este periodo importante, cuando el poblado se consolida, crece, se organiza y su producción tanto agrícola como láctea le permite pensarse como municipio. Por tanto, realiza sus gestiones pertinentes para alcanzar la legalidad e independizarse de las tierras del municipio de Morrito, al que perteneció por muchos años. Así consigue fundarse como municipio el 04 de julio de 1974. Este hecho histórico está reflejado en la creación y aprobación de la Ley No. 401, publicada en La Gaceta No. 154 del 10 de julio de 1974.
Cuarta fase: mujeres y hombres en medio del conflicto armado
En 1979 se logra el triunfo de la Revolución Popular Sandinista sobre la dinastía de los Somoza quienes se habían apoderado de Nicaragua por unos 40 años. Este hecho histórico también transformó las relaciones del municipio, dado que la zona se convirtió en campo de batalla entre el ejército sandinista y los grupos armados de la contrarrevolución surgidos posterior al triunfo de la revolución.
Para los años 80 ya no existía en la zona la explotación del hule y la raicilla. El Almendro ya se había convertido en un municipio ganadero, y la producción y comercialización de queso se desarrolló como atractivo económico en la zona, además de la producción agrícola en menor escala.
Estas actividades económicas continuaron siendo la base del desarrollo de la localidad en los primeros años de la revolución, las mismas que el Gobierno de Reconstrucción Nacional apoyó y dinamizó entre 1979 y 1982, implementando programas de capacitación, reforma agraria y oportunidades para la tenencia y manejo de la tierra, además de los procesos de la Cruzada Nacional de Alfabetización que alcanzó con mucha beligerancia el sector. Sin embargo, la organización de los grupos armados contrarrevolucionarios insertos en la montaña ocasionó que el municipio bajara sus niveles de seguridad para trabajar la tierra, dado que los enfrentamientos entre sandinistas y grupos armados se volvieron cada vez más frecuentes y más violentos en la zona, afectando la condición económica y socio familiar.
En ese contexto en el que se desarrollaban combates entre la contrarrevolución por un lado, y el aparato revolucionario por otro, los pobladores de la zona sentían inseguridad viendo amenazado su bienestar, sobre todo en el campo rural.
Este fue uno de los periodos de mayor complicación para alcanzar desarrollo en la zona, dado que la intervención norteamericana en los procesos nacionales ocasionó un retroceso al poner en peligro la estabilidad del país y la posibilidad de alcanzar un estado integral del bienestar en la vida del poblado.
Quinta fase: mujeres y hombres organizados
Para los años 90, el municipio comienza a tener una interesante transformación, enfocada en el desarrollo social y organizativo de la población.
Bajo un contexto diferente, la guerra había terminado y la promesa de paz empezaba a dar frutos. Sin embargo, la reconstrucción de un pueblo que estuvo dividido por siete años no se logró ver de la noche a la mañana. Entre 1990 y 1993 muchas cosas cambiaron en las condiciones y se empezó a regresar al campo una vez más, pero la confianza y los resentimientos aún eran un tema en que se debía trabajar muy arduamente. Esa parte importante del desarrollo de la población no estaba siendo reflexionada.
Es hasta 1993 cuando se logran ver interesantes avances en temas, no solo materiales sino sociales y hasta espirituales. La llegada del padre Lucinio Martínez Cuesta, un sacerdote español de la iglesia católica, logra marcar un antes y un después en la vida de los almendreños, incluso hasta el día de hoy.
La perseverancia, las ideas, la vocación de servicio, el amor al prójimo y el ánimo para trabajar con la gente es lo que logra que Lucinio incorpore un modelo de trabajo organizativo en la localidad, en el que la gente regresa a sus prácticas más humanas, ayudarse unos a otros, a través de pequeños pero significativos proyectos de agua potable, energía eléctrica, asentamientos humanos, escuelas, entre otros.
Luego de los aportes de Lucinio en los 90, los mismos pobladores del municipio reconocen que es difícil pensar en una nueva y siguiente fase histórica para determinar significativos cambios en la localidad.
Sexta fase: mujeres y hombres en el camino de la democracia
Desde el año 1998 hasta esta fecha, lo acontecido en el municipio se encuentra marcado por una sucesión de distintos personajes de partidos políticos que han participado en procesos electorales desarrollados con normalidad. Eso deviene en la existencia de un proceso de democratización relevante.
Si bien es cierto que los alcaldes que han estado en turno, en coordinación con las instituciones estatales y organizaciones locales han promovido importantes obras de progreso, también existen elementos sustanciales que en la vida de los almendreños aún no se han logrado trabajar, los mismos que son relevantes para una cultura del buen vivir de los habitantes, entre ellas la salud tradicional, el rescate histórico, la promoción de la cultura, el turismo sostenible y la educación profesional.
Breves reflexiones sobre el carácter “evolutivo” del desarrollo en el municipio
Para establecer una síntesis que permita una mejor operatividad de estos aportes, presentamos una breve tabla que permite caracterizar de mejor manera las fases históricas del pueblo almendreño, no sin mencionar que establecer lo “evolutivo” en marco comillas es precisamente porque algunas fases históricas podrían no determinarse como evolución, así más bien la evolución está referida más a los momentos históricos que al desarrollo como tal.
A continuación, una breve caracterización extractivo de los diferentes momentos de la historia del pueblo almendreño:
Fase Histórica | Características claves para el desarrollo | Apuntes puntuales del desarrollo |
Finales del s. XVIII e inicios del s. XIX La esencia verde del sitio geográfico |
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Antes de los años 60 Mujeres y hombres de raicilla y hule |
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Desde los 50 hasta 1979 Mujeres y hombres de tierra y leche |
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1983-1990 Mujeres y hombres en medio del conflicto armado |
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1993-1999 Mujeres y hombres organizados |
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Desde los años 2000 en adelante |
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Tabla Nº 1: Fases históricas del pueblo Almendeño. Elaboración propia.
CONCLUSIONES
En relación con los procesos de desarrollo de la localidad, surgen muchas inquietudes, sin embargo, existen puntos que podríamos considerar luego de este breve recorrido histórico que de alguna manera nos ayudan a comprender ciertas visiones de desarrollo territorial.
Para alcanzar una caracterización más conclusiva de lo sintetizado antes, identificamos cómo se presenta cada énfasis en los distintos momentos del municipio:
Crecimiento económico: Esta dimensión se encuentra presente en todos los momentos a partir de los años 50. Aunque el tema de la distribución del mismo, es un asunto a discutir en otro momento. La parte económica ha prevalecido como enfoque en las ideas de desarrollo.
Capital social: Esta dimensión logró su mejor fortalecimiento entre los años 1993 y 1999, logrando buenos resultados en las relaciones y la confianza de la población en general, incluso en la población de las comarcas más rurales. Este contexto se vivió en buen momento, dado que la zona estaba recuperándose de una situación tensa de pos guerra.
Capital humano: Este aspecto ha sido poco utilizado en el municipio, salvo algunas experiencias de escuelas técnicas en los últimos años. No obstante, no ha sido muy bien aprovechado, dado que la zona en este momento se dedica a la agricultura y la ganadería.
Sostenibilidad: Desde el punto de vista de la protección del medio ambiente, el municipio no ha logrado rescatar este aspecto fundamental para la convivencia y la salud de la población, como lo era en sus inicios cuando el encuentro con la naturaleza se dibujaba en una relación de amor y respeto.
Participación: Este aspecto ha sido mayormente promovido en los últimos años. Sin embargo, una buena escuela para su promoción fue desarrollada en el periodo 1993-1999 con los aportes de Lucinio y la creación de la Asociación para el Desarrollo de El Almendro (ASODEAL). Posteriormente, los gobiernos locales han rescatado las experiencias para organizar a las comunidades.
Sin lugar a dudas, es inevitable rescatar que la experiencia de El Almendro se encuentra íntimamente conectada a los procesos globales y nacionales, lo que determina la tendencia de sus características y prioridades en términos de desarrollo. Cabe reiterar que no existen recetas para lograr el desarrollo; sin embargo, su inserción en todo un engranaje nacional debería ser útil para identificar procedimentalmente los potenciales que posee el municipio para alcanzar una mejor calidad de vida.
Los planes de desarrollo municipal poseen un diseño riguroso de las localidades, además de la integración de todas sus fuerzas institucionales existentes, pero la oportunidad de evaluar en proceso las áreas de crecimiento y la necesidad de tener claro los procesos de actuación humana, son aún un tema pendiente de discusión, asimismo el tema del cumplimiento operativo de las leyes y ordenanzas del municipio.
De acuerdo con las dimensiones de la propuesta institucionalizada de las ideas del desarrollo, el municipio El Almendro viene retirándose cada vez más de su contacto directo con la protección del medio ambiente, y acercándose cada vez más al énfasis en el crecimiento económico, lo que en años anteriores ha sido la principal estrategia de trabajo neoliberal tergiversando los propósitos del desarrollo pensado en su máxima expresión en el campo de lo social y contradiciendo la propuesta del desarrollo humano sostenible por perseguir fines y medios adversos.
El Almendro requiere profundizar en su visión de desarrollo rescatando los beneficios de la protección y convivencia con el medio ambiente proveedor de bienestar, salud y vida.
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