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hacen valer los derechos de los niños. Los establecimientos
de educación no están en condiciones dignas para el retorno
seguro de los niños y adolescentes. Durante el periodo
virtual, muchos jóvenes y niños desertaron al no contar con
los recursos necesarios para poder recibir sus clases.
Necesitamos acciones que cambien esta realidad. De lo
contrario, nunca podremos erradicar este problema.
La niñez hondureña no solo enfrenta problemas en el
sector educativo. Un problema más que afrontan los niños
es el trabajo infantil. Desafortunadamente, Honduras no
cuenta con la facultad de poder erradicar el trabajo infantil,
siendo un problema desde hace muchos años atrás. No es
tolerable que se prive de la libertad, inocencia y felicidad a
inocentes almas que desde temprana edad deben enfrentarse
a circunstancias adversas y que tengan que luchar por
mantener a sus familias en lugar de estudiar, reír y seguir
siendo niños. El trabajo infantil se encuentra a plena luz del
día. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en
Honduras, 404,642 niños y niñas entre 5 a 17 años son
víctimas del trabajo Infantil. (Organización Internacional
del Trabajo [OIT], 2019). Se estima que dicha cifra ha
aumentado por causa de las recesiones económicas
derivadas de la pandemia de COVID-19, violentando los
derechos de la niñez hondureña.
En el Artículo 114 del Código de la Niñez y de la
Adolescencia de la República de Honduras, se afirma que
“es deber del Estado formular políticas y elaborar, promover
y ejecutar programas tendentes a la gradual abolición del
trabajo de los niños.” (Código de la Niñez y de la
Adolescencia, 2013, p. 26). Hay muchos factores que
influyen en esta crisis, tales como la pobreza, corrupción,
entre otros. Es evidente que la influencia de estos factores
desemboca en el nefasto resultado llamado “trabajo
infantil.” Honduras, en general, se ha estancado en buscar
alternativas y realizar acciones que terminen con este acto
inhumano. El trabajo infantil es una sentencia para la
involución del país.
El Estado debe contribuir a que en la práctica se
implemente una política en favor de proteger a los niños que
son explotados por el trabajo infantil. Es evidente que
nuestro país no le está otorgando la debida atención a esta
problemática que hostiga a nuestra niñez. El futuro de
Honduras no se visualiza prometedor si contamos con niños
que están trabajando en las calles en lugar de formarse
profesionalmente y de cambiar la realidad del país
invirtiendo en una educación de calidad. Alexis Herman
funcionaria de EE. UU afirma, “si no podemos empezar a
ponernos de acuerdo sobre los fundamentos, tales como la
eliminación de las formas más abusivas de trabajo infantil,
entonces realmente no estamos listos para marchar hacia el
futuro” (Acuña Caro & Vega Baza, 2015, p.2).
Otra problemática que afronta la niñez hondureña es la
“niñez migrante”. Es degradante observar que muchos niños
y jóvenes salen del país en busca de una vida mejor. En
definitiva, la niñez migrante es el punto de detonación que
muestra nuevamente la terrible situación que afrontan las
generaciones más jóvenes en Honduras. Nuestros jóvenes y
niños no tienen que vivir una experiencia de esta magnitud.
Recordemos que no solo escapan de un país que no puede
garantizarles una vida digna, si no que en medio del proceso
de migración se ven expuestos a violencia, falta de
alimentos, violaciones y otras situaciones escalofriantes, de
las cuales un niño no debería estar expuesto.
Los problemas actuales de la niñez en Honduras giran
alrededor de la falta de acceso a la educación, a la salud y a
la satisfacción de sus necesidades básicas. Es momento de
despertar y comenzar a realizar acciones que realmente
representen un cambio significativo para proteger nuestro
futuro que son la niñez y la juventud hondureña. “Lo que
embellece al desierto es el pozo que oculta en algún sitio”
(Saint-Exupéry, 2014). Cada uno de nosotros podemos
convertirnos en ese pozo de agua y ser la esperanza que
nuestro país implora. Incito a la reflexión sobre la terrible
situación que atraviesa la juventud hondureña. Debemos ser
promotores de un verdadero cambio para la nación.
Podemos iniciar a partir del núcleo familiar, estimulando un
ambiente sano para la niñez que merece vivir sin violencia,
así como realizando planes de nación enfocados en la
educación y protección de la niñez. Es necesario mostrar
nuestra solidaridad a las organizaciones gubernamentales y
no gubernamentales e informar y concientizar a la población
hondureña sobre las problemáticas que violentan los
derechos de la niñez y juventud de Honduras.
Es momento de actuar y cambiar la realidad que
actualmente vive nuestra niñez. De lo contario, estaremos
sentenciando a Honduras a la involución.
Conflictos de Interés
La autora declara no tener ningún conflicto de interés.
Referencias Bibliográficas
Acuña Caro, D. C., & Vega Baza, C. P. (2015). Representaciones sociales
en torno al trabajo infantil y la escuela en niños, niñas y adolescentes
no escolarizados y sus cuidadores, pertenecientes a una fundación en
Cartagena de Indias. Universidad de San Buenaventura Seccional
Cartagena.
http://bibliotecadigital.usbcali.edu.co/bitstream/10819/4103/1/Represe
ntaciones%20sociales_Daniela%20C.%20Acu%C3%B1a%20C-
2015.pdf
Código de la Niñez y de la Adolescencia. (2013). Diario Oficial La Gaceta.
https://www.tsc.gob.hn/web/leyes/Codigo_ni%C3%B1ezyadolescenci
a_2013.pdf
Organización Internacional del Trabajo [OIT]. (2019, 19 de febrero). Nuevo
proyecto abordará trabajo infantil en cadena de suministro de café de
Honduras. https://www.ilo.org/sanjose/sala-de-
prensa/WCMS_672438/lang--es/index.htm
Saint-Exupéry, A. (2014). El principito. Editorial Digital UNID.
*Recibido: 16 febrero 2022. Revisado: 24 febrero 2022. Aceptado: 31
marzo 2022. Publicado: 30 abril 2022