INNOVARE CIENCIA Y TECNOLOGÍA VOL. 11, NO. 1, 2022
Disponible en CAMJOL
INNOVARE Ciencia y Tecnología
Sitio web: www.unitec.edu/innovare/
1 Autor corresponsal: g.iventura@unitec.edu, Universidad Tecnológica Centroamericana, Campus San Pedro Sula
Disponible en: http://dx.doi.org/10.5377/innovare.v11i1.14082
© 2022 Autores. Este es un artículo de acceso abierto publicado por UNITEC bajo la licencia http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0
Opinión
Rostros del mundo: pobreza, desigualdad y exclusión social
Faces of the world: poverty, inequality, and social exclusion
Isis Ventura Caballero1
Facultad de Ciencias Administrativas y Sociales, Universidad Tecnológica Centroamericana, UNITEC, San Pedro Sula,
Honduras
La pobreza ha sido, sigue y probablemente segui
siendo una problemática social mundialmente, relacionada
con la carencia y el irrespeto a la dignidad del ser humano.
No existe una definición única de pobreza universalmente
aceptada. Sin embargo, la pobreza constituye una parte
esencial e integral en el estudio del desarrollo humano en
numerosos aspectos, tanto cultural como socialmente.
Convirtiéndose en una situación deplorable e injusta,
llegándose al extremo de considerarse en algunos casos
como una responsabilidad exclusiva de aquellos para
quienes es una realidad diaria.
La pobreza no es una situación que sucede
primariamente por voluntad propia del individuo. Es el
resultado de injusticias y problemas estructurales, producto
simplemente de prácticas y decisiones humanas. Mismas
que tienen la posibilidad y deben ser modificadas en
cuestión a los derechos irrenunciables que todo ser humano
posee desde su concepción. Generalmente, se considera
como la insoslayable consecuencia de la ausencia de
derechos humanos mundialmente.
El complejo paradigma de la pobreza se puede
denominar como un conjunto de problemáticas sociales que
impiden a aquellos que sufren de la misma, tener un rol y
una participación justa en la sociedad, mediante la privación
severa de necesidades básicas que excede aquellos limites
tanto morales como socialmente aceptables. En esto, no
solo se contempla la privación, sino también los factores de
desigualdad y exclusión social.
Los derechos humanos son inalienables e inherentes a la
persona. Por ende, irrenunciables, característica reconocida
no solo en la ley interna de países que se sustentan en el
respeto irrestricto a los derechos humanos, sino que también
considerados como tales en los instrumentos y convenios
internacionales vigentes. La Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), en su informe
Panorama Social de América Latina, menciona que tan solo
en Latinoamérica y el Caribe, en el 2021, la tasa de pobreza
extrema aumentó a un 13.8%, un total de 86 millones, y la
tasa de pobreza general disminuyó del 33.0% al 32.1% de
la población, un número total de 201 millones (CEPAL,
2021).
Realidad mundial de la pobreza
La realidad latinoamericana y caribeña presenta una alta
problemática de pobreza. Esta no sólo significa una
insuficiencia o carencia de bienes de carácter material, sino
la falta de recursos, oportunidades y seguridad lo que atenta
contra la dignidad e intensifica la vulnerabilidad de los
pobres. Actualmente, estamos siendo testigos de una
realidad mundial, que se asemeja sutilmente a una moneda
de dos caras. Por un lado, mostrando una expansión de
riqueza en determinados países; por el otro, una expansión
de pobreza extrema y devastadora para otros. Según Salil
Shetty (2005), director de la Campaña del Milenio de las
Naciones Unidas, “en el mundo actual, no existe mayor
desafío que combatir la pobreza extrema y sus
manifestaciones” (p. 7).
La pobreza ha sido asociada frecuentemente con
conceptos como el nivel de vida de los individuos,
desigualdad, vulnerabilidad extrema, entre otros,
reconocidas como las distintas manifestaciones del
fenómeno y que poseen distintos alcances. Por
consecuencia, un gran porcentaje de personas no gozan de
aquellos derechos humanos consagrados en los principales
instrumentos nacionales e internacionales con los que
cuenta el continente.
Lamentablemente, la cifra solo aumenta aún más al
abarcar toda la superficie mundial. La pobreza no se trata
solo de ingresos, se trata de una problemática de naturaleza
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multidimensional, la cual se encuentra en todas las regiones
del mundo. Según índices provistos por el Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo en su informe anual
Índice de Pobreza Multidimensional Global 2021, en el que
compara, vigila y mide la pobreza multidimensional en más
de 100 países del mundo, la situación se agudiza
gravemente en regiones como el África subsahariana y el
sur de Asia, regiones en las que el 53% y el 29% de la
población, respectivamente, son pobres (PNUD & OPHI,
2021). De 5,900 millones de personas, 1,300 millones se
encuentran en situación de pobreza multidimensional. Es
decir, el 21.7% de la población se encuentran en estado de
pobreza. En esta cifra, se incluyen niños, encontrándose que
casi la mitad de las personas que viven en la pobreza
multidimensional son niños (PNUD & OPHI, 2021).
Esto significa que la pobreza afecta más a los niños que
a los adultos. Simples niños que experimentan privaciones
en términos de años de escolaridad, combustible para
cocinar, acceso a agua potable, entre otros, lo que amplifica
la tasa de mortalidad de niños menores de 5 años. La
mortalidad infantil está vinculada a la pobreza, lo que se
demuestra al tomar en cuenta que la mayoría de estos niños
viven en países con un bajo desarrollo humano y escasos
ingresos. Dichos niños mueren como consecuencia de una
enfermedad provocada por el acceso inexistente a servicios
como la asistencia sanitaria, acceso al agua potable, entre
otros.
Factores de la pobreza
Los Estados deben desarrollar mecanismos destinados a
brindar ayuda para todas aquellas personas víctimas de la
pobreza, desigualdad y exclusión social para que se les
permita disfrutar de todos aquellos derechos, los cuales se
les han sido violados. Todos los derechos humanos, el
derecho a la libertad de expresión, al sufragio, a los
alimentos, a la atención sanitaria y a la salud son de vital
importancia para los que sufren de la pobreza. La pobreza
es un elemento que se entremezcla con factores como la
exclusión social, la discriminación y la desigualdad,
haciendo realidad un acceso desigual a recursos y
oportunidades.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos
(1995), dispone en su artículo 1.1, que aquellos Estados que
han ratificado la convención se comprometen a respetar
los derechos sin discriminación alguna por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de
cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social”
(p. 2). Sin embargo, debido a la falta de líderes capaces de
cumplir con las disposiciones contenidas en los tratados,
convenios y leyes vigentes en cuanto a la protección de los
derechos humanos de la persona, los temas de la
desigualdad y exclusión social ya no son una problemática
influyente en Latinoamérica y el Caribe, sino una
problemática hemisférica.
Actualmente, países con ingresos medianos y altos
también se han enfrentado a condiciones crecientes y
alarmantes de desigualdad donde la acumulación de riqueza
es desmedida en posesión de pocas personas. La
desigualdad no se ve expresada solamente en la escasa
diversidad de personas que reciben ingresos o poseen bienes
materiales, también se deriva de la discriminación por razón
de grupos étnicos, idioma, religión, género, origen
geográfico, de distinta capacidad física y/o cognitiva, entre
otros, lo que la convierten en un fenómeno mundial
incompatible con los ideales democráticos.
En suma, existen otras desigualdades de carácter
permanente, tales como el ser mujer, persona con
discapacidad e inmigrante, entre otros. Dichos factores
implican una posición de desventaja exponencial en cuanto
al diario vivir en la sociedad a comparación de aquellos
individuos quienes no se encuentran en esos grupos de
vulnerabilidad.
Los derechos humanos y su relación con la
pobreza
Si bien, la pobreza y los derechos humanos son dos
conceptos que a primera vista no se consideran íntimamente
relacionados, en la práctica se busca incorporarlos a efecto
de abordarlos bajo la óptica de los derechos humanos. La
realidad que se vive mundialmente se ha tornado en un reto
para los Gobiernos de los Estados y su capacidad de afrontar
la pobreza, pero también para aquellos órganos que tienen
la obligación de tutelar toda acción u omisión que conlleve
a la transgresión de los derechos fundamentales del
individuo. Por cuanto su obligación es garantizar y proteger
los derechos individuales y sociales de la persona como tal.
Esta problemática se encuentra más allá de los propios
Estados, por lo que no debe escapar al Sistema
Interamericano, específicamente a la Corte Interamericana
de Derechos Humanos al ser esta parte de los principales
actores en materia de derechos humanos.
Poner fin a elementos como la exclusión social,
discriminación y desigualdad permitirá eliminar los
obstáculos que enfrentan diariamente las minorías en
cuanto a su participación en el mercado laboral, acceso a
asistencia médica, acceso a la educación, entre otros. Las
situaciones de pobreza general como de pobreza extrema
conllevan un claro atentado a la dignidad del ser humano
implicando asimismo una vulneración total a numerosos
derechos humanos. Concretando, Eleonor Faur (2008)
sugiere que “las múltiples definiciones sobre la pobreza
tienen en común la evidencia de una carencia, de un déficit
para acceder a niveles de vida dignos” (p. 178).
El pilar componente de la pobreza supone la presencia
de exigencias humanas de carácter imperioso, exigencias
que se encuentran entrelazadas desde su cimiento con los
derechos humanos. La pobreza supone la evidente violación
de la dignidad humana por parte de los propios Estados, lo
que implica la privación de su propia ciudadanía y
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capacidad de ser considerado como ciudadano de dicho
Estado. Por tanto, la pobreza además de ser una negación de
la dignidad humana es la negación absoluta de la
ciudadanía.
Conflictos de Interés
La autora declara no tener ningún conflicto de interés.
Referencias Bibliográficas
Comisión Económica para América Latina y el Caribe [CEPAL]. (2021).
Panorama Social de América Latina. CEPAL.
https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/47718/1/S210065
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Convención Americana sobre Derechos Humanos. (1995). “Pacto de San
Jode Costa RicaArticulo 1, 22 de noviembre de 1969. Organización
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Faur, E. (2008). La pobreza como problema de derechos humanos. Nuevas
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https://www.corteidh.or.cr/tablas/r23827.pdf
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Human Development Initiative [PNUD & OPHI]. (2021). Índice de
Pobreza Multidimensional Global 2021. Desvelar las disparidades de
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https://hdr.undp.org/sites/default/files/2021_mpi_report_es.pdf
Shetty, S. (2005). Declaración y objetivos de desarrollo del milenio:
Oportunidades para los Derechos Humanos. Revista Internacional de
Derechos Humanos, 2, 7-21. https://rb.gy/g9btbx
*Recibido: 24 febrero 2022. Revisado: 24 febrero 2022. Aceptado: 31
marzo 2022. Publicado: 30 abril 2022
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