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Autor corresponsal: rsantosmunguia@unitec.edu, Universidad Tecnológica Centroamericana, Campus Tegucigalpa
Disponible en: http://dx.doi.org/10.5377/innovare.v11i3.15362
© 2022 Autores. Este es un artículo de acceso abierto publicado por UNITEC bajo la licencia http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0
Carta al Editor
El uso de las remesas internacionales: consumo por sobre inversión
The use of international remittances: consumption over investment
René Javier Santos
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Facultad de Postgrado, Universidad Tecnológica Centroamericana, UNITEC, Tegucigalpa, Honduras
Estimada Editora,
¿Tienen las remesas de los trabajadores efecto
multiplicador robusto sobre la economía familiar y
nacional? Cuando este tipo de ingreso es destinado a
consumo y no a inversión o ahorro, por ejemplo, su
influencia sobre la economía es limitada. Para especialistas
como Bámaca-López (2017) las remesas deberían ser menos
utilizadas en la satisfacción de necesidades básicas y más en
inversiones productivas.
Honduras es el segundo mayor receptor de remesas en
Centroamérica, por detrás de Guatemala. Según reporte del
Banco Central de Honduras (2022), se recibieron un total de
USD 7,369.9 millones en el 2021. Esto mostró un
crecimiento del 28% con respecto al 2020. En promedio,
cada hondureño envía USD 592.5 mensuales. Las madres de
familia y los hijos son los más beneficiados de las remesas.
Sin embargo, el 79.6% de este tipo de ingresos son
destinados a consumo y solo un 6.4% se utiliza como capital
de inversión. Esto hace que las remesas de los trabajadores
sean poco productivas (Rodríguez, 2021; Banco Central de
Honduras, 2022).
Esta práctica no es exclusiva de las familias hondureñas.
En México, el 96% de las remesas recibidas en 2004 eran
destinadas al gasto corriente, el 78% se ha destinado a
consumo básico: alimentación, vestimenta y gastos de
manutención. Solo el 1% se destinó a inversión. Diez años
después en 2014, las remesas eran en un 57.7% destinadas a
consumo básico (de la Rosa Mendoza et al., 2006; Pardo
Montaño & Dávila Cervantes, 2016).
Uno de cada cinco salvadoreños recibe remesas desde el
exterior. Sin embargo, el uso que los receptores dan a este
ingreso no influye directamente en el mejoramiento de la
calidad de vida de las familias y en la economía nacional
(Keller & Rouse, 2016). Mediante las remesas recibidas, los
salvadoreños satisfacen especialmente las necesidades
básicas como alimentación, vestido y salud (Tarazona et al.,
2018; García Castro & Sánchez Sánchez, 2018). Según
Zuleta (2021) los receptores de este tipo de ingreso destinan
un 90.0% para consumo, 6.6% para educación, 3.0% para
cubrir necesidades de salud y 0.4% para invertir o formar un
negocio.
En Guatemala, el 68% de las remesas son destinadas a
consumo, con el objetivo final de satisfacer las necesidades
básicas de alimentación, pago de alquiler de vivienda,
calzado y vestuario. Por otra parte, el 32% de esos recursos
son destinados a inversión y ahorro. Aumentar los niveles de
uso en inversión y ahorro es una tarea pendiente del
gobierno guatemalteco (Bámaca-López, 2017).
Es pertinente promover mecanismos para volver más
productivas las remesas. Particularmente, la creación de
leyes que promuevan entre los receptores mejor utilización
de este tipo de divisas y mayor inclusión financiera. Estas
son tareas pendientes de las autoridades hondureñas.
Asimismo, es necesario generar programas gubernamentales
de desarrollo conjunto de inversiones, con una mezcla entre
fondos de gobierno y fondos de remesas. Estas experiencias
se han desarrollado en México y El Salvador y podrían hacer
de este tipo de divisas un verdadero promotor del
crecimiento económico.
Conflictos de Interés
El autor declara no tener ningún conflicto de interés.
Referencias Bibliográficas
Bámaca-López, E. (2017). Remesas y desarrollo en Guatemala.
Contrapunto, 125, 63-75.
Banco Central de Honduras. (2022). Resultados encuesta semestral de
remesas familiares.
https://www.bch.hn/estadisticos/EME/Resultados%20Encuesta%20Se