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Autor corresponsal: roger.martinez@unitec.edu.hn, Universidad Tecnológica Centroamericana, Campus Tegucigalpa, Honduras
© 2023 Autores. Este es un artículo de acceso abierto publicado por UNITEC bajo la licencia https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/
Editorial
De una sola pieza
One piece
Róger Martínez Miralda
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Secretario General y Prorrector
Universidad Tecnológica Centroamericana, UNITEC
Tegucigalpa, Honduras
La convivencia social armónica exige la posesión de
unos valores y el ejercicio de unos hábitos éticos que
hacen posible que aquella esté presidida por la confianza,
por la certeza de que nuestro interlocutor está siendo veraz
en sus afirmaciones y de que no hay sitio para la sospecha,
ni para el doble discurso.
Solo la correspondencia entre la realidad y lo que se
afirma puede garantizar un entendimiento permanente
entre los protagonistas del fenómeno comunicativo.
Cuando se falsea la verdad, y, por lo mismo, deja de serlo,
se rompe la cadena de la confianza y los posibles vínculos
entre los que buscaban comunicarse desaparecen.
Y lo anterior, tanto en las relaciones ordinarias entre
las personas como en todos aquellos otros ámbitos en los
cuales la rectitud de intención y la coherencia entre lo que
se piensa, lo que se dice y lo que se hace no debe presentar
contradicciones.
Una relación humana presidida por la honradez, por la
veracidad, por la sinceridad; por esa serie de hábitos éticos
que construyen un escenario apto para el trabajo conjunto,
para el esfuerzo común, no solo hace posible la
convivencia sino, además, facilita el desarrollo social y el
avance de la ciencia. Hace falta que cada uno de los
integrantes de la colectividad aspiremos a la integridad
ética, a ser mujeres y hombres de una sola pieza, carentes
de fisuras, poseedores de un solo rostro, una sola cara.
En la escala de valores, sin duda que la integridad
ocupa un sitio superior, se ubica en la parte más alta de
aquellas ideas que, en principio, deben rectorar nuestra
conduta cotidiana, hasta traducirse en conductas
observables que dan concreción a la vivencia del valor y
que los convierten en una virtud humana, en un hábito
ético. Una persona íntegra, es, sin duda, alguien de fiar.
No hay ella zonas oscuras, recovecos inadvertidos ni
sorpresas.
Una conducta diáfana, transparente, genera un clima
laboral y social en el que puede uno moverse con fluidez
y sin miedo.
En el ámbito de las ciencias, es evidente que la
integridad juega un rol fundamental. Un investigador
honrado; uno que no se atribuye méritos ajenos y que
reconoce los aportes de sus colegas y pares, vale mucho.
Las mujeres y los hombres de ciencia que,
cotidianamente, ponen en ejercicio su fortaleza ética, y la
fortaleza es una virtud cardinal, son un sólido sustento del
conocimiento y de la colaboración.
En este 2023, en el que en Unitec hemos decidido dar
realce a nuestro primer valor institucional: la Integridad
Ética, esperamos que este continué siendo un faro que
guía e ilumina nuestro quehacer formativo.