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Cambio Climático (CMNUCC). Durante esta actualización,
se adquirió el compromiso de reducir para el 2030 en un
16% las emisiones de gases de efecto invernadero, así como,
aumentar en un 30% la restauración de la cobertura boscosa
(Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
[PNUD], 2021).
La gestión del cambio a fin de promover el
cambio climático
A pesar de los avances en la gestión y administración del
cambio climático en Honduras, no existen las sinergias
necesarias entre los actores que administran y la población.
Por tanto, se necesita la gestión del cambio de manera
urgente a través de la transversalización del cambio
climático en las dimensiones económicas y sociales
ambientales en el país.
En teoría, transversalizar como verbo no es aceptado aún
por el Diccionario de la Lengua Española. Dicha palabra
viene del adjetivo transversal y se refiere a un conjunto de
acciones continuas sobre un tema específico que atraviesan
todos los ámbitos para obtener un efecto y/o cambio
positivo. Honduras ha tenido experiencias previas en la
transversalización como ser en el sector educación,
específicamente con la inclusión de la educación ambiental
en la currícula nacional y la inclusión de la perspectiva de
género en el sector económico-social. Ambas con pocos
resultados trascendentales.
La gestión del cambio debe redirigirse desde la Dirección
Nacional de Cambio Climático (DNCC), la cual posee
cuatro ejes de acción que son: mitigación, adaptación,
finanzas del clima y gestión del conocimiento. Este último
es el menos entendido y atendido, ya que la divulgación de
los conocimientos en investigación y ejecución de proyectos
es baja. La población hondureña desconoce lo que se hace.
Por tanto, es importante priorizar y reformular cómo llegar
al público para gestionar este conocimiento de manera
eficiente.
La dimensión económica de Honduras es frágil. Se debe
analizar los proyectos de adaptación y mitigación de alto
costo financiero, así como los compromisos adquiridos en el
tema del cambio climático por el gobierno, ante los entes
supranacionales. Es importante estudiar profundamente de
manera que, la dimensión ambiental sea la principal
beneficiada.
Desde de la dimensión social, el sector educativo ha
contribuido con un Manual de Escuelas Amigas de la
Infancia, el Módulo VI sobre cambio climático del Fondo de
las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en
Honduras y la guía para los centros educativos sobre
medidas relacionadas con el cambio climático de la
Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO). En las universidades, se
hace una breve introducción a la temática del cambio
climático en la asignatura de Educación Ambiental.
Recientemente, se desarrolló una declaratoria por el
Consejo Técnico Consultivo (CTC) del Sistema de
Educación Superior, en la cual rectores y representantes de
21 universidades hondureñas, propusieron la temática de
cambio climático en la currícula académica. Con ello, se
formalizará la presencia del sistema educativo superior en la
agenda climática nacional (Universidad Pedagógica
Nacional Francisco Morazán [UPNFM], 2022).
Son escasas las experiencias sistematizadas de
transversalización del cambio climático en otros países. No
obstante, México desarrolló un documento sobre adaptación
al cambio climático e incluyó instrumentos de política
pública sectorial. Para otro caso, Colombia en 2010, aplicó
en su política pública, la transversalización del cambio
climático como prioridad. Siguiendo la experiencia de
Colombia, Nicaragua y El Salvador replicaron la integración
del cambio climático en sus procesos nacionales de
desarrollo, al igual que otros países de las Naciones Unidas.
Chile ha mostrado indicadores optimistas en la reducción de
gases de efecto invernadero debido a la política de
empoderamiento aplicada en el todo el país, seguido de
Brasil, Costa Rica y Cuba.
La estructura orgánica del Estado en el tema de ambiente
y cambio climático es funcional. El respaldo legal es
suficiente para el cumplimiento de la agenda climática
hondureña. El recurso humano está preparado y fortalecido
para la aplicación de dicha agenda. Es casi inminente el paso
al conocimiento público de las estratégicas y planes
desarrollados. Sin embargo, la población hondureña necesita
formarse, adaptarse, gestionar y mitigar los riesgos del
cambio climático. No basta aceptar que los seres humanos
logren resiliencia, mientras más factores estresantes sufren.
El Estado es el llamado a liderar las acciones para
combatir los efectos del cambio climático a través de las
instituciones, ministerios, medios de comunicación,
mancomunidades, alcaldías, Organizaciones No-
Gubernamentales (ONG), iglesias, entre otros. No es una
tarea fácil. Puede demorar un tiempo hasta llevar el mensaje
a los lugares más recónditos de nuestro país.
¿Qué hace falta para que Honduras desarrolle una política
pública transversalizada por el cambio climático?
1. Analizar las lecciones aprendidas y aplicar la
metodología de la Guía para Transversalización del
Medio Ambiente y el Cambio Climático por la Agencia
Española de Cooperación Internacional para el
Desarrollo (AECID). Esta guía propone una ruta para
distinguir las iniciativas de adaptación, riesgo y
mitigación al cambio climático.
2. Revisar la Serie de Estudios Temáticos de
EUROCLIMA+ de 2019 de la Comisión Europea, la
cual señala los desafíos y demandas de Honduras para
el cumplimiento del Acuerdo de París (Comisión
Europea, 2019).