1
Autor corresponsal: melissa.caceres@sustentahonduras.org, Universidad Tecnológica Centroamericana, Campus Tegucigalpa, Honduras
Disponible en: http://dx.doi.org/10.5377/innovare.v12i1-1.16014
© 2023 Autores. Este es un artículo de acceso abierto publicado por UNITEC bajo la licencia https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/
Opinión
Enfoque de género ante la crisis climática y su vinculación al sector
agrícola en Honduras
Gender approach to the climate crisis and its link to the agricultural sector in Honduras
Melissa Alejandra Cáceres Rodas
a,b,1
a
Universidad Tecnológica Centroamericana, UNITEC, Tegucigalpa, Honduras
b
Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, Tegucigalpa, Honduras
El cambio climático es un recordatorio de la
vulnerabilidad en la que se encuentran países como
Honduras. Este fenómeno agudiza los problemas de las
mujeres, quienes se enfrentan a inseguridad alimentaria
producto de factores socioeconómicos y sanitarios
insatisfechos, a los cuales ahora se les debe incluir la
amenaza climática. Aunque algunas personas cuestionen la
situación de vulnerabilidad de las mujeres ante la crisis
climática, las mujeres son uno de los grupos más vulnerables
ante los efectos del cambio climático en el mundo y
frecuentemente se encuentran al frente de la crisis climática,
según una evaluación rápida del United Nations
Environment Programme (United Nations Environment
Programme, 2011).
En la actualidad, los efectos del cambio climático en el
mundo se están convirtiendo cada vez más frecuentes e
impredecibles. Las personas que viven en pequeñas
comunidades rurales en el sur global están experimentando
los estragos más duros del cambio climático. Se esperan que
con el paso del tiempo se tornen más violentos. Patrones
climáticos impredecibles son parte de los efectos del cambio
climático como ser: huracanes, sequías, inundaciones,
terremotos, alzas en temperaturas, así como el aumento del
nivel del mar.
En 2021 tres meses después de las tormentas Eta e Iota
en Honduras, la Oficina de las Naciones Unidas realizó un
informe situacional, el cual documentó los efectos
provocados, así como de la pandemia de COVID-19. Las
tormentas y la pandemia afectaron gravemente las mujeres
y las niñas como ser “la feminización de la pobreza, el
incremento de la violencia de género, el empeoramiento de
las condiciones de vida y pérdida de medios de vida debido
al incremento del desempleo, subempleo y del trabajo de
cuidados y doméstico no remunerado; el debilitamiento o
suspensión de servicios esenciales como salud, incluyendo
salud sexual y reproductiva, y justicia; así como el
debilitamiento de mecanismos de protección de sus
derechos” (Naciones Unidas, 2021).
Ante esto, ¿no deberíamos cuestionarnos si las mujeres o
no se encuentran en vulnerabilidad ante la crisis climática?
¿En qué escala? También: ¿Qué podemos hacer al respecto
para evitar que esto siga sucediendo?
En el reporte de Primera actualización de las
Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) de
Honduras, la palabra género aparece 60 veces, mujeres 46
veces, agricultura 12 veces y la palabra niñas 3 veces. La
Contribución Social G6 de las NDC menciona que Honduras
se compromete a incluir en sus planes y estrategias frente al
cambio climático el sector de género al 2030.
Adicionalmente, nuestro país también se compromete a
incluir “líneas de acción que promuevan el acceso de las
mujeres, los Pueblos Indígenas y Afrohondureños (PIAH) y
las personas jóvenes a las nuevas tecnologías, los empleos
verdes y oportunidades de mercado y financieras”
(Gobierno de la República de Honduras, 2021).
Como país, debemos replantearnos las prácticas
habituales que se realizan en la agricultura y apuntar a
nuevas medidas sostenibles e inclusivas que permitan
realizar procesos de transformación en nuestras
comunidades. Estas acciones pueden ser la creación de
huertos, sistemas comunitarios de alerta temprana ante
catástrofes naturales y la creación de planes de gestión de
riesgos con enfoque en género, entre otros (Acosta et al.,
2020).