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Con el propósito de mantener vigentes estos múltiples
beneficios que otorga un llenado adecuado del expediente
clínico, se han realizado varios esfuerzos regionales desde
inicios del presente siglo, principalmente publicado por
autores mexicanos, para impulsar la evaluación constante
de este: propuestas de instrumentos con validez y
consistencia para evaluar los expedientes (Navarrete-
Navarro et al., 2000), el establecimiento de normas y
modelos de evaluación con carácter jurídico (Consejo de
Salubridad General de México, 2010), y el apremio por
una transición hacía el uso del expediente clínico
electrónico, el cual por su carácter digital debería, al
menos en teoría, facilitar e impulsar la evaluación
periódica de los mismos (Vásquez Leal et al., 2011; Ojeda
Gutiérrez et al., 2019).
A pesar de la importancia del llenado íntegro del
expediente clínico y de los esfuerzos de la región, parece
ser que la gestión de los expedientes clínicos no figura
como prioridad en la gerencia de los establecimientos de
la región. Un estudio peruano entrevistó a 366 personas
que ocupaban un cargo directivo en establecimientos de
salud públicos y privados en 25 departamentos del país y
encontró que solo el 17.49% de los directivos consideró
que mejorar el servicio y gestión de expedientes clínicos
serviría como instrumento de cambio para mejorar la
atención de los pacientes (Espinoza-Portilla et al., 2020).
En Honduras no existe una norma, reglamento o guía
oficial que dicte los criterios para la evaluación del
expediente clínico, a pesar de que la versión en físico (no
electrónico) de este, sigue siendo el protagonista en los
establecimientos de salud públicos y privados del país. Al
realizar una búsqueda de literatura sobre el tema en el país,
no se encontraron artículos publicados en revistas
científicas indexadas. Solamente se obtuvieron
investigaciones realizadas para la obtención de un grado
académico (tesis), orientadas a la implementación del
expediente clínico electrónico y no a su evaluación
(Caballero Cáceres, 2013; Ramos Howell, 2020).
Es importante incrementar el sustento teórico y la
visibilidad del rol de la evaluación del expediente clínico
como pilar clave de una atención médica de calidad, e
impulsar nuevas y continuas investigaciones sobre el tema
en diferentes establecimientos de salud públicos y
privados de Honduras. Esta investigación tuvo el objetivo
de evaluar el llenado del expediente clínico en un centro
atención médica ambulatoria del sector privado, en el
departamento de Ocotepeque, Honduras, durante el
período de enero de 2020 a junio de 2022.
2. Métodos
2.1. Diseño
Se realizó una investigación con enfoque cuantitativo,
con diseño no experimental y tipo estudio transversal
descriptivo.
2.2. Universo y muestra
El universo se conformó por 3,904 expedientes clínicos
físicos (no electrónicos) archivados en el centro médico
participante ubicado en Ocotepeque, Honduras, que
cumplieron los criterios de selección. Los criterios de
inclusión fueron: 1) expedientes de atenciones médicas
ambulatorias por demanda espontanea, consulta externa y
emergencias, 2) expedientes de atenciones durante el
turno matutino, vespertino y nocturno, y 3) expedientes de
atenciones durante el período del 1 de enero de 2020 al 31
de junio de 2022. Las atenciones por médicos
especialistas fue el único criterio de exclusión.
Se decidió calcular una muestra representativa en el
programa estadístico Epi Info versión 7.2.5.0 con los
siguientes parámetros, tamaño de la población: 3,904,
frecuencia esperada: 50%, nivel de confianza: 95% y
margen de error aceptable: 5%. El tamaño de muestra
obtenido fue de 350 expedientes. Luego se realizó un
muestreo probabilístico aleatorio simple, se enlistó cada
uno de los expedientes que conformaron el universo con
un respectivo número arábigo y mediante el programa
web en línea de Google “generador de número aleatorios”,
se seleccionaron los casos hasta completar la muestra
requerida.
2.3. Variables
Las variables del estudio fueron: número de atenciones
médicas, registro de fecha completa, hora de la atención
médica, código único de identificación, presencias de
tachaduras y/o enmendaduras; registro del nombre
completo del paciente, consignación de la edad y sexo,
nombre del médico asistencial, registro del peso, registro
de la talla, registro completo de signos vitales, registro de
los antecedentes personales patológicos, quirúrgicos y
alérgicos (APPQA) y antecedentes personales no
patológicos (APNP), motivo de consulta, registro del
interrogatorio, registro de la exploración física, plan
diagnóstico y terapéutico indicado, y diagnósticos
clínicos.
Además, para efectos de la presente investigación y
con propósito exploratorio, se construyó una escala
simplificada y ad hoc para clasificar en tres categorías el
registro general de las atenciones médicas en los
expedientes: registro íntegro, parcial y deficiente. Se
utilizaron como criterios las 10 variables cuya
consistencia interna (Alfa de Cronbach: 0.62) cumplió con
el valor mínimo sugerido para escalas con alcance
exploratorio (Frías Navarro, 2022).
Se determinó como registro íntegro las atenciones
médicas que contenían información de 9-10 de las
variables seleccionadas como criterios (correspondiente a
≥90%). Como registro parcial aquellas atenciones con 7-
8 variables (70 a 80%), y finalmente se categorizó como
registro deficiente las atenciones que tenían información