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A continuación, en la Etapa IV de vinculación y
contenido con programas, se esperó que los docentes
vivencien y profundicen la vinculación entre las
actividades de capacitación y la administración del
servicio comunitario. Finalmente, en la Etapa V de ajuste
general de la experiencia, una vez finalizadas las
actividades con los profesores, el equipo responsable de
Intervención Pedagógica compartió las experiencias y
evaluó colectivamente los resultados de la capacitación,
con técnicas como el análisis de Fortaleza, Oportunidades,
Debilidades y Amenazas (FODA), entre otras
3. Discusión
En el caso de las instituciones de educación superior en
Venezuela, todo estudiante que aspire titularse debe
desarrollar de manera obligatoria un proyecto de servicio
comunitario. En el contexto de las instituciones de
educación superior en Venezuela, los lineamientos para el
desarrollo de las actividades de servicio comunitario son
claros, precisos y directos (Rondón, 2021). Estos
lineamientos establecen el proceso de asignación,
recepción y acompañamiento de los proyectos de servicio
comunitario por parte de los estudiantes.
De acuerdo a la normativa legal venezolana, el proceso
de asignación comienza con la identificación de las áreas
o proyectos en los cuales los estudiantes pueden
desarrollar su servicio comunitario (Asamblea Nacional
de la República Bolivariana de Venezuela, 2005). Estas
áreas pueden estar relacionadas con la educación, la salud,
el medio ambiente, la cultura, entre otros campos. Las
instituciones de educación superior suelen contar con una
coordinación o una unidad encargada de gestionar el
servicio comunitario, la cual se encarga de difundir las
opciones disponibles y asignar a los estudiantes a los
proyectos según sus preferencias y perfiles.
Una vez asignados a un proyecto, los estudiantes
reciben capacitación inicial sobre los lineamientos y
objetivos del servicio comunitario, así como los valores
éticos a seguir. Durante el servicio, son acompañados por
tutores o supervisores que los guían, asesoran y evalúan
periódicamente. Los lineamientos establecen la duración
mínima y requisitos específicos, incluyendo informes,
retroalimentación y documentación de resultados.
Así pues, el proceso de asignación, recepción y
acompañamiento de los proyectos de servicio comunitario
en las instituciones de educación superior en la UPEL
sigue lineamientos claros y precisos. Los estudiantes son
asignados a proyectos específicos, reciben capacitación
inicial, son acompañados por tutores durante su ejecución
y deben cumplir con requisitos y plazos establecidos para
la presentación de informes y evaluaciones. Estas
acciones garantizan un desarrollo adecuado de las
actividades de servicio comunitario y promueven la
formación integral de los estudiantes (Flores Casanova,
2022).
Sin embargo, cada universidad tiene la prerrogativa
sobre los aspectos de ejecución de dichos proyectos. En
ocasiones, el reglamento que regula la realización del
servicio comunitario plantea dificultades para las
instituciones académicas encargadas de diseñar los
proyectos de acción (Giraldo & Osto, 2017). Al analizar
el modelo ontoepistemológico para la praxis educativa en
el abordaje del servicio comunitario, Rogers (1996)
establece que el docente debe convertirse en un verdadero
comunicador, comprenderse él primero para luego
comprender a los demás, humanizando cada fase del
proceso educativo. De esta manera lograr ofrecer una
educación de calidad, donde tenga bastante peso la
atención de los agentes externos e internos, positivos y
negativos experimentados por los estudiantes durante su
desempeño en las instituciones educativas universitarias.
Esta experiencia permitió conocer que en los espacios
de la UPEL hay la oportunidad de tomar en cuenta el perfil
del estudiante y las características esenciales que integran
la corresponsabilidad, vinculación, empoderamiento,
calidad, reflexión y multidisciplinariedad del servicio
comunitario. El éxito en la aplicación de actividades
exitosas en el servicio comunitario descansa sobre una
fuerte influencia en la Teoría Humanista, para el abordaje
del comportamiento de cada uno de los actores
involucrados con la universidad (Sánchez, 2020;
Sanmartín Zhiña, 2021).
Los miembros activos de la universidad reconocen y
exploran las características específicas del modelo
ontoepistemológico que conducen a su aprovechamiento.
Estas características incluyen la consistencia entre teoría
y práctica, la efectividad en la respuesta a las necesidades,
la adaptabilidad al entorno, el reconocimiento de
fortalezas y debilidades, la capacidad para impulsar la
acción y el crecimiento, la voluntariedad y satisfacción de
expectativas, la unificación de esfuerzos, la promoción de
la innovación, la evaluación de la calidad y el
funcionamiento sistémico como un ente engranado que
utiliza recursos pedagógicos y tecnológicos para lograr
aprendizajes afectivos, cognitivos, organizativos y
productivos.
4. Conclusión
El modelo ontoepistemológico que sustenta la praxis
educativa en el servicio comunitario de los estudiantes de
la UPEL va más allá de un mandato legal. Es una
oportunidad para establecer un proyecto de servicio
comunitario que promueva la motivación, comprensión y
solidaridad, generando un ambiente propicio para la
praxis educativa. La difusión de este modelo entre el
personal de la UPEL es importante para que comprendan
las dimensiones pedagógicas, filosóficas, epistémicas y
ontológicas que guían la praxis educativa, formando
profesionales capaces de abordar los desafíos actuales de
manera efectiva.