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Autor corresponsal: erodezno@upnfm.edu.hn, Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, Tegucigalpa, Honduras
Disponible en: http://dx.doi.org/10.5377/innovare.v12i3.17163
© 2023 Autores. Este es un artículo de acceso abierto publicado por UNITEC bajo la licencia https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/
Opinión
Sistema educativo hondureño: la realidad postpandemia
Honduran educational system: a post-pandemic reality
Esly Rodezno Brevé
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, Douglas Eduardo Ríos Martínez
Centro Universitario de Educación a Distancia, Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, UPNFM,
Tegucigalpa, Honduras
Honduras es un país ubicado en el corazón de
Centroamérica, y posee problemas innegables en materia
educativa, con desafíos como altas tasas de deserción,
migración, infraestructura deficiente y baja calidad
educativa. Esto dificulta que niños y jóvenes opten a una
educación de calidad, limitando su desarrollo personal y
profesional. El panorama educativo en el país es cada vez
más sombrío. Las dificultades respecto a la deserción
escolar es producto de los altos índices de inseguridad y de
pobreza (Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de
Honduras [FOSDEH], 2021).
Las estimaciones oficiales para este año establecen que
más del 59% de la población vive en pobreza y más del 32%
vive en pobreza extrema, quienes en su mayoría son mujeres
(Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios
[OCHA], 2023). Estos indicadores reflejan las enormes
dificultades económicas y sociales que conllevan abandonar
a los niños y jóvenes el sistema educativo.
Con lo anterior, sólo se confirman las desigualdades e
inequidades educativas que afronta el país. Es crucial
reconocer la profunda conexión que tienen estos temas con
la actual falta de equidad social, económica, política y
cultural que afecta a nuestra sociedad. Es alarmante los datos
que posicionan a Honduras, como uno de los países con
mayor desigualdad en América Latina.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) mide la
desigualdad económica por el Coeficiente Gini (CG). En
Honduras, el CG aumentó en el período 2013-2021, pasando
de 0.54 en 2013 a 0.55 en 2021 (Instituto Nacional de
Estadística [INE], 2021). Para validar el coeficiente y medir
la concentración de la distribución de ingresos en el país, la
encuesta realizada por la misma institución en el 2021 tuvo
una muestra de 2,335,110 hogares hondureños y reportó que
el ingreso per cápita a nivel nacional fue de L 2,670.80 por
mes, de los ingresos más bajos de la región (INE, 2021).
Para el 2020, el sistema educativo nacional sucumbió
ante la llegada de la crisis sanitaria del COVID-19, lo que
provocó un fuerte golpe económico en las familias
hondureñas. Esto desencadenó que aproximadamente el
40% de los niños y jóvenes en Honduras abandonaron su año
escolar (FOSDEH, 2021). Esto es atribuible a la poco o nula
infraestructura tecnológica con la que contaban los
estudiantes del sistema público en el país.
La educación en Honduras presentaba consistentes
debilidades, y la pandemia agudizó más la crisis. Esta última
provocó el cierre de los centros educativos incursionando en
la educación en línea, sin contar con las herramientas ni la
preparación debida. Esto provocó una serie de efectos
colaterales en la educación que no fueron medidos ni
mitigados.
Durante la pandemia cerraron cerca de 25,000 escuelas.
Este fue un gran desafío para un país donde solo el 16.6%
de la población tenía acceso a internet en casa. El 12.8% de
la población utilizó este servicio a través de ordenador y el
87.2% a través de teléfono móvil. Del mismo modo,
alrededor de 70,000 docentes hondureños expresaron una
fuerte necesidad de fortalecer sus conocimientos y
habilidades digitales para enseñar en un entorno de
aprendizaje en línea (Fernández et al., 2022). Las
condiciones fueron precarias, aunado a eso, muchos de ellos
no recibieron clases, para otros fue a medias.
Esto conllevó que durante la pandemia la educación
sufriera un deterioro, por la falta de condiciones económicas
producto del aumento de la pobreza y se ampliara la brecha
de la desigualdad. De esta manera, muchos tildan a los
“niños o jóvenes pandemia” que no poseen las competencias
requeridas. La Figura 1 ilustra el acceso a la educación
durante la pandemia en los niños y jóvenes en Honduras.