La política rural de mejoramiento social del general Maximiliano Hernández Martínez y sus contradicciones, 1932-1944
DOI:
https://doi.org/10.5377/koot.v0i5.2280Palabras clave:
La política rural, Maximiliano Hernández Martínez, ContradiccionesResumen
La vida de los jornaleros-colonos y estacionarios en las fincas y haciendas, entre 1920 y 1932, era paupérrima. Un ejemplo de lo mencionado es que para 1930 los jornaleroscolonos y estacionarios sin tierras eran alrededor de 50.000, solamente en la zona occidental, que representaban, de acuerdo con Jeffrey Gould y Aldo Lauria, el 18 % de la población rural del occidente del país, y quienes vivían en su mayoría en las fincas productoras de café.
El aumento de este sector rural se debió a la expansión de la superficie cultivada de café, que ocasionó la reconcentración de las pequeñas propiedades de campesinos que se dedicaban a cultivos de granos básicos en pequeña escala, en fincas cafetaleras latifundistas y a las malas condiciones económicas de estos campesinos, que habían sido favorecidos con tierras durante las reformas liberales de finales del siglo XIX; que no pudieron pagar sus tierras por falta de acompañamiento técnico y económico gubernamental, y que se vieron obligados a venderlas o hipotecarlas, con cafetaleros con mayor poder adquisitivo.
Entre las diferentes formas de pérdida de las pequeñas propiedades estaban las deudas contraídas con los cafetaleros y hacendados o por presiones, que obligaban a los campesinos colindantes con sus propiedades a vender sus tierras, con la promesa de que estos se quedaran en sus fincas o haciendas como colonos.
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