REvista ciencia e interculturalidad ISSN 1997-9231 (Print). ISSN 2223-6260 (Online).
Año 13, Vol. 26, No. 1, Enero-Junio 2020. DOI: https://doi.org/10.5377/rci.v26i01.9880
La Educación Superior en contextos multiculturales, visión de futuro
Higher Education in multicultural contexts, vision of the future
Alta Hooker Blandford1
Letisia Castillo Gómez2
Resumen
En los últimos años, existe un mayor reconocimiento de la importancia de incorporar la diversidad cultural e interculturalidad como puentes de inclusión en las instituciones universitarias, principalmente en los procesos de enseñanza aprendizaje (sus contenidos, enfoque y metodologías), en la investigación acción participativa y en la vinculación social-comunitaria. El presente trabajo intenta a través de la revisión bibliográfica determinar la visión de futuro de la educación superior en contextos multiculturales, en un mundo cada día más tecnológico y con presencia de riesgos como la Pandemia COVID-19. Es así que, el reconocimiento de la interculturalidad y el diálogo de saberes, haceres y quereres, son necesidades impostergables, que deben ser aplicados en todos los niveles y modelos de educación. Tomando en cuenta esto, podemos visionar que las nuevas generaciones se formen en las competencias del siglo XXI con una mayor valoración por la comunidad, la diversidad étnica, cultural y de género, convirtiéndose en verdaderos agentes de cambio.
Palabras clave: visión de futuro; educación superior; interculturalidad; COVID-19
Summary
In the recent years, there is a greater recognition of the importance of incorporating cultural diversity and interculturality as bridges of inclusion in university institutions, mainly in the teaching-learning processes (their contents, approach and methodologies), in participatory action research and in the social-community link. The present work tries through the bibliographic review to determine the vision of the future of higher education in multicultural contexts, in a world that is increasingly technological and with the presence of risks such as the COVID-19 Pandemic. Thus, the recognition of interculturality and the dialogue of knowledge, are urgent needs that must be applied at all levels and models of education. Taking this into account, we can envision that the new generations are trained in the skills of the 21st century with a greater appreciation for the community, ethnic, cultural and gender diversity, becoming true agents of change.
Keywords: vision of the future, higher education, interculturality, COVID-19.
I. Introducción
La Conferencia Regional de Educación Superior (CRES, 2018), plantea que los sistemas e instituciones de educación superior, deben pintarse de muchos colores para reconocer la interculturalidad como un medio para la equidad y la movilidad social de las personas de los pueblos tradicionalmente excluidos, marginados y discriminados, como son los pueblos indígenas y afrodescendientes. Desde estos mismos preceptos, se impulsan procesos de descolonización del pensamiento y de la educación superior centrados en el buen vivir, como referente hacia una vida digna en plenitud e integralidad comunitaria, sostenibilidad de la vida con base a una relación armónica y respetuosa con la Madre Tierra.
Actualmente la presencia de la pandemia y ahora enfermedad endémica, COVID 19, ha obligado a hacer cambios rápidos y drásticos que ha afectado a todo el mundo, pero con mayor intensidad a los pueblos indígenas y afrodescendientes. Estas poblaciones tienen su propia manera de ver y entender el mundo, tuvieron que tomar decisiones colectivas en su forma de vida, por el bien de toda la comunidad. Esta reorganización afectó la espiritualidad, el respeto, la manera de ver y atender la enfermedad, la muerte, de cómo llevar el luto, así como el quebrantamiento del equilibrio y armonía en todo su entorno. Lo que trastoca significativamente a toda la comunidad universitaria.
También ha desnudado los flagelos que tenemos como población en general, donde ha prevalecido la formación de manera individualizada, poco solidaria, muy competitiva, concentrada más en las zonas urbanas, con aumento de las brechas entre los que más tienen y los que menos poseen, profundización de la mercantilización de la educación y de la crisis ambiental por el agotamiento de los recursos naturales. Asimismo, la pérdida del respeto por la convivencia comunitaria, a los mayores, a la espiritualidad, a las prácticas comunitarias tradicionales, la complementariedad, la dualidad y el concepto de “tu tienes, yo tengo” (comunitariedad), y por ende, la pérdida de la construcción de la ruta del buen vivir.
En medio de un mundo con grandes transformaciones y avances tecnológicos en diferentes campos como: la medicina, tecnologías disruptivas que cambia nuestra manera de vivir y de relacionarnos, la inteligencia artificial, robótica, biotecnología y la genética. Donde se continúa viendo la homogeneidad como su mejor opción, excluyendo el conocimiento ancestral y el aporte de los diferentes pueblos que comparten un mismo territorio y que a la vez buscan respuestas en la educación propia, impulsada por universidades indígenas, interculturales y comunitarias que aprenden y comparten en comunidad.
Como efecto de este actuar, se profundizará la lucha por los derechos históricos y ancestrales, por la erradicación de la discriminación, el racismo institucionalizado, la no violencia, la autodeterminación y autonomía de los pueblos. Un mayor acceso y pertinencia de la educación, especialmente de las poblaciones que viven en comunidades y territorios alejados.
Entonces cabe preguntarnos ¿podemos ser capaces de proponer situaciones educativas que potencien el desarrollo del juicio ético de los estudiantes, que fortalezca su resilencia, identidad étnica y cultural, les haga ver la riqueza que supone "lo distinto", respete las formas comunitarias y familiares multiétnicas, les permita en un futuro tener pensamiento crítico frente a desigualdades, inequidades, discriminación y racismo?
II. Metodología
El presente trabajo es un artículo de revisión bibliográfica. Para el desarrollo del mismo, se realizó una consideración descriptiva de la bibliografía publicada del tema, para lo cual se utilizaron varias fuentes documentales. La búsqueda de la literatura y selección de la información se tomaron criterios como: pertinencia con el contexto, relevancia sobre el tema y coherencia con la pregunta central. Seguidamente se situó en la perspectiva deseada y se elaboró el documento final.
III. Resultados y discusión
Partimos del supuesto de que las diferencias se consideran enriquecedoras, por lo que la escuela deberá preparar a su estudiantado para vivir y convivir en entornos cambiantes, heterogéneos, con riesgos y crisis. La diversidad es una de las características definitorias de la humanidad y por ende, de nuestras sociedades. La universidad, como institución reflejo de la sociedad, no es ajena a ella y debe encargarse de las diversidades que la atañen (Arroyo, 2013).
Las instituciones de educación superior, presentan tanto en su matrícula estudiantil como en su personal docente y administrativo, diversidad étnica y cultural. Realidad que se debe asumir para poder diseñar las mejores estrategias de actuación, que nos lleven a pervivir en el tiempo, sin perder la identidad y la esencia misma como seres humanos.
Es importante destacar que en América Latina hay más de 800 pueblos indígenas que agrupan a 45 millones de personas indígenas y 123 millones de afrodescendientes, si bien durante las últimas décadas, como resultado de las luchas, se han producido avances en las políticas de reconocimiento de los derechos colectivos a través de la adopción de instrumentos del derecho internacional o a través de formas de reconocimiento constitucional, no se han modificado sus condiciones de desigualdad estructural y siguen enfrentando marginación, despojo, racismo y la violación a sus derechos colectivos. Actualmente representan el 30% de la población en situación de extrema pobreza, en muchos casos sin acceso a servicios de salud, medicinas, agua potable, con vulnerabilidades sanitarias como la diabetes, malaria, dengue, tuberculosis, paludismo, desnutrición crónica entre otras condiciones que son de por si, graves pero que, en el contexto de la pandemia actual se vuelven críticas (CLACSO, 2020).
Hoy estamos experimentando una crisis sanitaria, uno de los grandes riesgos para la vida humana, por sus efectos en la salud individual y colectiva. Sin duda, el campo educativo, es una de las áreas que se ha visto afectada, donde estas instituciones se han visto obligadas a repensar su accionar, así como las comunidades y pueblos indígenas y afrodescendientes. En este sentido, los acontecimientos derivados de la emergencia sanitaria en nuestro contexto, han implicado para la Universidad Comunitaria Intercultural, intensificar el diálogo con los guías espirituales, los médicos tradicionales y los líderes comunitarios, como una forma de dar continuidad a los procesos institucionales y a guiar nuestro caminar.
Ante esta crisis, las respuestas institucionales han cubierto, desde el primer momento distintos ámbitos: el frente estrictamente sanitario, el ajuste de los calendarios, la contribución desde la investigación y el desarrollo a mitigar la pandemia, la garantía de continuidad de actividades formativas por medio de la educación a distancia, el apoyo en recursos bibliográficos, tecnológicos y también socioemocional a la comunidad universitaria (IESAL, 2020).
Muchos expertos han planteado que la pandemia ha convulsionado al mundo y sus efectos se pueden percibir en todos los ámbitos y que después de esto el mundo no puede ser el mismo. En este sentido, una pandemia global también puede crear oportunidades para reducir los prejuicios religiosos y étnicos. Los esfuerzos coordinados entre individuos, comunidades y gobiernos para luchar contra la propagación de la enfermedad pueden enviar fuertes señales de cooperación y valores compartidos, lo que podría facilitar la reorganización de grupos y grupos externos previamente considerados en una sola comunidad con un destino común (Dovidio et al., 2007).
Genera esperanza la capacidad de la población en general, de gestionar la resiliencia, la solidaridad y la inteligencia emocional, capaces de aprender de los sucesos y ser más fuertes emocionalmente, la espiritualidad como la dimensión más esencial del ser humano, el regreso a la Madre Tierra para protegerla, respetarla, reaprender y vivir con ella. Asimismo, la vigencia del liderazgo comunitario y de los modelos de salud propia, donde los conocimientos ancestrales y tradicionales han cobrado relevancia en el cuido y recuperación de la salud de los pacientes.
También, que las universidades indígenas, comunitarias, interculturales de Abya Yala, continúen gestando e irradiando en todos sus campos de acción, construyendo programas académicos para abonar a las necesidades históricas que los pueblos demandan desde su cosmovisión, espiritualidad, sentimientos, saberes y haceres. Así como, la articulación de la teoría y la práctica de la interculturalidad y a la vez profundizando el diálogo con las universidades convencionales. Confiamos en que los valores interculturales prevalezcan e irradien el sentimiento de todos para que nos aceptemos como miembros de una misma sociedad donde podamos vivir en un mundo más equitativo e igualitario. Que se implementen las leyes, convenios, tratados, políticas públicas y programas que aportan a mejorar el estilo de vida de los pueblos indígenas, afrodescendientes, mestizos y campesinos, que fueron elaborados con su participación, dirigidos a consolidar sus modelos propios de desarrollo en lo productivo, económico, salud, educación y medioambiente.
Aunque la pandemia impactó de forma totalmente abrupta a las Instituciones de Educación Superior (IES), en la mayor parte de los casos, sin otro plan de contingencia que intentar dar continuidad a las clases a distancia, es importante empezar a trazar las líneas fundamentales de la salida de esta crisis, velando por los mayores grados de inclusión y equidad posibles. De hecho, se podría decir que la pandemia añade un grado más de complejidad crítica a una educación superior que, prácticamente en todo el mundo, pero en particular en la región, ya se enfrentaba a retos no resueltos como un crecimiento sin garantías de calidad, inequidades en el acceso y en los logros o la perdida progresiva de financiamiento público (IESALC, 2020).
El éxito del futuro dependerá del liderazgo solidario, la innovación, la creatividad y el emprendimiento, donde, los gobiernos, comunidades, instituciones y empresas actúen como facilitadores permitiendo a la sociedad alcanzar una vida más plena y sostenible. Se debe trabajar en función de nuevos modelos educativos y de aprendizajes donde las personas, el planeta, el placer y el provecho o beneficio sean los principios fundamentales para combatir los flagelos de la desigualdad, la pobreza, el racismo y la discriminación.
Entonces, preocupa hacer frente a viejas y nuevas enfermedades, a formas más veloces de transmisión y contagio sin la participación activa y evaluada de los pueblos desde sus propios conocimientos, gobernanza y liderazgo. Las consecuencias del cambio climático, la destrucción de la Madre Tierra, la lucha por los recursos naturales, la soberanía y seguridad alimentaria y las crecientes necesidades que se deriva de la urbanización. También los problemas de discriminación, racismo, violencia, las injusticias sociales y las brechas de desigualdad, que persisten en nuestra sociedad y que se agrava aun más en contextos cambiantes, que enfrentan cada día más situaciones de crisis, que nos toca nuestras maneras de vivir, sentir, cosmovisiones y espiritualidades.
Así también, el ejercicio del Estado de Derecho frente a los intereses económicos y el incremento de la crisis de valores. Que se profundice con la injerencia cultural, donde algunos estados, organizaciones y proyectos, se apropien del discurso de la interculturalidad, sus visiones, teorías, conceptos y prácticas, sin la aplicación necesaria de la implementación del diálogo de saberes y haceres, la falta de aplicación del consentimiento previo libre e informado y la comprensión clara del mismo, aplicando acciones que no son de la visión propia de los pueblos.
Por lo que la educación, como uno de los derechos humanos en un marco de igualdad de oportunidades y de no discriminación, debe jugar un papel fundamental en la visión de futuro. Consideramos importante pensar en una educación superior intercultural para la vida, tomando en cuenta cada uno de nuestros contextos, con sus fortalezas y debilidades. Una educación intercultural que promueve una relación más estrecha, armoniosa, complementaria con las distintas formas de educar. En este sentido educar para la transformación social, desde una perspectiva holística y un análisis crítico, propositivo, un pensamiento descolonizado y despatriarcalizado, independientemente del modelo educativo y el entorno de aprendizaje elegido por las instituciones.
Los procesos educativos interculturales serían significados pedagógicos de innovación educativa y no estarían vinculados al desarrollo de acciones de tipo cognitivista, sino, sobre todo, de iniciativas y diseños didácticos imbricados en el desarrollo de una educación personalizada donde los docentes y, en general, toda la comunidad educativa, atendamos las necesidades personales de aprendizaje desde una perspectiva intercultural de todos los estudiantes, sean inmigrantes o autóctonos. Este enfoque supone una reconceptualización del valor educativo intercultural, en la medida en que son intervenciones de corte emocional, ético y procedimental, las que son de mayor interés para el fomento de una cultura de la diversidad en la escuela, respetuosa con todas las singularidades y personalidades existentes en los escenarios educativos (López, 2004).
Una educación intercultural con modelos educativos flexibles y activos, que contribuyen a la construcción de puentes de confianza de conocimientos, saberes, haceres y quereres, basados en el respeto mutuo, la convivencia y armonía entre todos y con la Madre Tierra, para la promoción de procesos de aprendizaje más equitativos, inclusivo y que demuestra apertura y empatía con la diversidad. Donde se hagan visibles los sistemas e instituciones educativas propias en los marcos nacionales y que estos hagan énfasis en los procesos pedagógicos que incluyen las lógicas culturales, cosmovisiones y espiritualidades de los pueblos indígenas y afrodescendientes, que cada día más demuestran su verdadera vigencia y necesidad.
Estamos conscientes que la tecnología estará presente, donde los docentes se convertirán en facilitadores de oportunidades de aprendizajes o tutores de un medio total o parcialmente virtual, pero tremendamente real, en cuanto a la percepción sensorial con múltiples entornos de construcción de conocimiento a lo largo de toda la vida. Sin embargo, necesitamos cambios en el quehacer docente y su práctica pedagógica. En este sentido, esta situación implica no sólo un cambio en su realidad áulica sino también una ruptura con la presencialidad y la interacción docente-estudiante, donde el docente debe ser: creativo y emprendedor, investigador e innovador, facilitador y colaborativo, y gestor de conocimientos, saberes y prácticas en comunidades de aprendizajes.
Todas estas características generan un impacto emocional, porque inciden en la motivación del estudiantado, estimula la autoevaluación y el aprendizaje autónomo, que juega un papel central en la actividad en el aula. Estas características promueven un compromiso con los resultados de los aprendizajes esperados que conlleva a mejorar y reconocer los logros estudiantiles.
Por tanto es necesario en el contexto de hoy, realizar cambios en los enfoques de enseñanza frente a los grandes desafíos actuales que exigen la integración de las tecnologías en la función docente, por la importancia de favorecer la ampliación de las capacidades de todos los profesores y los estudiantes. Estos cambios de enfoques constituyen, hace ya algún tiempo, parte inherente de una cultura que los estudiantes viven de forma natural y cotidiana. Por consiguiente, el estudiantado aprende de forma interactiva, construye sus conocimientos, saberes y prácticas a través del diálogo y la implementación tecnológica. En este sentido, es necesario que aprenda en comunidad, ya que interactúa en las redes sociales e internet que contribuyen a que aprenda en sociedad.
Según el CEPAL (2020), las tecnologías digitales han disminuido el impacto de la pandemia en algunas profesiones y en la educación, al tiempo que han permitido sostener comunicaciones personales y actividades de entretenimiento en los hogares. Aunque más del 67% de los habitantes de la región usaron internet en 2019 y la penetración de la banda ancha ha aumentado marcadamente, el aumento del uso de las tecnologías digitales puede exacerbar las desigualdades derivadas del distinto acceso a las mismas entre los países y entre los grupos de ingresos.
Seguramente existirán otras plataformas con más posibilidades y se desarrollarán conocimientos en redes y aprendizajes activos. Sin lugar a dudas, las herramientas de comunicación jugarán un papel importante, junto a la mente abierta y las actitudes favorables para apostar a una verdadera educación pertinente y de calidad. Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) han posibilitado el desarrollo de las metodologías activas para el aprendizaje, por su rol activo en la aprehensión (Smeets y Mooij, 2001). Este proceso socio-tecnológico genera escenarios de innovación pedagógica sin precedentes, como los cambios en la gestión y distribución del conocimiento mediante el sistema de redes. También, en la forma de organizar la enseñanza-aprendizaje, a través de escenarios virtuales y dispositivos digitales móviles como extensión de las posibilidades educativas.
Debido a esto, es necesario proporcionar a las nuevas generaciones las competencias para operar en situaciones y realidades que aún no se conocen. En esencia un escenario propicio para que los ciudadanos del siglo XXI se formen en las nuevas competencias como: pensamiento crítico, creatividad, colaboración, comunicación, alfabetización informacional, alfabetización tecnológica, competencias interculturales, flexibilidad y habilidades sociales. Lo que coincide con Anderson (2008, citado en ITE, 2010), la sociedad del conocimiento demanda que la ciudadanía cuente con las siguientes habilidades: 1) La construcción del conocimiento; 2) Capacidad de adaptación; 3) Buscar, organizar y recuperar información; 4) Gestión de la información; 5) El pensamiento crítico; y 6) Trabajo en equipo.
Así como es importante la creación, recreación, diseminación e intercambio de conocimientos, saberes, valores y prácticas desde dos vías: la interacción entre conocimientos locales y ancestrales y conocimientos occidentales para el desarrollo de competencias en el mundo del trabajo, el desarrollo de valores y actitudes que preparen al estudiantado para enfrentar con éxito los desafíos de la vida, a través de una educación que promueve la transformación de la sociedad.
No podemos olvidar la lucha contra la discriminación étnica racial y racismo que deben ser temas permanentes, igualmente el cambio climático, los ciclos perversos de pobreza, inseguridad alimentaria y nutricional, entre otros. La calidad y pertinencia de la educación deben ir de la mano potenciando los conocimientos locales propios de los pueblos y comunidades. En este sentido, debe haber una intencionalidad de derrumbar el “apartheid” epistemológico existente en nuestros sistemas educativos y particularmente en la educación superior en todas sus modalidades educativas. Asimismo, es conveniente dilucidar cuales son las lecciones aprendidas para asegurar medidas estructurales que entiendan la educación como un continuo.
IV. Conclusiones
La visión de futuro para la educación superior en contextos multiculturales debe tener en cuenta que:
La construcción del aprendizaje deberá ser en espacios comunitarios y de corresponsabilidad, donde se crea y recrea conocimientos, saberes y prácticas articulando los diferentes conocimientos, aspectos que ayudan a la toma de mejores decisiones por el bien común.
El aprendizaje debe avanzar hacia la gestión intercultural de riesgos y socializar las lecciones aprendidas con las futuras generaciones, tomando en cuenta las modalidades educativas que se desarrollen. Se debe asegurar la continuidad formativa, la pertinencia curricular, las metodologías adecuadas y garantizar la equidad, generando mecanismos de gobierno, monitoreo y apoyos eficientes.
Sólo con la participación, el desarrollo de competencias para la vida, la voz, los rostros, pensamientos, necesidades y sentimientos de las personas, es que será oportuno cada esfuerzo de hacer educación superior intercultural en contextos multiculturales, para no dejar ningún estudiante atrás.
Agradecimiento
Esta publicación obtuvo el financiamiento de: El Fondo de Asistencia Internacional de los Estudiantes y Académicos Noruegos (SAIH).
V. Lista de referencia
Arroyo, María José (2013). La Educación Intercultural: un camino hacia la inclusión educativa. Revista de Educación Inclusiva, ISSN 1889-4208.
CEPAL (2020). América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVED -19. Efectos económicos y sociales. Disponible: https://repositorio.cepal.org
CLACSO (2020). Pensar la Pandemia. Obervatorio Social del Coronavirus. Medidas por el COVID-19 y pueblos indígenas en América Latina. Disponible en: https://www.clacso.org
CRES (2018). “Declaración de la Conferencia Regional de Educación Superior, Córdoba, 2018”, en http://www.cres2018.org/biblioteca/declaracion-final-cres-2018
Dovidio, JF, Gaertner, SL y Saguy, T. (2007). Otra visión de "nosotros": perspectivas de grupos mayoritarios y minoritarios sobre una identidad grupal común. EUR. Rev. Soc. Psychol 18 , 296–330
IESAL (2020). COVID-19 y Educación Superior: de los aspectos inmediatos al día después. Análisis de impactos, respuestas politicas y recomendaciones. Disponible en: http://www.iesalc.unesco.org/
Instituto de Tecnologías Educativas (2010). Habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del nuevo milenio en los países de la OCDE. [11/05/2012] http://www.ite.educacion.es/
López, M. (2004). Construyendo una escuela sin exclusiones. Archidona (Málaga): Aljibe. Nieto, S. Y BODE, P. (2008). Affirming Diversity: The sociopolitical contexto of multicultural education. New York: Allyn Bacon.
Smeets, E. y Mooij, T. (2001), Pupil-centred learning, ICT, and teacher behaviour: Observations in educational practice. British Journal of Educational Technology, 321(4), 403-417.
1 Máster en Salud Pública, Rectora de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, URACCAN, rectoria@uraccan.edu.ni
2 Máster en Docencia Universitaria, Directora Académica General de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, URACCAN, direccion.academica@uraccan.edu.ni
Artículo elaborado con la colaboración de Dr. José Saballos, Dr. William Flores, MSc. Carlos Manuel Flores
Recibido: 15/06/2020 Aprobado: 24/06/2020
Hooker Blandford, A., y Castillo Gómez, L. (2020). La Educación Superior en contextos multiculturales, visión de futuro. Ciencia E Interculturalidad, 26(01), 9-17. https://doi.org/10.5377/rci.v26i01.9880
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