RESUMEN
El estudio realizado en el Hospital Alemán Nicaragüense Carlos Marx entre 2020 y 2023 analizó la ventilación mecánica prolongada en pacientes pediátricos críticos. Se revisaron 84 expedientes clínicos que cumplieron los criterios de inclusión. Se encontró que la modalidad de ventilación por presión control mostró el mejor índice de sobrevida, con un 95% a los 9 días. Además, se identificó que el estado nutricional y la edad menor de 3 años son factores cruciales en la evolución de estos pacientes. Las patologías como sepsis, shock séptico, anemia y antecedentes de nacimiento prematuro están altamente asociadas con la necesidad de ventilación mecánica prolongada.
Palabras Clave:
Ventilación programada por volumen, ventilación programada por presión, índice de sobrevida, pacientes pediátricos.
ABSTRACT
The study, conducted at the Carlos Marx German-Nicaraguan Hospital between 2020 and 2023, analyzed prolonged mechanical ventilation in critically ill pediatric patients. Eighty-four clinical records that met the inclusion criteria were reviewed. Pressure-controlled ventilation (PCMV) was found to have the best survival rate, with 95% at 9 days. Additionally, nutritional status and age under 3 years were identified as crucial factors in the patients’ outcomes. Pathology such as sepsis, septic shock, anemia, and a history of premature birth were highly associated with the need for prolonged mechanical ventilation
Key Words:
Volume-controlled ventilation, pressure-controlled ventilation, survival rate, pediatric patients.
INTRODUCCIÓN
La ventilación mecánica (VM) es una técnica de soporte vital, que consiste en proporcionar una ayuda externa artificial a la respiración del paciente, con el objetivo de mejorar el intercambio gaseoso y disminuir del trabajo respiratorio en pacientes con insuficiencia respiratoria debido a alteraciones neurológicas ventilatorias o musculares. Si bien la mayoría de los pacientes requiere un periodo corto, una proporción considerable necesita ventilación mecánica prolongada, por ello actualmente nos encontramos ante este nuevo desafío de salud pública1.
La utilización de la VM en el paciente crítico supone un riesgo de complicaciones, con el agravante de la mayor dificultad de la VM en el niño, tanto por las características propias de la edad pediátrica, como de los respiradores utilizados2 . La definición más usada en la literatura para Ventilación Mecánica Invasiva Prolongada (PVMI) es el requerimiento de ventilación mecánica invasiva por un tiempo mayor a 72 h1 .
Existen diversas modalidades de ventilación mecánica, cada una con sus propias características y aplicaciones2 .
- Ventilación programada por volumen: el respirador manda al paciente siempre el mismo volumen corriente en cada respiración e introduce el aire con una velocidad constante.
- Ventilación programada por presión: el respirador cicla hasta alcanzar la presión programada y ésta se mantiene durante todo el tiempo inspiratorio con una velocidad de flujo decelerante, es una ventilación con presión constante y volumen variable.
- Ventilación mixta o de doble control (programada por volumen y ciclada o regulada por presión). Como en las modalidades de volumen, el respirador manda al paciente siempre el mismo volumen corriente en cada respiración, y como en las modalidades de presión, lo hace introduciendo el aire con un flujo decelerante. Es una ventilación con volumen constante y presión variable.
Este estudio realizado en el Hospital Alemán Nicaragüense Carlos Marx (2020-2023), tiene como propósito explorar la ventilación mecánica prolonga en niños centrándonos en modalidades y consideraciones clave, con el objetivo de brindar información útil para mejorar la sobrevida de los pacientes pediátricos, evitando las complicaciones, así como la reducción de costos a nivel del sistema de salud, generados por la estancia hospitalaria.
MATERIAL Y MÉTODOS
El presente estudio es observacional, descriptivo de corte transversal, analítico predictivo, realizado en la unidad de cuidados intensivos pediátricos del Hospital Alemán Nicaragüense Carlos Marx Managua, Nicaragua, entre el año 2020 y 2023. El universo fue de 107 expedientes clínicos de pacientes sometidos a ventilación mecánica prolongada y con datos completos, excluyendo a los que recibieron ventilaciones procedentes de otras unidades asistenciales y con extubación fallida durante el mismo ingreso a sala de terapia intensiva.
La muestra fue de 84 expedientes de pacientes seleccionados al azar. Se validó y aplicó un instrumento de recolección de datos. Se analizaron las siguientes variables: días de ventilación, condición de egreso, modalidades ventilatorias, índice de mortalidad e índice de sobrevida de Kaplan-Meier. Se firmó consentimiento informado por parte de los padres de familia y se salvaguardó la identidad de los pacientes en el estudio.
RESULTADO Y DISCUSIÓN
Los pacientes que requirieron ventilación mecánica prolongada tienen una edad promedio menor a tres años. Esto contrasta con revisiones previas, donde se ha observado que la ventilación prolongada está asociada a factores de riesgo específicos en la población pediátrica, como una edad menor a 12 meses3 . Estos factores pueden ayudar a identificar a los pacientes en mayor riesgo de desarrollar ventilación mecánica prolongada y guiar estrategias de manejo adecuadas.
Por otro lado, el pequeño calibre tanto de las vías respiratorias altas como bajas en este grupo etario es un factor predisponente para complicaciones que conlleva a una evolución desfavorable en el transcurso de la ventilación, sumado a esto el aún estado inmunológico inmaduro a esta edad con una respuesta pobre ante los diversos patógenos.
Se encontró una correlación significativa entre estado nutricional y días de ventilación, siendo bajo peso el grupo con mayor tiempo de ventilación mecánica prolongada (tabla 1). La modalidad ventilatoria volumen control mostró una curva de sobrevida que decrece más rápidamente en comparación con VCRP y presión control. Estos hallazgos sugieren que la elección de la modalidad ventilatoria y el estado nutricional son factores críticos en la evolución clínica de estos pacientes3 .

La edad promedio de los pacientes fue menor de 3 años, con un predominio del sexo masculino (60.71%) y procedencia urbana (57.14%). Estos resultados son consistentes con estudios previos que indican que los niños menores de un año tienen un mayor riesgo de requerir ventilación mecánica prolongada4 . Además, la alta prevalencia de pacientes de procedencia urbana coincide con otros estudios que muestran una mayor incidencia de enfermedades respiratorias graves en áreas urbanas debido a factores ambientales y socioeconómicos5.
El 39.3% de los pacientes presentaban bajo peso, seguido de peso normal (26.2%), sobrepeso (20.2%) y obesidad (14.3%). La desnutrición es un factor de riesgo significativo para la ventilación mecánica prolongada, como se ha demostrado en estudios que relacionan el estado nutricional con la duración de la ventilación y la mortalidad6. La alta prevalencia de bajo peso en este estudio subraya la importancia de la evaluación y el manejo nutricional en pacientes pediátricos críticos.
Las patologías más comunes en el estudio fueron 67.86% sepsis, 59.52% shock séptico, 98.81% anemia y 77.38% con antecedentes de nacimiento prematuro. Estos hallazgos son consistentes con estudios que identifican la sepsis, el shock séptico y la anemia como factores de riesgo para la ventilación mecánica prolongada1 . Además, los antecedentes de nacimiento prematuro son un factor de riesgo bien documentado para complicaciones respiratorias graves y la necesidad de ventilación mecánica prolongada7 .
Las modalidades ventilatorias más utilizadas fueron 39.29% Volumen Control Regulado por Presión (VCRP) y 35.71% volumen control. La elección de la modalidad ventilatoria es crucial para el manejo de pacientes con ventilación mecánica prolongada. Estudios previos han demostrado que las modalidades de volumen control y VCRP pueden reducir el riesgo de complicaciones pulmonares en comparación con la presión control8. Sin embargo, este estudio encontró que la modalidad volumen control se asoció con un mayor índice de mortalidad, lo que sugiere la necesidad de una evaluación cuidadosa de cada caso.

Los pacientes en modalidad Presión Control tienen un índice de sobrevida de 95 % a los 9 días (Tabla 2). Un estudio realizado por la universidad de Chile demostró que la modalidad presión control presentó el índice de sobrevida más alto, hoy sabemos que la presión pico no tiene relevancia en el daño inducido por la ventilación ni en la mortalidad del paciente en ventilación mecánica9 . De igual forma Barajas Romero y Vásquez3 , encontró en sus resultados que la modalidad presión control presentó un mayor índice de sobrevida comparada con las modalidades de volumen control. El mayor índice de sobrevida de la modalidad presión control puede estar asociado a una gran ventaja de esta modalidad ya que las áreas más normales del pulmón pueden ser protegidas de la sobre distensión por medio de la limitación de la presión inspiratoria10.
CONCLUSIONES
Los pacientes en modalidad Presión Control tiene un mejor índice de sobrevida, con 95% a los 9 días, lo que sugiere que esta modalidad es beneficiosa. El estado nutricional y la edad menor de 3 años son factores cruciales que influyen significativamente en la evolución y pronóstico de los pacientes pediátricos. Se observa una alta asociación entre sepsis, shock séptico, anemia y antecedentes de nacimiento prematuro con la necesidad de ventilación mecánica prolongada.
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