Reflexiones
Resquicios, rendijas y grietas: hacer historia con las mujeres1
Gaps, slits, and fissures: Making history with women
Olga Vásquez Monzón 2 ovasquez@uca.edu.sv
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, El Salvador
Embarcada en el proyecto de hacer historia con las mujeres salvadoreñas, soy consciente de que, si bien el trabajo académico por sí mismo no resuelve los problemas estructurales de nuestros contextos, sí contribuye a cuestionar prejuicios, a dar pistas para comprender el presente y a reforzar la esperanza de lograr sociedades cuya convivencia esté basada en la equidad, la colaboración y la inclusión.
Desde este horizonte ético, hace un año me incorporé a un programa de investigación sobre género y producción de conocimiento que se desarrolla en la UCA, en colaboración con la colega María Santacruz. Uno de los proyectos de este programa busca reeditar y contextualizar la obra de escritoras salvadoreñas del siglo XX. Decidimos comenzar con Amparo Casamalhuapa y su novela El angosto sendero, publicada en 1971.
Lo que sabíamos de esta escritora es que nació en Nejapa, en 1909; que se graduó como maestra a los veinte años y que fundó un kindergarten en San Salvador. También sabíamos que, como heredera del vitalismo masferreriano, denunció de manera apasionada la injusticia social cuyos efectos percibía especialmente en los niños, las mujeres y los campesinos. Conocíamos sus dotes de oradora y los discursos que pronunció en la Sociedad de Obreros y en la Escuela Normal de Maestros. Y quizá, lo que más conocíamos de Casamalhuapa, es que, en agosto de 1939, fue convocada por la Sociedad Gerardo Barrios para pronunciar unas palabras alusivas a la memoria del general, y que ella, en cambio, denunció la tiranía y corrupción social del régimen de Maximiliano Hernández Martínez, y que, en consecuencia, tuvo que exiliarse en México.
Lo que no sabíamos de Amparo Casamalhuapa es que construyó una galería con fragmentos de su pensamiento en una agenda promocional de 1929, de la Compañía Centralizadora & Cooperativa de Cosecheros & Fabricantes Europeos Federico Pfeiffer. Después de estar bajo el resguardo familiar por más de 50 años, la agenda fue donada por la familia de Casamalhuapa para este proyecto de investigación. Aún pendiente de digitalizar, la agenda contiene 217 textos fechados entre 1925 y 1957.
De los textos encontrados, al menos treinta abordan el tema educativo: rimas, cantos y rondas para Kinder; reflexiones sobre la docencia y columnas de opinión sobre diversos aspectos del sistema educativo salvadoreño. El corpus constituye un resquicio que nos da acceso no sólo al pensamiento de una maestra salvadoreña de inicios del siglo XX sino a su entorno y a su red de relaciones. El hallazgo de esta agenda supone también la responsabilidad de su preservación y conservación para que pueda estar a disposición de la comunidad de investigadores como en el caso de los diarios de Anne Lister, terrateniente inglesa nacida en 1791.
Lister registró su vida en 27 volúmenes de diarios. En más de cuatro millones de palabras, dejó constancia de cada una de sus actividades cotidianas -negocios, viajes, estudios, clima, relaciones afectivas- desde 1817 hasta 1840, el año de su muerte. Después de casi cien años de estar ocultos entre grietas y rendijas de su casa en Halifax, los diarios están digitalizados y accesibles al público a través del sitio web del archivo de York y son parte del Patrimonio de la Memoria Mundial de la UNESCO desde 2011. El interés por los diarios de Lister generó dos iniciativas: la comunidad global Packed with potential y la Anne Lister Society, adscrita al departamento de inglés de Northwestern University. Ambas organizaciones promueven la comprensión de la figura de Anne Lister y su entorno a partir de una investigación abierta, colaborativa y accesible.
En pleno siglo XXI, mientras lo doméstico sigue siendo el eje articulador de la vida de muchas mujeres (Vásquez Monzón, 2022, pp. 35-60), el interés suscitado por la figura de Anne Lister refleja la necesidad de referentes femeninos que -en alguna medida- rompieron el modelo hegemónico de feminidad. A esto ha contribuido la historia de las mujeres a lo largo del siglo XX.
En 1974, la historiadora cubana Asunción Lavrin consideraba que la historia de las mujeres era una historia por hacer y que había que estimular la imaginación histórica para buscar los ámbitos
-las rendijas, las grietas y los resquicios- en los que las mujeres habían estado presentes (Lavrin, 1974). Treinta años más tarde, Carmen Ramos Escandón precisó que más que los ámbitos, el foco de análisis debía estar en las relaciones de poder:
Al ver a las mujeres en un contexto de relaciones sociales, necesariamente las encontramos inmersas en relaciones de poder, en formas de relacionarse frente al poder, de ejercerlo, de sufrirlo. Se trata, sin embargo, de un poder que va más allá del que se ejerce en la vida pública, se trata en suma de la relación de poder primaria que organiza la vida social, que construye y reproduce las identidades sociales del ser hombre y mujer en la vida social. Lo que la historia aporta a este proceso es la descripción de las mecánicas del ejercicio de ese poder; poder que se ejerce entre las instituciones y los individuos, entre las mujeres y los hombres, entre las mujeres y las otras mujeres (Ramos Escandón, 2006, p. 17).
Coincido con esta mirada. En el gran edificio del sistema patriarcal -cuyas formas de poder político, económico y coercitivo dominan el ámbito público-, me interesan los resquicios, las rendijas que permiten ver cómo la microfísica del poder genera resistencias creativas para contrarrestar las prácticas cotidianas de dominación, exclusión y violencia. Desde esta perspectiva, las investigaciones que he desarrollado muestran que:
En el debate sobre la educación de las mujeres, suscitado en El Salvador entre 1871 y 1889, a la par de masones, clérigos y políticos hubo también escritoras, estudiantes, profesoras y madres de familia; mujeres que salieron al público y asumieron este debate como asunto propio. En medio de la discusión en torno a la capacidad intelectual de las mujeres, la graduación de la salvadoreña Antonia Navarro como ingeniera topográfica en 1889, mostró que el tamaño del cerebro femenino no implicaba una inferioridad mental. La graduación de una sola mujer bastó para generar una ampliación semántica del término: a partir de Antonia Navarro, la palabra mujer no se asocia únicamente con las funciones domésticas sino también con la ciencia (Vásquez Monzón, 2014).
En el último tercio del siglo XIX, la expansión de prácticas femeninas de ocio y entretenimiento -el juego, el teatro, el uso del maquillaje, el baile de salón o el espacio íntimo del tocador- contribuyeron a debilitar la tutela patriarcal aún de manera no intencionada. La proliferación de manuales, cartillas y tratados religiosos para normar la conducta femenina cotidiana fue directamente proporcional a la multiplicación de pequeños resquicios donde las mujeres escapaban al control del padre, del marido o de los hijos para tomar decisiones, administrar su tiempo y disponer de espacios para comenzar a verse a sí mismas (Vásquez Monzón, 2015, pp. 159-206).
En 1930, la iniciativa de Prudencia Ayala de lanzar su candidatura a la presidencia provocó una importante discusión sobre el alcance de la ciudadanía de las mujeres. Al llevar su solicitud hasta la Corte Suprema de Justicia, Ayala puso al descubierto los límites y ambigüedades de la incipiente democracia salvadoreña y forzó a las instituciones a cuestionarse sobre los derechos políticos de la mujer. Aun cuando su candidatura fue rechazada, Prudencia Ayala evidenció los límites de una democracia que aún, en el siglo XXI, no ha logrado la plena inclusión de la diversidad de rostros que componen el mosaico nacional (Vásquez Monzón, 2017).
En la sociedad represiva de finales de 1970, donde reinaba el silencio y la desinformación, el valiente trabajo de la hermana Luz Cuevas, María Julia Hernández, Doris Osegueda, María Ester Chamorro y Margarita Herrera logró dar elementos de juicio a toda la población a través de los medios de comunicación del Arzobispado. La colaboración desarrollada entre estas mujeres y Monseñor Romero deja constancia de que, aún en medio de una institución jerárquica y masculinizada como la Iglesia Católica, es posible un ejercicio horizontal del poder. El respeto, la confianza, el diálogo y el afecto son rasgos que recuerdan quienes trabajaron en estos equipos entre 1978 y 1980 (Vásquez Monzón, 2010, pp. 39-51).
En todo este trabajo subyace la tríada conceptual mujer-religión-poder. Esta configuración no habría sido posible sin el diálogo interdisciplinario a lo largo de mi trayectoria en este país. Desde que llegué en 1991 hasta el día de hoy, El Salvador ha tenido una función pedagógica no solo en la configuración de mi experiencia teórico investigativa sino, sobre todo, en hacer de la historia mi modo de aproximación a la realidad.
En 1990, acompañada por las Religiosas de la Asunción, tomé contacto con la cotidianidad salvadoreña a través de las comunidades de áreas rurales y marginales que enfrentaban, en aquel momento, los desafíos de la posguerra. Las discusiones sobre las homilías de Monseñor Romero, los documentos de Medellín3 y Puebla4, y el libro Un tal Jesús (López Vigil y López Vigil, 1990), me hicieron ver, por primera vez, la relevancia del escenario histórico, político y cultural del cristianismo.
Mi formación teológica me puso en contacto con lecturas que provenían de la corriente conocida como “la tercera búsqueda del Jesús histórico” (Aguirre, 2000, pp. 69-82). Trabajos como los de Christian Duquoc (Duquoc, 1975), Jon Sobrino (Sobrino, 1991) o Juan José Tamayo (Tamayo, 1999), por mencionar algunos, mostraban la importancia del uso riguroso de las fuentes y del diálogo interdisciplinario con las ciencias sociales para comprender la figura de Jesús en un contexto sociohistórico. El enfoque feminista de Elisabeth Schussler-Fiorenza (Schussler- Fiorenza, 2000) daba un paso más al explicar cómo las identidades cristianas habían sido modeladas en estructuras masculinas y excluyentes. Todos estos aportes dejaban claro que los sentidos, discursos y prácticas -en este caso religiosas- no son universales sino que responden a entramados culturales específicos; por lo que también reflejan las asimetrías en las dinámicas de poder cotidianas entre hombres y mujeres.
Durante mis estudios del doctorado en filosofía, los textos de Raúl Fornet-Betancourt me hicieron constatar que el eurocentrismo seguía vigente en muchas de las reflexiones filosóficas del siglo XXI. El filósofo cubano urgía a salir de una filosofía apologética y monológica hacia una nueva forma que debía ser interdisciplinar e intercultural. Además de abrirse a fuentes no canónicas provenientes de la poesía, la literatura y la religión, Fornet-Betancourt afirmaba que la filosofía intercultural desde Iberoamérica debía partir “de un trabajo historiográfico de reconstrucción crítica de nuestro pensamiento como tradición pluralista de muchos rostros” (Fornet-Betancourt, 2001, p. 78). Asumir esta tarea supuso un giro de timón que me llevó a la historia, no solo de, sino con las mujeres.
Hacer historia con las mujeres no es trabajo exclusivo de historiadoras ni de mujeres. Desde El Salvador de hoy, la vislumbro como una apuesta epistemológica que implica incorporar en nuestras investigaciones las preguntas, los silencios, las urgencias y las preocupaciones de las mujeres actuales; la veo como una apuesta metodológica que supone pensar en las mujeres como interlocutoras y no solo como destinatarias o audiencias pasivas; y, finalmente, la siento como una apuesta ética, que exhorta a discutir con franqueza las razones de la ausencia de las mujeres en la historia que hemos construido hasta ahora.
Agradezco a la Academia Salvadoreña de la Historia por considerar que el trabajo de investigación que he realizado contribuye a dejar registro de las preguntas e inquietudes de este tiempo. Desde que recibí la noticia de mi incorporación a esta comunidad, han venido a mi memoria muchos rostros: profesores, colegas, amigas y estudiantes que con generosidad y paciencia han acompañado mis investigaciones con preguntas, silencios, disensos y complicidades. Con ellos, me sumo al empeño de la Academia de mantener espacios de interlocución y reflexión crítica de la realidad salvadoreña desde el modo de saber que construye la historia.
Referencias bibliográficas
Aguirre, R. (2000). La Tercera Búsqueda del Jesús de la historia, Razón y fe, 242 , 69-82.
Duquoc, C. (1975). Jesús, hombre libre. Esbozo de una cristología. Ediciones Sígueme.
Fornet-Betancourt, R. (2001). Transformación intercultural de la filosofía. Desclée de Brouwer.
Lavrin, A. (1974). “Historia y mujeres en América Latina”, Boletín Documental sobre las mujeres IV. https://historiageneromexico.colmex.mx/items/show/24048, consultado el 2 de mayo de 2024.
López Vigil, J. I. y López Vigil, M. (1990). Un tal Jesús. UCA Editores.
Ramos Escandón, C. (2006). Presencia y transparencia: La mujer en la historia de México. El Colegio de México.
Schussler-Fiorenza, E. (2000). Cristología feminista crítica: Jesús, hijo de Miriam, profeta de sabiduría. Trotta.
Sobrino, J. (1991). Jesucristo Liberador: lectura histórico-teológica de Jesús de Nazareth. UCA Editores.
Tamayo, J. J. (1999). Diez palabras claves sobre Jesús de Nazareth. Verbo Divino.
Vásquez Monzón, O. (2010). Dime con quién andas: mujeres en la vida de Monseñor Romero. Cultura(102), 39-51.
Vásquez Monzón, O. (2014). Mujeres en público. El debate sobre la educación femenina entre 1871 y 1889. UCA Editores.
Vásquez Monzón, O. (2015). Coquetas, ociosas e inclinadas al baile. Paradojas y ambigüedades del discurso liberal decimonónico en El Salvador. En: Valdés, R. (Coord.). ¿Hacia una república incluyente? Religión, educación, mujeres. El Salvador siglo XIX, Editorial UEES, pp. 159-206.
Vásquez Monzón, O. (2017). Prudencia Ayala, una mujer terca, imprudente y ridícula. El Faro.https://elfaro.net/es/201708/ef_academico/20775/Prudencia-Ayala-una-mujer-terca-imprudente-y-rid%C3%ADcula.htm
Vásquez Monzón, O. (2022). Ser mujer, una obra de coraje. ECA (77). 770, 35-60. https://revistas.uca.edu.sv/index.php/eca/article/view/7593
Notas
Notas de autor
Enlace alternativo
https://revistas.uca.edu.sv/index.php/realidad/article/view/9005/9303 (html)