Perspectivas del Desarrollo Perspectivas del Desarrollo
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Año 6/No 1/ Octubre, 2021
ISSN: 2414-8903 Línea
SÍNTESIS DEL FORO DESAFÍOS CONTEMPORÁNEOS PARA LAS CIENCIAS DEL
DESARROLLO HUMANO
La política se institucionalizó en su momento a través del Estado, que ha
sido la forma dominante de organización del poder político en los últimos siglos. El
Estado tiene relación con la política, con la sociedad, con el gobierno y con el poder.
El Estado supone relaciones de poder -normalmente asimétricas- a partir de una
cambiante correlación de fuerzas de distintos grupos sociales que pretenden incidir en
los imaginarios sociales, mundos de la vida, prácticas de poder, proyectos o modelos
de sociedad, políticas públicas e intervenciones sociales. Los límites del Estado en
el mundo actual son cada vez más difíciles de precisar, al entrecruzarse una serie de
actores, agencias y estructuras localizados fuera de sus fronteras (globalización). Por
ello, es oportuno entender el Estado como un compendio de relaciones sociales y
una inacabada estructura institucional que, con más o menos legitimidad y consenso,
materializa una forma de organización territorial jurídico-política y esquematiza las
relaciones de poder existentes y las signicaciones e imaginarios sociales, a través
de una serie de instituciones y estructuras administrativo-burocráticas que orientan
las actuaciones individuales y grupales, privadas y públicas. Es también una arena
pública en la que rivalizan intereses diversos, en muchas ocasiones contrapuestos,
para conseguir el control de las signicaciones de poder y la imposición de un
determinado modelo de sociedad.
A nales del siglo XX, con el Consenso de Washington, se impuso la teoría
económica neoclásica que enfatiza el papel del mercado y la minimización del papel
del Estado. Se impuso una agenda que pasaba por la disciplina scal, la reforma
tributaria, la reordenación de las prioridades de gasto público, los tipos de cambio
marcados por el mercado, la liberalización de la inversión extranjera, la liberalización
de las tasas de interés, la privatización y la desregulación. Con esta serie de medidas
se pretendía impulsar el desarrollo en los países menos desarrollados y mantener
un crecimiento sostenido en los países más desarrollados. Se pensó que el mercado
producía un orden natural. La realidad ha sido que, en unos países y otros que
pusieron en marcha y, que aún mantienen, estos planteamientos, no se ha conseguido
el crecimiento económico deseado, ha aumentado la desigualdad, no se han producido
progresos sociales y se han deteriorado los derechos humanos. El neoliberalismo
ha puesto en cuestión derechos que ya parecían consolidados en muchos países, ha
diluido la política en el mercado y ha hecho que la misma pierda centralidad. Por
otro lado, la emergencia de múltiples poderes transnacionales, que le disputan al
Estado la hegemonía y el control del poder y el territorio, y el uso de tecnologías
digitales que trascienden las fronteras, también contribuyen al vaciamiento del Estado
incapacitándolo para conseguir la articulación y la cohesión de las diferentes fuerzas,
agentes y actores políticos y socioeconómicos que se mueven en el espacio público.
Se está produciendo una redenición del Estado, que ya no participa, o lo hace
en escasa media, en la distribución y asignación de recursos; las políticas públicas