Editorial
Uno de los más grandes desafíos que los países latinoamericanos enfrentan para lograr el desarrollo humano es formular e implementar políticas públicas
innovadoras, inclusivas y coherentes con la búsqueda del bienestar humano, optimizado y trascendente, fortaleciendo los espacios públicos multidimensionales e incluyentes, generados más allá de la postura política, en una búsqueda acelerada y urgente del bien común que ha de convertirse en la esencia de la vida y razón de ser de todo ser humano y lo que emprenda de aquí en adelante.
Serrano, A. (2019) afirma al respecto: “No creemos ni pretendemos ser descubridores de nuevas tierras, sino observadores de la marcha actual de la vida humana y de las posibilidades reales que las grietas que se producen día tras días nos dejan entrever. Somos los seres humanos de hoy herederos de una larga tradición que se remonta a la prehistoria y que se atreve a mirar bajo la superficie de las cosas hurgando como el topo, que respeta y atiende los latidos de lo que pulsa por existir y por salir a la superficie, por más que lo puesto e impuesto trate por todos los medios de impedirlo; que, en fin, sabe que la esencia humana no se agota en lo que hay, por su contingencia, si no garantiza formas determinadas en el futuro, garantiza al menos la aparición de nuevas formas de vida yendo a la raíz”. El ser humano no agota su esencia ni la explicación de esa esencia.
Crear nuevas racionalidades narrativas y explicativas este es el gran desafío de un mundo en crisis prolongada, construir nuevos paradigmas que posicionen el buen vivir, una tarea ya iniciada pero poco desarrollada en Latinoamérica. Convocados a formar nuevas redes científicas, ampliar los niveles de compromiso, poniendo en juego todas las capacidades y potencialidades creadoras que todo ser humano tiene, realizar acciones conjuntas en un proceso en permanente construcción. El objetivo final es mejorar la calidad de vida de sociedades y de millones de personas, asumiéndose un gran compromiso con la vida misma, conservando el ambiente para lograrlo. ¿Cómo y por qué construir la sociedad del bienestar en el que nadie se quede afuera?
Asunto de ética del desarrollo es esto, cuya esencia de basa en la crítica al determinismo económico del enfoque de desarrollo posbélico, medible solamente en términos del crecimiento económico, el incremento del PIB o de la renta por habitante; el enfoque ético busca orientar el comportamiento de las personas e instituciones en relación con los procesos de desarrollo de países, proponiendo alternativas que
Año 5/No 1/ Marzo, 2019
Perspectivas del Desarrollo
ISSN: 2414-8903 Línea
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tengan mucho más en cuenta al ser humano y su necesidad de lograr una vida digna, la equidad en la distribución de la riqueza, abriendo paso a un debate sobre viejas y nuevas propuestas de desarrollo humano sostenible; una propuesta comprometida con la defensa de los derechos humanos y del medio ambiente, condenando un modelo económico neoliberal que ha llevado a la muerte por hambre a millones de personas en el mundo, así como a la precarización de los pueblos indígenas. Para Dennis Goulet (1965), uno de los más grandes teóricos de esta corriente de pensamiento, “el desarrollo es un concepto total que apunta hacia una economía humana caracterizada por la progresión de todos los seres humanos en todas sus dimensiones.”
El desarrollo humano ha de ser el proceso que conduce a la ampliación de las opciones y capacidades de las personas, que se concreta en una mejora permanente y progresiva de la esperanza de vida (cuyos principales componentes son la salud y la seguridad ciudadana), la educación (medida en términos de alfabetización y escolarización), el acceso a los recursos necesarios para garantizar un nivel de vida digno, el acceso a diversas fuentes de empleo, el respeto a la vida humana y a los recursos ambientales que son parte de la existencia.
Somos portadores de una gran responsabilidad como científicos, construir nuevos debates y aproximaciones teóricas sobre el desarrollo humano, nuevos estudios y aportes que orienten e incidan en las grandes transformaciones, conocer más el mundo común y sus lógicas, es algo que nos compete a las generaciones actuales, poniendo en marcha un proceso de humanización inclusivo en todas sus dimensiones, determinaciones y manifestaciones, poniendo al descubierto los planes destructivos de los acumuladores capitalistas que destruyen la vida humana y su entorno natural sin piedad ni mesura.
Dra. Margarita Oseguera de Ochoa
Coordinadora Doctorado CDH
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