Revista unah Sociedad, n.º 10, 2025, pp. 103-117  
doi: https://doi.org/10.5377/rus.v7i10.21233  
Turismo activo resiliente: enfoque teórico-metodológico  
para la valorización de recursos locales y adaptación  
al cambio climático en la cuenca media baja del río  
Tempisque, Guanacaste, Costa Rica  
Resilient Active Tourism: A eoretical-Methodological Approach  
to the Valorization of Local Resources and Adaptation to Climate Change  
in the Middle-Lower Tempisque River Basin, Guanacaste, Costa Rica  
1
José Andrés Barrantes Ortega  
2
Juan Carlos Ramírez Brenes  
3
Merlyn Gutiérrez Cruz  
Recibido: 27 de junio de 2025  
Aceptado: 3 de septiembre de 2025  
1
Universidad Nacional, Costa Rica. jose.barrantes.ortega@una.cr. orcid: https://orcid.org/0000-0002-9116-9332  
2
Universidad Nacional, Costa Rica. juan.ramirez.brenes@una.cr. orcid: https://orcid.org/0000-0001-9283-4798  
3
Universidad Nacional, Costa Rica. merlyn.gutierrez.cruz@una.cr. orcid: https://orcid.org/0000-0002-3558-1373  
103  
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Resumen  
Este artículo plantea un enfoque teórico-metodológico para el desarrollo de un turismo activo en la  
cuenca media baja del río Tempisque, en la provincia de Guanacaste, Costa Rica. Se busca el aprove-  
chamiento de los recursos naturales y culturales locales para la diversificación de la oferta turística y  
el fortalecimiento de la resiliencia ante el cambio climático. Se realiza una propuesta metodológica de  
vinculación entre la academia y la comunidad que se desarrollará en cinco fases con el fin de promover  
las capacidades locales, la sostenibilidad y la sistematización de experiencias, alineada con los Objetivos  
de Desarrollo Sostenible. Asimismo, se reconoce el turismo activo como una valiosa herramienta para  
el desarrollo socioeconómico y la adaptación al cambio climático.  
Palabras clave: turismo activo, resiliencia, cambio climático, desarrollo local, río Tempisque  
Abstract  
is article presents a theoretical-methodological approach for the development of active tourism in  
the middle-lower Tempisque River Basin, located in the province of Guanacaste, Costa Rica. It aims  
to utilize local natural and cultural resources to diversify the tourism offer and strengthen resilience to  
climate change. A methodological proposal is presented to foster linkages between academia and the  
community, to be developed in five phases aimed at promoting local capacities, sustainability, and the  
systematization of experiences, in alignment with the Sustainable Development Goals. Furthermore,  
active tourism is recognized as a valuable tool for socioeconomic development and climate change  
adaptation.  
Keywords: active tourism, resilience, climate change, local development, Tempisque River  
104  
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Introducción  
El turismo en la cuenca media baja del Tempisque posee un arraigo histórico que data de los años  
ochenta, partiendo del aprovechamiento de atractivos naturales como, por ejemplo, el Parque Nacional  
Palo Verde, el Parque Nacional Barra Honda y la zona navegable del río Tempisque, los cuales han sido  
la punta de lanza para la promoción del modelo de turismo rural en esta región.  
Este territorio es conocido como Eco-Región de la Cuenca Baja del Tempisque (ecbt); ocupa cer-  
ca de 1000 km² y se ubica al pie del monte de la sierra volcánica de Guanacaste y las estribaciones del  
flanco occidental de las serranías centrales de poca elevación de la península de Nicoya (Sistema Na-  
cional de Áreas de Conservación-sinac, 2013). Este pertenece a la Unidad de Planeamiento Turístico  
Guanacaste, al sector Guanacaste Sur.  
Figura 1.  
Embarcadero del Refugio Nacional de Vida Silvestre Cipancí, bolsón de Santa Cruz, Guanacaste  
La finalidad de este artículo es generar reflexiones teórico-metodológicas sobre el turismo activo y  
su potencial para el aprovechamiento de los recursos locales, el mejoramiento de la oferta turística y el  
fortalecimiento de la resiliencia ante el cambio climático en la cuenca media y baja del río Tempisque.  
Finalmente, como resultado de este análisis se busca comprender la dinámica turística asociada a  
los modelos de turismo de naturaleza y rural en la zona, a través del cual se orienten los esfuerzos hacia  
la diversificación de la oferta turística de la ecorregión, donde, a pesar de que existen gran cantidad de  
recursos naturales, culturales y paisajísticos, se evidencia que estos no han sido plenamente aprovecha-  
dos para beneficio de las comunidades locales.  
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El presente artículo está estructurado en varios apartados que permiten abordar de manera integral  
el turismo activo y resiliente en la cuenca media y baja del río Tempisque, Guanacaste, Costa Rica.  
En primer lugar, se desarrollan los aspectos teóricos conceptuales, donde se exploran las definiciones,  
evolución y relevancia del turismo activo, sostenible y rural comunitario, así como su relación con el  
cambio climático y los desafíos ambientales actuales. Seguidamente, se describen los aspectos metodo-  
lógicos del estudio, basado en un enfoque cualitativo.  
Posteriormente, el desarrollo del artículo se centra en una propuesta metodológica dividida en cinco  
fases: la caracterización del contexto y recursos turísticos, la promoción de capacidades comunitarias, la  
sensibilización sobre buenas prácticas ambientales, la sostenibilidad de acciones climáticas y la sistema-  
tización de experiencias. Finalmente, el documento presenta las conclusiones, que destacan el valor del  
turismo activo como estrategia para diversificar la oferta turística, fortalecer la resiliencia de las comuni-  
dades y contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  
Aspectos teóricos conceptuales  
El turismo durante los últimos años se ha convertido en una de las principales actividades económicas a  
nivel mundial y, en el caso de Costa Rica, no ha sido la excepción. Según el Instituto Costarricense de  
Turismo (ict), para el año 2024 hubo una visitación de 2 919 483 llegadas internacionales (ict, 2024).  
De acuerdo con Gurría (2004), el turismo es tan antiguo como el hombre y equipara los movi-  
mientos migratorios de la cultura nómada con la idea del hombre viajero o móvil, dada por la presencia  
continua de visitantes y de localidades receptoras. Desde este panorama se puede asegurar, entonces,  
que el turismo es una actividad que se encuentra en constante evolución; es importante señalar que se  
ha constituido en uno de los principales motores de la economía tanto a nivel local como global.  
Bajo esta evolución, se puede señalar que el turismo es un fenómeno social-humano contentivo  
de actividades tendentes a satisfacer necesidades humanas y de recreación en el marco del ocio y del  
tiempo libre (Ramírez, 2002).  
Dachary (2004) define el turismo como una compleja actividad que ha evolucionado acorde con el  
desarrollo de los sistemas mundiales, sean estos el capitalista o, en su momento, socialistas. En la ac-  
tualidad, se ha adaptado a la era de la globalización y del capitalismo hegemónico, característicos de la  
fase posindustrial, convirtiéndose en un elemento clave tanto en lo económico como en lo ideológico, al  
fortalecer la industria del ocio dentro de la sociedad del espectáculo.  
Con este proceso de cambio, la tendencia del turismo en los últimos años ha dado un giro hacia  
modelos de turismo alternativo que vinculen componentes locales y que apunten hacia la sostenibilidad  
y sustentabilidad, Lo cual, a su vez, conlleva a la generación de procesos de planificación y gestión de  
turismo bajo una dinámica con mayor integralidad y que contemple acciones hacia la resiliencia ante  
el cambio climático.  
El cambio climático es uno de los desafíos que enfrentan los sistemas humanos y naturales del siglo  
xxi. Los cambios drásticos sobre las variables climáticas, especialmente las variaciones en los prome-  
dios de temperatura, en la velocidad de los vientos y en los patrones de precipitación, están generando  
consecuencias en las distintas dimensiones del desarrollo y de los sectores que lo componen.  
De acuerdo con la Política Nacional de Adaptación al Cambio Climático de Costa Rica 2018-2030,  
el sector turismo está particularmente expuesto a las amenazas climáticas, a las repercusiones indirectas  
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por dos y pérdidas en infraestructura y transporte, y a los efectos a largo plazo en la distribución de  
la biodiversidad por cambios en el clima y por el impacto en las zonas costeras del aumento en el nivel  
promedio del mar (Girot & Delgado, 2018).  
En esta misma línea, el Ministerio de Ambiente y Energía (minae, 2018) señala que en Costa  
Rica estas amenazas y otros factores físicos están interactuando con crecientes condiciones de vulne-  
rabilidad de la población y exposición de activos del desarrollo, lo que provoca graves dos materiales  
y pérdidas económicas, ambientales y humanas, particularmente entre grupos más vulnerables, de los  
cuales el sector turístico no es la excepción.  
La oferta turística de Costa Rica es altamente dependiente de los atractivos naturales, ya se trate de  
ecoturismo, sol, mar y playa, aventura u otros. El Plan Nacional de Desarrollo Turístico (pndt) 2022-  
2027 identifica como una amenaza del sector los desastres naturales y el cambio climático que afectan  
la oferta de productos turísticos en el destino, sobre todo playa y naturaleza (ict, 2022).  
La Organización Mundial del Turismo (omt), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio  
Ambiente (pnuma) y la Organización Meteorológica Mundial (omm, 2007) señalan que el cambio  
climático genera impactos al turismo en varios aspectos, los cuales se presentan a continuación:  
• Repercusión climática directa: reducción en la disponibilidad del agua, dependencia del riego,  
necesidad de sistemas de enfriamiento y calefacción, mayor costo y menor disponibilidad de  
productos agropecuarios para la producción de alimentos y mayores gastos en seguros.  
• Repercusión indirecta de los cambios ambientales: pérdida de biodiversidad de interés turístico,  
degradación de la estética paisajística, alteraciones en la producción agrícola de interés turístico  
(agroturismo, turismo de café), necesidad de abastecimiento artificial de arena en playas, dos  
a infraestructura, erosión, derrumbes e inundaciones, alteraciones en zonas costeras y mayor  
incidencia de enfermedades transmitidas por vectores (dengue, entre otros).  
• Repercusión de las políticas de mitigación en la movilidad turística: aumento de los costos del  
transporte y modificación en el comportamiento de viaje de los turistas (elección de otro medio  
de transporte u otro destino).  
• Repercusión indirecta de los cambios sociales: si el cambio climático repercute negativamente  
en el desarrollo sostenible, el rol del turismo dentro de ese modelo perderá viabilidad y no podrá  
contribuir a mejorar la calidad de vida de muchas comunidades en la misma medida en que lo  
hace hoy día. Asimismo, amenaza al futuro crecimiento económico, turístico y a la estabilidad  
política de algunas naciones.  
En esta misma línea, Cantú-Martínez (2020) hace énfasis en que la preocupación ambiental ha  
retomado un alto nivel de importancia en el mundo debido al deterioro creciente de las particularidades  
esenciales que sustentan a nuestra sociedad, por ejemplo, los efectos negativos de la disminución de la  
calidad ambiental.  
Algunas eventualidades ambientales, sin excluir algunos efectos generados por el turismo, progresan  
rápidamente, como nuevas enfermedades, extinción de especies, desertización, hambrunas, contaminación  
de las aguas, destrucción del patrimonio cultural, agotamiento de los recursos, contaminación atmosférica  
y otros, quedando claro que la velocidad y las dimensiones adquiridas eran muy superiores a las predichas.  
A partir de esta relación entre turismo, ambiente y cambio climático, se debe promover, entonces, un  
enfoque de turismo sostenible, aplicable a las comunidades locales que permita garantizar el adecuado  
uso de los recursos locales.  
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El turismo sostenible ha surgido como resultado de la evolución de este fenómeno y consigo ha  
venido a potenciar modelos sustentables e integrales. Según la omt, el turismo sostenible atiende a las  
necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras, y al mismo tiempo protege y fomenta  
las oportunidades para el futuro (Cardoso Jiménez, 2006). Este modelo de turismo ha sido uno de los  
que más ha logrado consolidar y posicionar al país a nivel internacional; sin embargo, para las comuni-  
dades locales ha sido todo un reto lograr procesos sostenibles y sustentables.  
Como se mencionó anteriormente, la actividad turística en los últimos años ha ido transformán-  
dose y se han posicionado nuevas tendencias que siguen una línea de turismo alternativo como lo son  
el turismo rural, el turismo activo, el etnoturismo, entre otros, los cuales han tomado mayor fuerza  
principalmente en la era del poscovid.  
El turismo rural como concepto no presenta una definición única, sino que su caracterización es  
bastante amplia; sin embargo, la mayoría de las personas investigadoras de los países europeos lo define  
como aquella actividad compuesta por una oferta integrada de ocio y recreación dirigida a una deman-  
da, cuya motivación principal es el contacto con el entorno autóctono y que potencia la interrelación  
con la sociedad local (Morera, 2006).  
El turismo rural comunitario (trc) es un modelo de turismo que se lleva a cabo mayoritariamente  
en zonas rurales y en el que la población local, a través de sus distintas estructuras organizativas de  
carácter colectivo, ejerce un papel preponderante en el control de su ejecución, gestión y distribución de  
beneficios, en especial, pueblos indígenas y familias campesinas (Cañada, 2011).  
En síntesis, el turismo es observado como una actividad tan antigua como la migración humana,  
el cual ha evolucionado de un fenómeno social-humano, que satisface necesidades de recreación, a un  
pilar económico e ideológico en la era de la globalización. Esta evolución ha impulsado la tendencia  
hacia modelos de turismo alternativo que priorizan la sostenibilidad y resiliencia ante el cambio climá-  
tico, un desafío crucial del siglo xxi.  
Costa Rica, con su oferta turística altamente dependiente de sus atractivos naturales, es particular-  
mente vulnerable a los impactos del cambio climático, que van desde la reducción de recursos hídricos  
y la pérdida de biodiversidad hasta el aumento de los costos de transporte y la amenaza a la estabilidad  
económica de las comunidades.  
Por ello, se subraya la necesidad de promover un enfoque de turismo sostenible, como el turismo  
rural y el turismo rural comunitario (trc), para garantizar el uso adecuado de los recursos locales y  
potenciar modelos que beneficien a las comunidades, especialmente en la era poscovid, donde estas  
nuevas tendencias han cobrado mayor fuerza.  
En Costa Rica, la actividad turística de tipo rural comunitario, cuyas siglas serán trc, es impulsa-  
da por empresas de base familiar y comunitaria, conformadas según la Ley de Asociaciones n.° 218, y  
la Ley de Asociaciones Cooperativas, creada por el Instituto Nacional de Fomento Cooperativo n.° 4179  
y sus reformas.  
Esta legislación tiene como fin que los habitantes de las comunidades rurales procuren la gestión  
de su propio desarrollo, el manejo de destinos turísticos locales, la participación en la planificación y el  
aprovechamiento de los recursos naturales de su entorno de manera sostenible, a fin de que les permita  
una mejor condición de vida (Ley de Fomento del Turismo Rural Comunitario, art. 1).  
Dicha ley establece como parte de sus objetivos un uso óptimo de los recursos, el respeto a la au-  
tenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas y el aseguramiento de actividades económicas  
viables a largo plazo que reporten beneficios socioeconómicos bien distribuidos. También decreta de  
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interés público el turismo rural comunitario como actividad socioeconómica, estratégica y esencial para  
el desarrollo de las comunidades rurales del territorio nacional.  
El marco de la Ley para el Fomento del Turismo Rural Comunitario establece que este modelo es  
una actividad prioritaria dentro de las políticas del Estado, por lo que se autoriza a las instituciones de  
la administración pública, los entes estatales y no estatales, las empresas públicas y las municipalidades  
a impulsar actividades de apoyo para su desarrollo e implementación.  
El turismo activo podría tener un papel relevante en las comunidades locales, en tanto integre un con-  
junto de actividades físico-deportivas, de carácter motriz y de aventura controlada, que como oferta más o  
menos mercantilizada y de fuerte orientación lúdico-recreativa es practicada durante las vacaciones al aire  
libre y en contacto con el medio natural, sirviéndose básicamente de los recursos que ofrece, suponiendo  
un cierto factor de riesgo, esfuerzo físico o destreza para sus practicantes (Rivera Mateos, 2018).  
Según e Adventure Travel Association (2014), el turismo activo se divide en hard, para aquellas  
actividades de carácter duro, y soft, para las actividades más suaves. El hard adventure comprende aque-  
llas que son de mayor riesgo en su realización, más complejas, suelen requerir mayores costos, equipa-  
mientos especiales y una buena condición física. Por otro lado, las actividades soft son de menor riesgo,  
menor costo y, en muchos casos, no requieren de práctica previa (García Fernández, 2020).  
Este modelo ha sido altamente practicado en Europa desde hace más de 50 años; es la modalidad de  
turismo que más se integra en los territorios, especialmente en los rurales, y ello favorece un mayor reparto  
de ingresos para los pueblos o comunidades que quedan más alejados del concepto tradicional de turismo.  
Las principales actividades que practican los turistas activos en Costa Rica son caminatas por sen-  
deros (con o sin guía), observación de la flora y la fauna, visita a los volcanes, zip-line / tirolesa, puentes  
colgantes, snorkel, surf, cabalgatas, cuadriciclo, rafting, kayak, rappel, buceo y teleférico (ict, 2020).  
A la postre, la filosofía de este turismo es la que tiene potencial para un territorio como la península de  
Nicoya, debido a la diversidad de recursos que posee, a la facilidad de desplazamiento entre los destinos y  
a la cercanía con los centros turísticos; no obstante, para el desarrollo de este tipo de turismo es necesaria  
la inversión en infraestructuras adecuadas, la señalización estricta y otros elementos más, por ejemplo, el  
acceso a financiamiento en condiciones especiales para los micro y pequeños empresarios turísticos.  
Este tipo de turismo puede formar parte de los hábitos de vida cotidiana en las poblaciones rura-  
les; sin embargo, la habilitación de las infraestructuras básicas para esta práctica es, a su vez, la base  
estructural de los recursos para que una comunidad rural proyecte toda su oferta natural y cultural. La  
población local está en el centro del desarrollo y debe ser el pilar de la oferta, dado que dichas infraes-  
tructuras deben ser vistas como algo propio y, por lo tanto, mantenidas como una acción fundamental  
para su progreso social y económico.  
Por otra parte, basado en el modelo de turismo sostenible, que busca generar una serie de experiencias  
para el aprovechamiento de los recursos locales, tanto naturales como culturales, el etnoturismo se cons-  
tituye en una opción que permite la creación de nuevos productos y el rescate de elementos históricos y  
ancestrales en las comunidades, entendido este como una actividad que surge a partir de la incorporación  
de grupos étnicos y de la población indígena como nuevos actores en la actividad turística (Acuña Medi-  
na, Gañán Rojo & Arango Alzate, 2019).  
Los productos turísticos de nuestro país tienen como base los siguientes componentes: naturaleza,  
costa, cultura viva y sostenibilidad (Fontana & Solís, 2016); sin embargo, para que todos los elementos  
que componen el producto turístico funcionen de manera eficiente, se debe diseñar y ejecutar una es-  
trategia de planificación que incluya:  
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• Contar con las herramientas necesarias para la intervención en el territorio, como la ordenación  
y zonificación.  
• Cumplimiento de regulaciones y leyes de sanidad, seguridad, medio ambiente y seguridad laboral.  
• Formación profesional y capacitación en turismo local, gestión y comercialización, entre otros.  
Para la planificación del espacio turístico y cultural en Costa Rica existe un sistema estructurado  
en un plan nacional de desarrollo turístico, planes regionales y planes reguladores para la zona marí-  
timo-terrestre, entre otros, que busca el ordenamiento y la gestión de los destinos turísticos, a fin de  
contar con las condiciones necesarias para un desarrollo ordenado, estructurado, lógico y coherente con  
el modelo sostenible definido por el país (ict, 2022).  
La planificación turística emerge como un pilar fundamental para la promoción efectiva del tu-  
rismo activo, particularmente en regiones como Nicoya, Costa Rica, donde la singularidad de sus  
atractivos naturales es la base de su oferta. Como señala Acerenza (2007), la planificación estratégica  
«permite establecer un camino claro y coherente para el desarrollo turístico, optimizando el uso de los  
recursos y anticipando los desafíos» (p. 25).  
En el contexto del turismo activo, una planificación rigurosa es esencial para identificar y segmen-  
tar mercados clave, diseñar experiencias diferenciadas y seguras y seleccionar los canales de promoción  
más adecuados. Esto no solo maximiza el alcance y la atracción de visitantes, sino que también garan-  
tiza la sostenibilidad de las actividades y la infraestructura, considerando la creciente vulnerabilidad a  
los impactos del cambio climático, como bien destacan la omt, pnuma y omm (2007) al señalar las  
«repercusiones climáticas directas e indirectas en el sector» (pp. 6-8); por lo tanto, la planificación no  
solo impulsa el crecimiento del turismo activo, sino que también asegura su viabilidad a largo plazo en  
un entorno dinámico y desafiante.  
Metodología  
La planificación turística emerge como un pilar fundamental para la promoción efectiva del turismo  
activo, particularmente en regiones como Nicoya, Costa Rica, donde la singularidad de sus atractivos  
naturales es la base de su oferta. Sin una planificación rigurosa, la promoción de actividades como el  
senderismo, el ciclismo o los deportes acuáticos puede carecer de coherencia y dirección, resultando en  
esfuerzos dispersos y una comunicación ineficaz.  
Una planificación adecuada permite identificar los segmentos de mercado clave, desarrollar pro-  
ductos turísticos diferenciados, optimizar los canales de distribución y comercialización y asegurar la  
sostenibilidad de las operaciones turísticas.  
En este proceso, el análisis textual y documental juega un rol crucial. Como afirma Creswell (2014),  
«el análisis de documentos implica un proceso sistemático de revisión y evaluación de documentos (fí-  
sicos y electrónicos) y textos escritos para obtener el significado de los datos» (p. 237). Este tipo de  
análisis facilita la comprensión profunda de las tendencias del mercado, las políticas existentes, las  
regulaciones ambientales y las necesidades de la comunidad local, permitiendo una adaptación estraté-  
gica para afrontar desafíos como los derivados del cambio climático, los cuales, como señalan la omt,  
pnuma y omm (2007), impactan directamente en la viabilidad del sector.  
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Por lo tanto, la planificación, fundamentada en un análisis documental exhaustivo, no solo impulsa  
el crecimiento del turismo activo, sino que también asegura su viabilidad a largo plazo en un entorno  
dinámico y desafiante. Asimismo, esta propuesta tiene un enfoque cualitativo con componentes parti-  
cipativos y de análisis territorial para el abordaje integral de la relación entre turismo, desarrollo local,  
sostenibilidad y cambio climático a través del vínculo entre la academia y la comunidad.  
Desarrollo  
La metodología de trabajo que se propone tiene como finalidad desarrollar capacidades comunitarias  
para la valorización de los recursos locales, culturales, agrícolas, ecológicos y paisajísticos a través del  
modelo de turismo activo, con lo cual se pueda diversificar y ofertar nuevos productos turísticos en la  
cuenca media baja del río Tempisque.  
El modelo propuesto estará enfocado en el aprendizaje activo utilizando una metodología cons-  
tructivista, con el fin de que las personas participantes dejen de ser espectadoras y aprendan haciendo,  
esto para facilitar el desarrollo de habilidades, promover la resolución de problemas, crear escenarios  
alineados con la realidad de su entorno y facilitar la mejora de las habilidades de resiliencia para afron-  
tar el impacto del cambio climático.  
Esta propuesta metodológica está dividida en cinco fases, las cuales se describen a continuación:  
Fase I. Caracterización del contexto de la zona y sus recursos turísticos  
Para esta primera fase se realizará la consulta, búsqueda y recopilación de información secundaria sobre  
estudios e información bibliográfica de la zona para construir la línea base y conocer los aspectos biofísi-  
cos, sociales y económicos. Adicionalmente, se hará una recopilación de información primaria, en donde  
se procederá a hacer un levantamiento de información de campo sobre las características de los recursos  
turísticos destacados de la zona; esto se llevará a cabo en conjunto con la participación de los actores lo-  
cales y el apoyo del equipo de trabajo.  
En este proceso también se vinculará de manera activa con estudiantes de cursos de la carrera de  
Gestión Empresarial del Turismo Sostenible (gets) como: Planificación del Desarrollo Turístico,  
Seminario de Organización Comunal, Gestión del Turismo Alternativo y Taller de Sistema Turístico,  
quienes realizarían sus procesos de práctica en el marco del proyecto para el fortalecimiento de sus  
habilidades (ver Figura 2). De manera complementaria, se realizarán sesiones con funcionarios del  
Sistema Nacional de Áreas de Conservación (sinac) para la validación de la información.  
Durante este proceso se usarán herramientas como la matriz de levantamiento de inventarios tu-  
rísticos de cicatur. Además, se harán procesos de validación de la información con actores locales,  
principalmente del sinac, y de las organizaciones de base local. Durante este proceso se hará uso de  
herramientas tecnológicas como un dron y gps.  
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Figura 2.  
Recorrido de rutas de turismo activo con estudiantes del Curso de Gestión del Turismo Alternativo, carrera  
de Gestión Empresarial de Turismo Sostenible, una.  
Fase II. Promoción de capacidades comunitarias en los actores clave  
Para el desarrollo de esta fase se llevarán a cabo consultas y entrevistas a las organizaciones turísticas  
involucradas con el propósito de conocer el estado de situación de éstas sobre las necesidades de capa-  
citación relacionadas con la actividad turística.  
Posteriormente, se diseñará e implementará un módulo de capacitación enfocado en el desarrollo de ca-  
pacidades para la mejora de la gestión turística y el diseño de propuestas enfocadas en un modelo de turismo  
activo (ver Figura 3). Para esto se trabaja en temas relacionados con planificación y gestión del turismo,  
turismo activo e informática (ofimática de redes sociales).  
En esta misma línea, se contempla trabajar aspectos de género con la colaboración de la Asociación Ruta  
del Clima. Se espera contar con un mínimo de tres organizaciones con un certificado de aprovechamiento.  
En esta fase participarán estudiantes asistentes en articulación con los cursos de la carrera de gets  
(Gestión del Turismo Alternativo, Formulación y Evaluación de Proyectos y Seminario de Organiza-  
ción Comunal) con la finalidad de vincular la extensión con la docencia.  
Además, se trabajará en el desarrollo de actividades tecnológicas que permitan a las empresas locales  
mejorar sus procesos de incorporación de las redes sociales, paquete Office, entre otras.  
Finalmente, como parte de este proceso, se promoverá la presentación de ponencias y la participa-  
ción de estudiantes en eventos académicos.  
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Figura 3.  
Taller con actores locales de las comunidades de Ortega y Bolsón  
Fase III. Sensibilización y educación sobre buenas prácticas ambientales y acciones climáticas  
Para el desarrollo de esta fase, se llevarán a cabo consultas y entrevistas para la recopilación de informa-  
ción sobre casos de experiencias turísticas, implementación de buenas prácticas ambientales y acciones  
climáticas que posteriormente sirvan como modelo para otras organizaciones turísticas de la zona que  
no han podido implementar este tipo de acciones por distintas razones. Paralelamente, se analizará  
información sobre los impactos y desafíos que enfrenta el sector en materia ambiental y los que genera  
o podría generar la variabilidad y el cambio climático.  
Estos datos servirán como insumo para el diseño e implementación de un módulo de capacitación  
dirigido a las organizaciones turísticas involucradas en dos temáticas: buenas prácticas ambientales y  
acciones climáticas para el sector turismo.  
El desarrollo de estas actividades tiene la intención de sensibilizar y capacitar a las organizaciones  
y empresas de base local para que incorporen en sus procesos acciones y actividades económicas, am-  
bientales y climáticas para mitigar el impacto del cambio climático, así como aumentar la resiliencia en  
el sector. Durante esta etapa se establecerán vínculos y se articularán acciones con la asociación Ruta  
del Clima. Asimismo, se promoverá la participación de estudiantes asistentes de la carrera de Gestión  
Empresarial de Turismo Sostenible (gest) y de la Escuela de Ciencias Ambientales (edeca) ambos  
de la Universidad Nacional, Costa Rica (ver Figura 4).  
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Figura 4.  
Taller con actores locales de las comunidades de Ortega y Bolsón  
Fase IV. Promoción de acciones dirigidas a la sostenibilidad de las acciones ambientales y climáticas  
Con el propósito de fortalecer las acciones del sector turístico de la zona y dar sostenibilidad al proceso  
iniciado con el proyecto, esta fase contempla la realización de actividades dirigidas a la comunicación y  
divulgación de acciones ambientales y climáticas de organizaciones locales vinculadas con la actividad  
turística en la zona. Esto se llevará a cabo a través de un encuentro de socialización sobre las experiencias  
en la implementación de acciones ambientales y climáticas de organizaciones locales vinculadas a la acti-  
vidad turística. Asimismo, se diseñarán e implementarán dos campañas de divulgación y comunicación,  
una dirigida a informar sobre los impactos del cambio climático en la actividad turística y otra orientada  
a divulgar sobre las acciones y buenas prácticas ambientales en la actividad turística, lo cual incluye, a  
la vez, el apoyo en la elaboración de rotulación con mensajes de buenas prácticas ambientales que pro-  
mueve la zona. Dentro de esta fase se contará también con la participación y el soporte de la asociación  
Ruta del Clima.  
Aunado a estas actividades, con el propósito de dar a conocer el trabajo y promover la temática de am-  
biente, turismo y cambio climático, se desarrollará un evento académico sobre cambio climático y buenas  
prácticas ambientales en la actividad turística a nivel nacional.  
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Fase V. Sistematización  
La fase de sistematización se enfocará en la recopilación de todo el material y las experiencias vividas  
en el proceso de desarrollo del proyecto y la generación de capacidades comunitarias en los actores clave  
involucrados para la identificación y creación de propuestas de productos de base local enfocados en tu-  
rismo activo. Para ello, se elaborará un documento de sistematización que compilará hitos clave vividos  
durante el proceso, cómo fue su desarrollo y los resultados obtenidos, así como las lecciones aprendidas.  
A la vez, se elaborará un artículo para publicación que permita dar a conocer a nivel académico la ex-  
periencia y la información construida sobre la temática.  
Así también, se desarrollará una sistematización sobre el proceso de ejecución del proyecto y, como  
parte de este proceso, se gestionará la presentación de ponencias y la participación de estudiantes en  
eventos académicos.  
Durante cada una de las fases se incorporarán estudiantes que desarrollen proyectos en las modali-  
dades de proyectos de práctica profesional supervisada o trabajos finales de graduación, se promoverá la  
participación de estos a través del Fondo Concursable para el Fortalecimiento de las Capacidades Estu-  
diantiles en la Extensión Universitaria (focaes) de la una y por medio de la vinculación con cursos im-  
partidos en la universidad, principalmente de las carreras de gets y de Ingeniería en Gestión Ambiental.  
Reflexiones finales  
La propuesta metodológica presentada se configura como una estrategia integral para el desarrollo y  
valorización de los recursos locales en la cuenca media baja del río Tempisque a través del fomento del  
turismo activo.  
Las diferentes fases de la propuesta presentan de manera integrada un enfoque colaborativo y par-  
ticipativo, donde la comunidad se convertirá en protagonista del proceso, promoviendo no solo la gene-  
ración de productos turísticos, sino también el fortalecimiento de capacidades que le permitan afrontar  
los desafíos del cambio climático.  
La caracterización del contexto es fundamental, ya que establece las bases de conocimiento sobre los  
recursos turísticos de la zona e involucra a actores locales y estudiantes en el proceso de recopilación  
de información.  
La promoción de capacidades comunitarias resalta la importancia de la capacitación continua en  
los procesos de gestión turística y el diseño de propuestas locales que promuevan la diversificación  
productiva.  
La sensibilización sobre buenas prácticas ambientales y acciones climáticas se podría considerar un  
eje primordial que permitirá a los actores del sector no solo entender el impacto de sus actividades, sino  
también implementar medidas concretas que contribuyan a la mitigación del cambio climático. Este  
enfoque integral es esencial para la resiliencia del sector turístico ante los retos ambientales del entorno en  
las comunidades locales.  
La generación de espacios, encuentros y campañas de sensibilización no solo reforzará la visibilidad  
de las iniciativas que se llevarán a cabo por las organizaciones locales, sino que también fomentará un  
ambiente de aprendizaje y colaboración entre diferentes actores del sector.  
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La sistematización de experiencias y lecciones aprendidas permitirá establecer una línea base para fu-  
turas iniciativas, garantizando que el conocimiento generado sea accesible y replicable en otros contextos.  
Además, la participación del estudiantado en eventos académicos y procesos de extensión e inves-  
tigación potenciará su formación y conexión con las realidades del entorno, formando profesionales  
comprometidos con el desarrollo sostenible.  
A manera de resumen, esta metodología no solo busca la diversificación y valorización del turismo  
en la cuenca del río Tempisque, sino que también actúa como un factor que impulsa el empoderamiento  
comunitario y la adopción de prácticas sostenibles, alineando el desarrollo económico local, el aprove-  
chamiento de los recursos locales y la resiliencia ante el cambio climático.  
Finalmente, es importante resaltar que este tipo de proyectos contribuye al cumplimiento de los  
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ods) incluidos en la Agenda 2030. Existe un vínculo con el ods 1,  
que promueve la erradicación de la pobreza, pues se busca contribuir con el desarrollo económico local  
y con la generación de empleo para las personas de las comunidades. Con el ods 4 se fomenta la capa-  
citación y el fortalecimiento de habilidades mediante los módulos de formación y con la participación  
estudiantil, y con el ods 13, debido a que se realizará la sensibilización sobre los impactos del cambio  
climático, se fomentará la promoción de prácticas para mitigar sus efectos.  
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