Revista unah Sociedad, n.º 10, 2025, pp. 119-127
doi: https://doi.org/10.5377/rus.v7i10.21234
Hipertensión arterial
La definición de la hipertensión arterial ha variado con el tiempo. Una de las últimas definiciones es de
la Sociedad Europea de Hipertensión, que la define en función de los valores repetidos de presión arterial
sistólica en el consultorio (≥ 140 mmHg) y/o la presión arterial diastólica (≥ 90 mmHg) (Pérez, 2022).
La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas no transmisible y representa uno de los
factores de riesgo más importantes para padecer enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares e insu-
ficiencia renal crónica, que conllevan a complicaciones en la salud. El incremento actual de la población,
el envejecimiento y los factores de riesgo relacionados con el comportamiento de las personas contribuyen
en gran medida al incremento en la prevalencia de esta enfermedad (Ponce Alencastro, 2022).
En la región de las Américas, alrededor de doscientos cincuenta millones de personas padecen de hi-
pertensión arterial, lo que representa del 20 % al 40 % de la población adulta. Cada año ocurren 1.6 millo-
nes de muertes por enfermedades cardiovasculares, de las cuales medio millón son de personas menores
de 70 años que mueren de forma prematura y evitable. Esta situación es alarmante y se ha convertido en
uno de los problemas sanitarios más importantes de la medicina contemporánea (Guiss, 2017).
En la región centroamericana, según la Iniciativa Centroamericana de Diabetes (camdi, por sus
siglas en inglés), se ha encontrado que la prevalencia de hipertensión arterial en personas mayores de 19
años es del 23.5 %. En cambio, en Honduras no se encuentran datos totales de la prevalencia de esta
enfermedad, solo datos específicos de algunas ciudades o municipios, que reflejan porcentajes aún más
elevados con relación a la prevalencia encontrada en Centroamérica (Mayorquin, 2016).
Es imperativo, entonces, la implementación de estrategias para disminuir estas cifras que tienen en
alarma a todo el mundo. Varios estudios han determinado la efectividad de diferentes estrategias para
mejorar los conocimientos de los pacientes sobre la hipertensión y la adherencia al tratamiento. Dentro
estas estrategias se consideran, precisamente, la alfabetización o educación sanitaria utilizando videos u
otras ayudas audiovisuales, pero enfatizan en que estos modelos educativos personalicen las estrategias
de aprendizaje e indaguen en los conocimientos previos y las actitudes que los pacientes tienen sobre
la enfermedad, por lo que se requiere que el equipo profesional en salud tenga habilidades y formación
pedagógica (Vargas, 2023).
Diabetes
Según la oms, «la diabetes es una enfermedad metabólica crónica caracterizada por niveles elevados
de glucosa en sangre (o azúcar en sangre), que con el tiempo conduce a daños graves en el corazón, los
vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios» (2023a).
Estas complicaciones pueden causar una enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca, retino-
patía y neuropatía, aun cuando la diabetes no ha sido diagnosticada. Por consiguiente, es vital que las
personas tengan un diagnóstico temprano y que conozcan los cambios que deben realizar en sus estilos
de vida y, sobre todo, que tengan conciencia de la importancia de una dieta adecuada y de realizar el
ejercicio necesario. Estos cambios son básicos para la reducción del peso y para revertir la resistencia a
la insulina y, con ello, lograr una mejor calidad de vida (González Antero, 2023; Chaban, 2023).
Según la Organización Panamericana de la Salud, sesenta y dos millones de personas en las Américas
viven con diabetes mellitus tipo 2. Este número se ha triplicado en la región desde 1980 y se estima que
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