Memoria e intertextualidad en la forma límite de la bio-no-vela circular
DOI:
https://doi.org/10.5377/koot.v0i1.1138Resumen
No resulta difícil darle un orden y una cronología a los 111 fragmentos de la novela más reciente de Argueta. Por una sencilla razón: su orden es cronológico, con excepción de dos fragmentos. Ópticamente hay una separación tipográfica visible entre fragmento y fragmento. Además, cada uno de ellos va numerado de manera consecutiva. El que lleva el número “1” aparece con doble función. Primero, asume el papel de prólogo y por eso valoriza indirectamente el texto que sigue, a la vez que da indicaciones de cómo leerlo y legitimar la búsqueda (¿para qué?) emprendida por el autor, que tiende a confundirse con el yo narrativo. Segundo, ese fragmento uno es ya el comienzo del relato, que tiene una curiosa especificación de género en el subtítulo: Bio-no-vela circular. En esta segunda calidad, el fragmento uno dice: “Hay dos imágenes fundamentales en mis primeros recuerdos de niño”. (Pág. 9). El prólogo juega una función específica entre la autobiografía del narrador y el poeta, entre la prosa y la construcción poética.
DOI: http://dx.doi.org/10.5377/koot.v0i1.1138
Revista de Museología "Kóot" No.1 2010: 33-42
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