Diversificación agrícola, sostenibilidad y seguridad alimentaria y nutricional en el occidente de Honduras
DOI:
https://doi.org/10.5377/innovare.v9i3.10653Resumen
La seguridad alimentaria y nutricional es un problema y reto mundial condicionado por el aumento de la población mundial, el cambio climático y la degradación de los recursos naturales. Otros factores, como la actual pandemia de COVID-19, han revelado la urgente necesidad de mejorar la seguridad alimentaria y nutricional de las comunidades. El hambre y la desnutrición son factores de riesgo para la población en Honduras. De acuerdo al informe sobre el Costo de la Doble Carga de la Malnutrición Impacto Social y Económico en Honduras (WFP & CEPAL, 2020), el costo total por la desnutrición al 2017 alcanzó un poco más de dos mil millones de dólares, equivalentes al 8.8% del Producto Interno Bruto (PIB). La prevalencia de desnutrición crónica en escolares de Ocotepeque fue de 21.4%, con 17.1% de retardo moderado en talla y 4.3% de retardo severo en talla, según estimaciones del Censo de Talla en ese departamento al Occidente del país en 2017. El análisis de datos por edades mostró que la prevalencia de desnutrición crónica es mayor para los niños y niñas de ocho y nueve años, con prevalencias de 36.2% y 60.0%, respectivamente (Secretaría de Educación & Secretaría de Salud, 2017). La situación de la seguridad alimentaria y nutricional es alarmante en Honduras, sobre todo en la región occidental. No obstante, el país tiene los recursos y el potencial para producir alimentos que permitan cubrir la demanda de gran parte de su población.
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